“Cuando hacerse un ‘selfie’ acaba con más vidas que el ébola” por Guillermo Infantes Capdevilla
miércoles, 17/09/2014 Deja un comentario
La principal causa de muerte en España es, según el Instituto Nacional de Estadística, el infarto y las enfermedades relacionadas con el sistema circulatorio. En los últimos meses hemos asistido a un fenómeno insólito: la cantidad de muertes a causa de hacerse una foto, y es que ya rondan la decena en nuestro país. En realidad, fotografiarse no mata ni te chupa el alma, muy a pesar de las creencias de algunas tribus aborígenes. Sí, en cambio, la estupidez, muy a pesar de los idiotas que abundan últimamente. Pero hacer el ‘canelo’ es algo crónico y tiene su historia en el tiempo, de hecho es bastante probable que se haya cobrado más vidas que enfermedades como la viruela o la hepatitis en términos absolutos.
La moda del ‘selfie’, que en realidad se remonta a los autorretratos al óleo ─ mucho menos arriesgados─ tuvo su momento de mayor esplendor tras la gala de los famosos premios Óscar de Hollywood, cuando Ellen DeGeneres ─presentadora de la gala─ subió a las redes una autofoto acompañada de varios iconos del cine como Brad Pitt y Meryl Streep. Luego supimos que la inocente foto que estuvo bullendo durante largo rato en Twitter había sido obra de una agencia francesa de publicidad que trabaja para una conocida marca de móviles, y que su valor se estima que rondaba los mil millones de dólares por el impacto que tuvo en las redes sociales.
Siguiendo el ejemplo de las estrellas de LA, son muchos los que han zarpado en busca de fotos que revolucionen sus muros de Facebook o les hagan merecedores de unos cuantos ‘likes’ en Instagram, aun arriesgando su vida y la del resto de figurantes de la instantánea. Hace un tiempo se ha convertido en tendencia en Rusia el fotografiarse desde lo alto de rascacielos, lo cual ha pasado a tener un nombre molón, haciéndolo más atractivo denominándose «Skywalking». Igual si lo llamaran hacer el gilipolling no tendría el mismo seguimiento y los gilipollers se lo pensarían un par de veces antes de demostrar públicamente su poca sesera.
Existen unos premios que se conceden anualmente a la muerte más absurda, los Darwin Awards, cuya filosofía se entiende bajo la premisa de que la raza humana mejora genéticamente cada vez que muere un memo sin descendencia. Sin lugar a dudas, parece que el personal está opositando con entusiasmo para hacerse con el primer premio.
Guillermo Infantes Capdevila Representante estudiantil UC3M Área de Estudiantes del Consejo de la Juventud de Alcobendas