“Sinceridad y firmeza” por José Carlos Boza

El reciente congreso del Partido Popular celebrado en Sevilla ha sido la confirmación de lo que viene haciendo –y explicando- el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy: Los españoles se merecen la verdad.

Nuestra sociedad tiene que saber a lo que se enfrenta y debe conocer la magnitud de la tarea que tenemos por delante. Es tiempo de un análisis adulto, que no sirve de nada ocultar con “brotes verdes” o similares. Ningún Gobierno democrático tiene derecho a trabajar a espaldas de la ciudadanía.

Precisamente de ese ejercicio de responsabilidad nacen iniciativas como la reforma laboral, el primer intento serio de abordar la crisis económica y que supone un punto de partida dentro de un paquete de medidas que se irá adaptando a las necesidades de cada momento.

Lo que ha hecho el Gobierno de Mariano Rajoy es, simple y llanamente, lo que debía hacerse. No sirve de nada poner paños calientes, confundir respecto a los presupuestos u ocultar datos sobre el déficit. La realidad es la que es y termina por evidenciarse con más fuerza ante quienes pretenden esconderla.

Es obvio, por otro lado, que este paquete de medidas habría sido menos contundente si no se hubiera recibido una herencia como la que ha dejado el PSOE, que ha superado los cálculos más pesimistas del actual Gobierno.

Con cierta razón va calando en la ciudadanía la idea de que aquellos políticos o administraciones que han dilapidado los recursos sin un planteamiento riguroso y sin seguir los criterios que marca el sentido común, contraen con la sociedad una deuda que debería ir más allá del mero cambio político consecuencia del castigo ciudadano.

Pero, del mismo modo, creo que, en justicia, se debe dar la oportunidad a aquellos que ahora asumimos la responsabilidad de demostrar que nuestros planteamientos son coherentes con el contexto que nos ha tocado vivir y que nos enfrentamos a los retos desde la rectitud moral, la sensatez y la lealtad que debemos a la ciudadanía. Con sinceridad y firmeza a la hora de afrontar lo que la situación demanda.

Estos son los principios que hemos querido aplicar en Valdemoro. Sinceridad a la hora de explicar los recortes presupuestarios y de pedir colaboración ciudadana y paciencia a los proveedores. Pero firmeza cuando toca hacer públicas nuestras ideas, nuestras recetas para combatir la crisis y nuestra frontal oposición ante quienes quieren confundir a la ciudadanía con informaciones falsas y bulos sin sentido. Cualquier vecino de Valdemoro sabe perfectamente de qué estoy hablando y puede tener la seguridad de que este Ayuntamiento no va a perder el Norte ni va a apartarse un paso de la línea que nos marcaron los vecinos respaldando mayoritariamente nuestro programa de Gobierno.

 

José Carlos Boza
Alcalde de Valdemoro

“Con trabajo, sin nómina” por David Callejo

No has hecho nada mal. No has faltado ni un día al trabajo. Prestas un servicio público. Pero te dicen que “lo sienten”, que no vas a cobrar. Sin saber bien cómo, “sin comerlo ni beberlo”, estás pagando los platos que han roto personas a las que no has visto en tu vida. A los cada vez menos afortunados que no nos hemos enfrentado a esa situación nos cuesta a veces tener ese punto de empatía necesario en todo periodista, en toda persona, para entender el mazazo de ver una cuenta corriente que no se actualiza como debiera.

La situación parece agravada cuando se trata de empresas contratadas por un concejal, por un cargo público. Cientos de trabajadores que creían tener cierta seguridad, amparados tras un servicio que no puede dejar de prestarse, se enfrentan ahora a una incertidumbre vital desconocida. El calendario se inclina cada vez más cuesta arriba y al cinturón le faltan hebillas que apretar.

Empleados de limpieza, de recogida de basuras, educadores, funcionarios… da igual el puesto. También es indiferente el Ayuntamiento al que miremos. Entre noticias de manifestaciones y notas de prensa institucionales, no debemos dejar de centrar el foco en lo que de verdad importa: los cientos de dramas con cara, nombre, apellidos y hasta “twitter”, también incluso con la fortuna del trabajo, pero sin la seguridad laboral y económica tan común hace unos años.

Eso mientras responsables políticos y empresariales agarran con fuerza la soga, tirando pero sin aflojar, para dilucidar quién de los dos sectores tiene la culpa. La culpa no sé, pero el daño está claro para quién es.

Aunque también he de romper una lanza por esos políticos y empresarios que dan la cara, que soportan la vergüenza y el dolor de enfrentarse a sus semejantes en momentos tan duros. No son muchos, pero existen, se lo aseguro. Sin colores ni apellidos. Búsquenlos.

Y reconozcamos la abnegación de todos esos trabajadores que, aun con huecos en sus nóminas, acuden a diario para prestar un silencioso pero imprescindible servicio a sus vecinos. Que no entienden de crisis, de políticas, de recortes ni de negociación sindical. Que no son culpables de una situación que pagan con creces. Pero que merecen una dignidad salarial hace meses arrebatada.

David Callejo
Periodista

“Municipios, una deuda pendiente” por Francisco Javier López

El 20-N expiró la tregua que algunos políticos se habían dado antes de iniciar la senda de los recortes en unas maltrechas finanzas municipales golpeadas por la crisis.  Una crisis económica que ha provocado que los Ayuntamientos hayan visto mermados en más de un 63 por ciento sus ingresos.

El problema de los Ayuntamientos no es ni su deuda, salvo excepciones como el Ayuntamiento de Madrid, ni su déficit público.  Los ayuntamientos soportan un 5,6 por ciento de toda la deuda pública española y su déficit es del 0,6 por ciento.

El problema municipal se encuentra en que los Ayuntamientos sólo asumen el 13 por ciento del total del gasto público, frente al 36 por ciento de las Comunidades Autónomas y el 51 por ciento del Estado.  La media europea de gasto municipal supone el 25 por ciento del total.  Incluso en Estados centralistas como el francés el gasto municipal supone el 22 por ciento del total.  En otros como Finlandia o Suecia los municipios soportan más del 44 por ciento del total del gasto.

Si los municipios se muestran incapaces de soportar sus gastos anuales se debe a una nunca bien resuelta financiación municipal y a unos compromisos de gasto contraídos para asumir competencias que corresponderían en más del 70 por ciento de los casos a las Comunidades Autónomas, como bomberos, cultura,  promoción social, o sanidad.

Si a esta situación le añadimos las limitaciones que el Ministerio de Economía ha dictado para la refinanciación  de la deuda municipal, el pago de esa deuda y el pago a los proveedores de bienes y servicios, puede llevar a una situación que los Ayuntamientos, privados de los ingresos que aportaba el boom inmobiliario, no pueden superar por sí mismos, sin la ayuda de otras Administraciones.

Una situación que podría llevar a la ruina municipal, pero que podría ser solucionada poniendo en marcha unas cuantas medidas sensatas.

En primer lugar conocer la situación real de cada Ayuntamiento en cuanto a déficit y deuda financiera y a proveedores.  Determinando qué servicios propios o impropios están prestando.

En segundo lugar, los Ayuntamientos deben poder refinanciar su déficit, aún limitado a no superar determinados límites de endeudamiento.

En tercer lugar deben acometerse políticas de austeridad, eficacia, eficiencia y control del gasto, especialmente el gasto superfluo, gasto en altos cargos y puestos de confianza, coste de las concesiones administrativas y privatizaciones.  No se explica que haya alcaldes, concejales y altos cargos, que tienen sueldos superiores al Presidente del Gobierno y sus Ministros.

Sería conveniente revisar y renegociar los contratos y pliegos de condiciones de las empresas que prestan servicios al Ayuntamiento para suprimir clausulas abusivas y ventajistas.

La Comunidad de Madrid debería de dotar un Fondo de Financiación Local, un Fondo de Rescate de 2.000 millones de euros, para sanear de forma controlada los municipios madrileños.  Unos recursos vinculados a Planes de viabilidad y saneamiento económico en los Ayuntamientos solicitantes de los mismos.  Unos Planes de Ajuste que no deberían afectar nunca a servicios públicos esenciales como ayuda a domicilio, o educación.

Unos fondos gestionados por la Comunidad de Madrid, con la participación de la Federación Madrileña de Municipios y los Agentes Económicos y Sociales.

Por último, parece urgente abordar una segunda descentralización del Estado, estableciendo competencias municipales y los recursos necesarios para gestionarlas.

Los Ayuntamientos, siendo la Administración más cercana a la ciudadanía, no pueden ser opacos y poco transparentes. La participación social es más fácil en ellos y una condición para la credibilidad y la regeneración democrática.  Ingresos, gastos, sueldos de alcaldes, concejales, cargos públicos y de confianza, deben ser absolutamente transparentes.

Estas medidas permitirían evitar mucho sufrimiento innecesario para la ciudadanía.  Si no se afrontan no haremos sino sembrar desconfianza, retrasar la salida de la crisis, seguir perdiendo empleo, debilitar la calidad de nuestras vidas.  Es el momento de elegir entre soluciones duras pero equilibradas y compartidas, o forzar el sufrimiento  y provocar el conflicto.

Francisco Javier López Martín, Secretario General de CCOO de Madrid.

“Municipalismo con mayúsculas” por José María Fraile

Hace unos días asistíamos a la configuración de la nueva ejecutiva de la FEMP, una organización que lógicamente, se ha visto marcada por el nuevo mapa municipal que resultaba de las pasadas elecciones locales y autonómicas. El resultado era previsible si traducimos la supremacía conservadora que existe en los órganos de dirección de dicha federación.

El envoltorio del próximo mandato no será otro que el que nos está proporcionando esta maldita crisis que afecta a todo el espectro social e institucional, no sólo en este país sino fuera de él.

Las ciudades españolas han contribuido sobresalientemente al asentamiento de la democracia, a la configuración y a la consolidación de nuestro sólido sistema de bienestar. Es allí, en las ciudades, donde se produce de forma concreta el desarrollo de la actividad económica y empresarial y donde se viven día a día los principios de libertad, solidaridad y cohesión.

Sin embargo, este ámbito territorial es considerado por algunos el ‘hermano pequeño’ de la organización, quizás por el número de habitantes que aglutina o simplemente, por el hecho de denominarnos “Ayuntamientos”. Quizás se olvidan que es precisamente en estos pueblos y ciudades donde mejor se ha interpretado la complicada situación actual, y esto se ha logrado por la cercanía que tenemos con los que aquellos que peor lo están pasando.

Sin embargo, es también en estos pequeños lugares donde tiene que producirse el cambio de tendencia para lograr, entre todos,  un futuro sólido y estable en lo económico y en lo social.

Esta situación no nos pone fácil la tarea a aquellos que desempeñamos nuestro trabajo en la administración local pero sí nos sitúa en la mejor posición para asumir los errores que se han cometidos en el ámbito municipal y para no tolerar ni un minuto más, la falta de compromiso de las otras dos patas del Estado: El  Gobierno Central y las Autonomías.

Necesitamos un compromiso que no es otro que la realización de una clara reforma de la Ley de Bases de Régimen Local: Falta claridad en la definición y financiación de los servicios y las competencias municipales.

No quiero trasladar un mensaje de estúpido auxilio sin más. Sólo quiero decir que ha llegado el momento de entender algo muy simple pero necesario: hay que contar con las pequeñas administraciones que tienen el potencial de poner en marcha y activar sobre el terreno, de manera ágil y concreta, las estrategias y políticas que contribuyen al desarrollo y el crecimiento de este país.

Para ello tan sólo necesitamos algo tan sencillo como que nos escuchen y que crean de verdad en el municipalismo.

José María Fraile, alcalde de Parla

“El momento de las personas” por José Carlos Boza

Como una piedra en un estanque. Así se puede considerar el impacto de la crisis económica y financiera en España. Como una enorme roca que cae en las aguas tranquilas del tejido social de nuestro país, sustentado en las bases marcadas por anteriores Gobiernos del Partido Popular.

La crisis económica se basa en números, en magnitudes, en la interpretación de unas indeterminadas variables; y, en contra de lo que pudiera parecer, esas cifras no concretan la realidad, sino que la convierten en más abstracta y lejana.  Por eso, yo no quiero hablar de números, sino de personas.

Un muerto es una tragedia y mil una estadística. Esta cínica frase, atribuida al dictador Josef Stalin nos muestra precisamente cómo no hay que interpretar el baile de números con el que nos bombardean. Por tanto, no debemos pensar en los 4.226.744 parados registrados en España el pasado mes de septiembre como una cifra sino como 4.226.744 dramas familiares que, muy a su pesar, han protagonizado la mayor subida del desempleo al final del verano de los últimos 15 años.

Los ayuntamientos, como administración más cercana al ciudadano, somos los primeros en enfrentarnos al drama personal de esos más de cuatro millones de seres humanos; somos los que tenemos que afrontar la crisis doméstica de nuestra ciudadanía. Todo un reto.

En Valdemoro hemos asumido este desafío con un profundo sentido de la responsabilidad y desde la coherencia de negarnos a que las consecuencias de los despropósitos de ocho años de gestión del Gobierno de la Nación las paguen siempre los mismos.

Por eso, en este Ayuntamiento compaginamos el respaldo a la ciudadanía desde lo público, con el mantenimiento de los servicios sociales, y el impulso a nuevas propuestas de negocio, autónomos y emprendedores, sabedores de que de ellos depende la creación de empleo y riqueza.

Se dice que el margen de maniobra de los ayuntamientos en la lucha contra el desempleo, especialmente en estos tiempos de dificultades, es limitado. Bien, ese es otro de los paradigmas que debemos romper. El objetivo, sea cual sea el ámbito de responsabilidad en el que nos movamos, debe ser dar lo máximo, poner todo de nuestra parte para combatir esta lacra cuya erradicación tiene que ser un elemento aglutinador de toda la sociedad. Porque, si lo que es una terrible crisis económica se convierte también en una crisis de autoconfianza, de compromiso o de solidaridad, será entonces cuando el problema habrá saltado de los mercados a los individuos.

Frente a ese desánimo, es el momento de políticas que sustituyan a modelos que se han evidenciado como ineficientes, de nuevas actitudes, de recetas que ya han demostrado su validez, de terminar con el despilfarro y de mirar al futuro con optimismo. Así, el tiempo de los números habrá pasado y llegará nuestro momento; el momento de las personas. La elección está en cada uno de nosotros.

José Carlos Boza Lechuga, Alcalde de Valdemoro.

“Sálvame del PSOE” por Ignacio García de Vinuesa

El día que el programa “Vuélveme loca” me pidió unas declaraciones sobre nuestra Hija Predilecta Penélope Cruz, creí la verdad, que la periodista vendría buscando “bronca” por aquello de tratarse de un programa del corazón de los que suele decirse que hablan a gritos o que la montan por nada. Sin embargo, la entrevista con Mar Torres fue exquisita, la periodista – simpatiquísima – sabía de lo que hablaba y conversamos amigablemente.

Los políticos parecíamos encasillados a aparecer en telediarios, en informativos o programas como el tan añorado La Clave. Sin embargo, hoy es frecuente vernos participar en programas más cercanos al entretenimiento que a la información o, mejor dicho, en programas que tienen la difícil habilidad de informar entreteniendo. Lo que todavía yo no había visto era a los políticos en programas de corazón aunque me temo que dentro de poco veremos a la oposición de Alcobendas en “Sálvame” aunque, con cariño les digo, que no llegarán al Deluxe.

Lo que ha pasado esta semana en Alcobendas es algo que yo no había visto nunca. Dos concejales socialistas han decidido ser estrellas mediáticas por montar una bronca en un Pleno. Y no en un Pleno cualquiera, eligen el de las ordenanzas fiscales,  es decir, el Pleno en el que votamos lo que pagarán nuestros vecinos el año que viene. Casi nada.

Pero mejor que hablar y debatir, montamos un numerito que así nos aseguramos la exclusiva. Desafían al alcalde,  desobedecen la normativa del pleno y amenazan a la policía… por un minuto de gloria.

Y del minuto al montaje: la portavoz de Izquierda Unida y el de UPyD (de logo rosa y alma roja) se unen para montar el trío. No es un trío para hacer llegar a los ciudadanos sus propuestas sobre ordenanzas fiscales; es un trio para dar – en exclusiva, claro – su versión de un Pleno municipal que está grabado y en el que se observa su desobediencia a las normas y su falta de buen trabajo al haber presentado una enmienda tarde y mal.  Como dicen los tertulianos del corazón, “que me pongan el video” y, por favor, que venga Arguiñano a ver su fallido intento de darle la vuelta a la tortilla a su torpeza plenaria.

Todo podemos meter la pata; pero no está bien perder las formas y mucho menos hacer de los plenos un plató en el que montar un show televisivo. Eso es una práctica política deleznable que se agrava aún más en estos tiempos que corren en los que todos debemos intentar transmitir confianza a nuestros vecinos y subrayar el trabajo político – en gobierno y en oposición – frente a la bronca, el grito y la desfachatez. Trabajamos mucho la gran mayoría de los políticos como para proyectar esta imagen a los ciudadanos.

Cuidado Belén Esteban que en Alcobendas tienes competencia. Eso sí, por unidos que aparezcan los 3 portavoces de la izquierda, cualquier día les vemos enfrentándose en “Enemigos íntimos”. Y si no, al Pleno.

Ignacio García de Vinuesa, alcalde de Alcobendas

“El ayuntamiento de Fuenlabrada y el valor del gasto social” por Manuel Robles

La principal apuesta del Equipo de Gobierno que presido es hacer que Fuenlabrada sea ante todo una ciudad para las personas, a la medida de sus necesidades, inquietudes y expectativas.

Por esa razón, aunque nuestros presupuestos municipales se caracterizan año tras año por la austeridad y el riguroso control del gasto, constituyen siempre nuestra principal prioridad, al margen de nuestras limitaciones competenciales en algunos ámbitos, las políticas de carácter social y, al mismo tiempo, los planes de formación y fomento del empleo.

Si anteponer ambos objetivos es ya una seña de identidad inseparable de nuestro proyecto de gobierno, entendemos que con mayor razón debemos incrementar nuestro esfuerzo y nuestra apuesta en momentos de especiales dificultades para los fuenlabreños y fuenlabreñas.

Como es natural, para llevar a la práctica una política que busca el bienestar de los vecinos y vecinas, no bastan las palabras. Hay que acudir al fondo de la realidad, conocer y abordar los problemas desde su raíz, y poner sobre la mesa las herramientas necesarias para darles solución. Es decir, hay que ampliar los recursos, en definitiva, el presupuesto destinado a cubrir las necesidades sociales en la ciudad.

En este tema, a los ciudadanos y ciudadanas de a pie no les vale que las diferentes Administraciones discutan sobre cuáles son las competencias de cada cual, pero creo que, como Alcalde de un Ayuntamiento que está comprometido con sus problemas y que está redoblando sus esfuerzos económicos y de gestión para atenderlos adecuadamente, es un acto de justicia, en primer lugar con los fuenlabreños y fuenlabreñas que pagan sus impuestos, denunciar una vez más los continuos recortes  que el Gobierno de la Comunidad de Madrid está aplicando a todas las políticas que tienen que ver con el bienestar social, el fomento del empleo y las inversiones que esta ciudad necesita.

En concreto, la progresiva disminución de los ingresos provenientes de la Administración Autómica nos ha obligado a incrementar el presupuesto de Bienestar Social en un 150 %, lo que supone un millón de euros más de presupuesto exclusivamente municipal, para, por un lado, compensar los recortes de la Comunidad de Madrid y, por otro, atender una mayor demanda de servicios fundamentales para cubrir las necesidades básicas de las familias. Asimismo, hemos ampliado las ayudas complementarias para libros de texto a la Educación Secundaria y tenemos previsto extenderlas a la Educación Infantil para el próximo curso.

Es una evidencia, pero desgraciadamente hay que seguir recordándolo. Cuando se está viviendo una época de crisis económica, todas las familias la sufren en mayor o menor medida, y , sin duda, quien más la sufre es quien menos tiene. En la manera de actuar en consecuencia es donde se ve la diferencia entre las distintas formas de gobernar.

Manuel Robles, alcalde de Fuenlabrada

“Rescate de los ayuntamientos” por Javier López

Hemos celebrado en CCOO de Madrid unas Jornadas sobre “Deuda, financiación local y repercusión en el empleo”.  Un debate esencial en tiempos de una crisis, larga, dura que se va a prolongar en el tiempo y que tiene efectos desastrosos sobre el empleo.   Los datos de empleo en Madrid ponen de relieve la dramática situación de 543.000 personas paradas en la Región, de las cuales 240.000 carecen de todo tipo de prestación, subsidio, o ayuda.  Una cifra que llegará a finales de este año a 300.000 personas paradas sin protección alguna.

Frente a quienes consideran que este país necesita reformas laborales, de la negociación colectiva, o de la protección social (pensiones, sanidad, educación, dependencia), CCOO hemos planteado que este país lo que necesita es revisar en profundidad un modelo económico de crecimiento endémico de la construcción, que ha funcionado como un cáncer con metástasis en todo el sistema productivo y de los servicios.

La irresponsabilidad inmobiliaria y financiera, han funcionado como una pandemia que ha recorrido el planeta derribando economías, destruyendo empleos y afectando más a países como España, Irlanda, Grecia o Portugal, que habían fiado su crecimiento a la financiación del sector inmobiliario, creando una burbuja especulativa de los precios de la vivienda.

Necesitamos reformar, reconstruir un nuevo modelo económico más sólido y productivo.  Necesitamos inversión pública, a falta de la privada, para reactivar la economía y comenzar a crear empleo cuanto antes.  Necesitamos proteger a las personas paradas.  Necesitamos asegurar la protección social para evitar quiebras y fracturas sociales.  Para afrontar estas líneas de trabajo y de futuro necesitamos asegurar los recursos.  Para tener recursos crediticios necesitamos una reforma en profundidad del sistema financiero, asegurando la fluidez entre el ahorro y el crédito.  Algo que no garantizan los bancos españoles en este momento.  Para obtener recursos, necesitamos reformar nuestro sistema fiscal, opaco, oscuro, injusto y desequilibrado, que carga la recaudación sobre los trabajadores y sus nóminas y que es complaciente y permisivo con las rentas del capital y especialmente las más altas.

Pero, junto a estas reformas, no podemos olvidar otra esencial y determinante en estos momentos, como es el de la Reforma del Sistema de Financiación Municipal.  Se habla mucho de los Ayuntamientos como administración más cercana a los ciudadanos.  Hay que recordar que un Ayuntamiento es tan  Estado como el gobierno Central o como una Comunidad Autónoma.

Sin embargo los Ayuntamientos son grandes maltratados por la descentralización autonómica.  Tras más de 30 años de democracia la participación del gasto municipal en el conjunto de gastos del Estado no va más allá del 13 por ciento del total, mientras que las Comunidades Autónomas han pasado a gestionar el 36 por ciento del gasto total, que incluiye la Seguridad Social.

La media de participación del gasto municipal en el total, en la zona euro es del 24,8 por ciento.  Casi uno de cada cuatro euros del gasto del Estado es municipal.  Hasta los países,  tradicionalmente centralistas como el francés mantienen un gasto municipal que supone el 22 por ciento del total. Reitero, en una España  autonómica y descentralizada, los Ayuntamientos no suponen más del 13 por ciento del gasto total.

Tampoco  desde el punto de vista de la participación de los Ayuntamientos en los ingresos del Estado la situación es mejor.  Los Ayuntamientos se encuentran en el 7 por ciento, mientras el Estado se queda con el 56 por ciento y las Comunidades Autónomas se quedan con el 36 por ciento de los recursos  recaudados.

Los Ayuntamientos, necesitan clarificar su sistema de financiación.  Cada dos por tres asistimos a una reforma de la financiación autonómica.  La última dotando con 11.000 millones de euros, más, ya en plena crisis, a las Administraciones  autonómicas.  Cada vez que esto ocurre se anuncia una reforma de la financiación municipal que nunca llega.  Por esta vía, los Ayuntamientos sin competencias claras, ni financiación estable, caminan de cabeza hacia su ruina económica, golpeando al empleo.

España necesita una segunda descentralización, que establezca el mapa de competencias municipales y establezca la financiación local estable y segura de esas competencias.  Mientras tanto el Gobierno de España debería tratar a los Ayuntamientos como a las Comunidades Autónomas, no imponiendo limitaciones extraordinarias a la refinanciación de la deuda municipal siempre que no aumente el endeudamiento.

En cuanto al Gobierno Regional de Esperanza Aguirre, no puede seguir mirando para otro lado,  cuando cerca de 60 ayuntamientos madrileños se encuentran al borde de la suspensión de pagos, el Expediente de Regulación de Empleo y la pérdida de puestos de trabajos directos e indirectos.

No es entendible que se establezcan fondos de rescate europeos para los países miembros, fondos de ayuda pública para salvar a la banca y por el contrario la Comunidad de Madrid no cuente con un Fondo de Rescate para evitar el colapso financiero de los Ayuntamientos, que puede agudizarse a partir de las elecciones autonómicas y municipales del 22 de Mayo.

Como Administración más cercana a los  ciudadanos, los Ayuntamientos deben ver despejado su futuro de financiación y solucionados los problemas derivados de la crisis, para planificar inversiones, crear empleo y favorecer la máxima calidad de los servicios públicos que prestan.

Francisco Javier López Martín, Secretario General de CCOO de Madrid.

«El ayuntamiento de Fuenlabrada y la inversión en el futuro» por Manuel Robles

Estamos viviendo una época llena de dificultades, tanto para los ciudadanos y ciudadanas como para las instituciones, que está poniendo a prueba la fortaleza de nuestro engranaje social y económico y, en definitiva, de nuestro modelo de vida. La crisis actual ha roto esquemas aparentemente consolidados y ha hecho tambalear los puntales de una situación que hasta hace no mucho tiempo podía parecer estable o, al menos, controlada.

En ese mismo escenario, los Ayuntamientos, en su labor de planificación y gestión diaria, han tenido que echarse al hombro una carga especialmente pesada y difícil de llevar, teniendo en cuenta que son la Administración más cercana a las personas y, por tanto, a las necesidades y dificultades de su vida cotidiana. Además, los Ayuntamientos, incluso en tiempos de bonanza, tienen en su caja de herramientas un repertorio de competencias muy reducido en algunos ámbitos y un caudal de financiación manifiestamente insuficiente para afrontar de manera adecuada los problemas de los ciudadanos y ciudadanas.

Y hay otra dificultad añadida. Siendo conscientes de que cuando los problemas tienen un rostro reconocible y cercano no es posible mirar para otro lado ni poner tierra de por medio, los Ayuntamientos deben resolver la paradoja de que, precisamente, cuando más aprietan las dificultades es cuando más medios habría que poner para superarlas.

El Ayuntamiento de Fuenlabrada, naturalmente, no está al margen de esta situación. La crisis económica también pone palos en la rueda de nuestro quehacer diario y de nuestros proyectos de futuro, porque no sólo tenemos que articular y optimizar nuestro presupuesto sin renunciar a nuestro objetivo de trabajar por el desarrollo integral de la ciudad y el bienestar de los fuenlabreños y fuenlabreñas, sino que además hemos tenido que superar con nuestros propios medios la congelación de las ayudas por parte de la Comunidad de Madrid, a la que las necesidades y los problemas de los ciudadanos y ciudadanas parece tocarles más de lejos.

No tenemos ninguna fórmula mágica, pero seguramente nuestra capacidad de echarle un pulso a la crisis tiene que ver con una cultura presupuestaria basada en firmes criterios de ahorro y en una rigurosa búsqueda de recursos, que nos permite ser, en la región de Madrid, el Ayuntamiento de más de 50.000 habitantes con menor nivel de endeudamiento.

Esta gestión eficiente nos ha brindado la posibilidad de invertir en la mejora de nuestra ciudad más de 52 millones de euros de presupuesto municipal en los últimos cuatro años, y nos va a facilitar seguir invirtiendo con ese mismo objetivo y, por tanto, con el de favorecer la creación de empleo, además de mantener el gasto social. Creo modestamente que, en este caso, huir de la crisis hacia delante es hacer camino hacia el mejor futuro posible.

Manuel Robles, Alcalde de Fuenlabrada