“Más se perdió en Cuba” por Guillermo Infantes Capdevila

FOTO_GUILLERMOINFANTESEsta frase tan común que utilizamos en referencia a la pérdida de Cuba en 1898, cobra un significado muy diferente en el caso de Ángel Carromero, joven afiliado a las Nuevas Generaciones del Partido Popular que, presa de un ataque de compromiso hacia el pueblo cubano, emprendió un viaje de aventuras a lo más puro estilo Phileas Fogg en el verano de 2012. Esta aventura se vio truncada por la accidental muerte de los disidentes cubanos Oswaldo Payá y Harold Cepero en un fatal accidente de tráfico en el que estaba implicado el dirigente de los jóvenes del PP y que muchos achacan al gobierno cubano.

“Muerte bajo sospecha” es el libro que ha parido recientemente el insigne secretario general de las Nuevas Generaciones del Partido Popular donde, al parecer, relata su cautiverio en Cuba mientras se le quería imputar un delito por homicidio imprudente ─era él quien conducía el vehículo siniestrado─ antes de su devolución a España y puesta en libertad con el tercer grado. En la presentación de su obra literaria expresó sus sentimientos durante los días que permaneció en territorio cubano tras el accidente: “no sabía qué iba a pasar de mí”. Fina prosa. También aseguraba a los asistentes al acto que, colateralmente, su vida acabó junto a la de los dos disidentes fallecidos y comparó su vídeo al de un secuestrado por Al-Qaeda.

Querría hacer una pequeña comparación ─si es que cabe comparar─ entre el cautiverio y posterior liberación de Ángel Carromero y los dos periodistas recientemente regresados de Siria: Ricardo Vilanova y Javier Espinosa, que tras llevar seis meses cautivos por un grupo de islamistas radicales han sido recientemente puestos en libertad.

Vilanova y Espinosa son dos grandes reporteros que, desde hace años, se juegan la vida en conflictos armados para relatar a la sociedad las atrocidades que se cometen en las guerras, la crudeza de un país en conflicto bélico y las revoluciones como las Primaveras Árabes. Javier Espinosa, corresponsal destacado del diario El Mundo para Oriente Medio, goza de varios premios de periodismo como el Rey de España (2000) y, Ricardo Vilanova, fotoperiodista, lleva 15 años trabajando en información internacional para medios como Al-Jazeera o la agencia Reuters, habiendo pasado por países como Libia o Afganistán.

El perfil de Ángel Carromero es peculiarmente diferente: Como vicesecretario general de la organización juvenil del PP de Madrid, logra hacerse un hueco en los distritos de La Latina y Moratalaz como asesor desde 2009 a 2012. A la vista del XII Congreso de NNGG de Madrid, Carromero ─según aseguran fuentes de la organización juvenil─ comienza una campaña como futuro candidato a la ejecutiva que incluye un épico viaje a Cuba en solidaridad a los disidentes cubanos. El sueño de regresar victorioso fue frustrado por el fatídico accidente, lo que le imposibilitó presentarse como cabeza de lista para las elecciones a la directiva de NNGG de Madrid por decisión de personalidades del propio partido. Esto hace que Carromero sólo pueda ocupar el segundo puesto de la lista ganadora, resultando en octubre de 2013 secretario general y haciéndose con la presidencia la concejala de Torrejón de Ardoz Ana Pérez Baos.

Durante la etapa de Ángel Carromero como vicesecretario general y número tres de Nuevas Generaciones (hasta el XII Congreso) varias agrupaciones de la organización juvenil del PP denuncian que se está imponiendo desde la ejecutiva regional ─más concretamente Ángel Carromero─ las personas que formarán parte de las directivas de las agrupaciones sin pasar por sus respectivas asambleas. Esta política viene recogida en los estatutos de NNGG, pero sólo para aquellas agrupaciones que no lleguen al centenar de afiliados. Lo que se propició desde la ejecutiva regional fue que esas agrupaciones siguieran contando con un número inferior a cien de afiliados, retrasando las nuevas afiliaciones que (¡oh, casualidad!) pasaban por el vicesecretario general, Ángel Carromero, con el objetivo de seguir controlando desde la directiva regional las agrupaciones más críticas con sus políticas.

Es complicado establecer cierto paralelismo entre las historias de los periodistas y del actual secretario general de NNGG. Probablemente ambas sean merecedoras de ser contadas a sus respectivos nietos en un futuro por la relevancia que han cobrado. Una estará cargada de vigor, valentía y buen hacer; otra de ambición, mediocridad y falsa épica.

De todas maneras, “Calidad bajo sospecha”, perdón, “Muerte bajo sospecha” seguro que nos despeja muchas de las dudas sobre el cautiverio de Carromero.

Guillermo Infantes Capdevila
Representante estudiantil UC3M  

“El PP prefiere la estética al estómago” por Sara Hernández

El PP donde gobierna ha decidido que la mejor estrategia para asegurar su poder es potenciar lo visual, lo estético en la ciudad.

Así prefiere gastarse grandes cantidades de dinero en hacer jardines, decorar fuentes, cambiar rotondas o poner en marcha campañas de marketing. Es el caso paradigmático de Getafe, que en los últimos meses ha puesto en marcha acciones de esta naturaleza por un valor cercano al millón de euros, al que hay que sumar otro millón en la compra de coches para el Ayuntamiento.

 ¿Esto es necesario en época de crisis? ¿Un Gobierno que hace esto hace lo que necesita la gente que tiene problemas para llegar a fin de mes?.

Está claro: el PP prefiere lo estético a lo ético, no entiende que primero está el estómago y luego está el jardín vertical (acción en la que el PP de Getafe se gasta 210.000 euros).

Pero la cosa es aún más grave. No solo no apuesta por políticas sociales para paliar las dificultades de los que peor lo están pasando, sino que se ceba con ellos incrementando tasas en universidades o escuelas infantiles, creando otras nuevas (por ejemplo al solicitar una valoración de discapacidad o dependencia), limitando el acceso a la sanidad u obligando a pagar, mas bien, repagar, los medicamentos.

En general, un recorte en servicios públicos en la Comunidad de Madrid por más de 1.000 millones de euros.

Y por si no fuera poco, el PP no favorece la creación de puestos de trabajo. Aguirre ha reducido un 80% las políticas activas de empleo y ha dicho NO a 25.000 empleos de calidad en Getafe, empleos en el sector I+D+i que nos aseguraran la salida de la crisis. El PP dice SI a Eurovegas y dice NO a la investigación y el futuro.

No podemos permanecer callados porque esto es indigno. Nos merecemos otros Gobiernos que luchen por nosotros y no nos pongan permanentes dificultades. Esto no está bien y hemos de decirlo alto y claro.

Somos una sociedad madura, demostremos que el pan y circo es producto de otras épocas felizmente superadas.

Sara Hernández
Secretaria General PSOE Getafe

“Los presupuestos y las leyes del PP nos hunden en la recesión económica y democrática” por Manuel Robles

Cada día de gobierno del Partido Popular  ha ido confirmando la impostura y el fraude electoral realizado en toda España. Se presentaron a las elecciones como los salvadores milagrosos de una situación económica compleja y difícil, que ellos simplificaron con slogans de propaganda barata aprovechando la situación económica compleja y difícil que vivía Europa. Todo se reducía a que España lo que necesitaba era cambiar de gobierno y votar al Partido Popular para que al día siguiente comenzara la confianza en la economía Española y en el gobierno, junto con la recuperación económica y la creación de empleo, y la no reducción de servicios sociales. Todo es una gran mentira.

Su impostura y su mentira se hace evidente cada día, sobre todo desde que comenzaron atacando las bases de un Estado de Bienestar logrado después de mucha lucha y participación democrática, socavan derechos reflejados en nuestra Constitución. Primero subiendo los impuestos a las clases trabajadoras y medias de este país, reduciendo drásticamente la financiación de la sanidad, la educación, las prestaciones sociales en las comunidades donde gobiernan,  siguiendo con una salvaje reforma laboral que deja prácticamente sin derechos a los trabajadores y da todo el poder al empresario. Ponen en marcha leyes de ejecución presupuestaria que dinamitan las competencias de las Comunidades y los Ayuntamientos, con un claro ataque a nuestro sistema descentralizado consagrado en la Constitución Española. El déficit cero como religión ultraliberal europea, que es la que nos está llevando a permanecer en la  crisis y entrar en nuevas recesiones. Los presupuestos aprobados por el PP son un atentado a la recuperación económica y un golpe ideológico a los derechos y prestaciones sociales, junto con una retirada de apoyo a la educación, la investigación y la ciencia.

Mientras en nuestra Comunidad de Madrid tenemos un panorama desolador. La presidenta Aguirre no gobierna para Madrid, sus pueblos y ciudades. Está solo para seguir marcando agenda ultra a Mariano Rajoy a apoyar el desmantelamiento del Estado de Bienestar, que ella hace tiempo empezó a ejecutar en nuestra Comunidad. Y lo que es mucho peor,  no cree enla Constitución Española de las Comunidades, de los Ayuntamientos. Se ha pronunciado respecto a que se quiten a las Comunidades competencias en educación, en sanidad y en otros temas de empleo, de asistencia social, etc., que de ejecutarse serían un desastre y volveríamos a los tiempos predemocráticos, que son los que probablemente la presidenta Aguirre añore y desee que vuelvan.

De todas formas, es el momento de impulsar la confianza en las ideologías progresistas para vencer la ola conservadora de Europa causante de esta crisis y empezar de verdad el cambio de estrategia para salir de este atolladero. 

 Manuel Robles Delgado
Alcalde de Fuenlabrada

 

“Cándido” por Ángel Garrido

Arrastrado sin duda por la moda progre de celebrar bautizos o comuniones laicas, y como si de una homilía de esa naturaleza se tratara, Cándido ha afirmado en relación a la huelga convocada por los sindicatos el próximo día 29 que es «justa y necesaria». Palabras, para asombro de todos, parafraseadas del ritual de la Misa y a las que, para aquellos que no lo conozcan, siguen las siguientes: «es nuestro deber y salvación». Pues bien, Cándido ha hecho un pleno: ni justa, ni necesaria, ni nuestro deber y desde luego nada más lejos de ser nuestra salvación.

Don Cándido no es tal. Me refiero no al don, sino a la condición que correspondería a su nombre, cuya acepción, según la Real Academia, sería la de «Sencillo, sin malicia ni doblez». Su sencillez la desconozco, pero de su malicia y doblez están las hemerotecas llenas.

Fijemonos por ejemplo en el lema que han elegido para la huelga: «Quieren acabar con los derechos laborales y sociales. Con todo». Ahí es nada. El Partido Popular, lleno de gente mala y que por alguna razón incomprensible debe detestar a los millones de trabajadores que les han votado mayoritariamente, está dispuesto a «acabar» para siempre con sus derechos. Pero la gente del PP, en su maldad leviatánica, no se conforma con algo tan simple, por eso Cándido se ve en la obligación de amenazarnos con el infierno: en realidad quieren acabar «con todo».

Y es que es mejor dejarse de medias tintas, ya está bien de esquiroles y moderados, el PP ha llegado al gobierno para acabar ‘con todo’, porque son así y porque ya se vio cuando gobernaron la última vez, que acabaron con todo; de hecho acabaron incluso con el paro. Cosa que igual ocurre otra vez. Y eso no está bien, porque después la gente les vuelve a votar y no llega de nuevo la izquierda, que ha mantenido todos los privilegios sindicales, mientras los trabajadores se amontonaban en las oficinas del INEM.

Hace ya mucho tiempo que desgraciadamente para todos -empezando por aquellos a quienes dicen representar- los sindicatos han abandonado su verdadera labor de defensa de los trabajadores y -no lo olvidemos- del empleo, para convertirse en una triste correa de transmisión, cuando no directamente en el motor, de la acción política de la izquierda. Méndez y Toxo han anunciado su fiesta. Será el 29 de marzo y a ella, dada mi supuesta condición de liquidador «de todo», les anuncio que no acudiré. Porque es una huelga injusta, innecesaria, no es deber de nadie y sólo supone una salvación: la de las prebendas de Cándido.

 

Ángel Garrido García
Presidente del Pleno del Ayuntamiento de Madrid

 

“Sinceridad y firmeza” por José Carlos Boza

El reciente congreso del Partido Popular celebrado en Sevilla ha sido la confirmación de lo que viene haciendo –y explicando- el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy: Los españoles se merecen la verdad.

Nuestra sociedad tiene que saber a lo que se enfrenta y debe conocer la magnitud de la tarea que tenemos por delante. Es tiempo de un análisis adulto, que no sirve de nada ocultar con “brotes verdes” o similares. Ningún Gobierno democrático tiene derecho a trabajar a espaldas de la ciudadanía.

Precisamente de ese ejercicio de responsabilidad nacen iniciativas como la reforma laboral, el primer intento serio de abordar la crisis económica y que supone un punto de partida dentro de un paquete de medidas que se irá adaptando a las necesidades de cada momento.

Lo que ha hecho el Gobierno de Mariano Rajoy es, simple y llanamente, lo que debía hacerse. No sirve de nada poner paños calientes, confundir respecto a los presupuestos u ocultar datos sobre el déficit. La realidad es la que es y termina por evidenciarse con más fuerza ante quienes pretenden esconderla.

Es obvio, por otro lado, que este paquete de medidas habría sido menos contundente si no se hubiera recibido una herencia como la que ha dejado el PSOE, que ha superado los cálculos más pesimistas del actual Gobierno.

Con cierta razón va calando en la ciudadanía la idea de que aquellos políticos o administraciones que han dilapidado los recursos sin un planteamiento riguroso y sin seguir los criterios que marca el sentido común, contraen con la sociedad una deuda que debería ir más allá del mero cambio político consecuencia del castigo ciudadano.

Pero, del mismo modo, creo que, en justicia, se debe dar la oportunidad a aquellos que ahora asumimos la responsabilidad de demostrar que nuestros planteamientos son coherentes con el contexto que nos ha tocado vivir y que nos enfrentamos a los retos desde la rectitud moral, la sensatez y la lealtad que debemos a la ciudadanía. Con sinceridad y firmeza a la hora de afrontar lo que la situación demanda.

Estos son los principios que hemos querido aplicar en Valdemoro. Sinceridad a la hora de explicar los recortes presupuestarios y de pedir colaboración ciudadana y paciencia a los proveedores. Pero firmeza cuando toca hacer públicas nuestras ideas, nuestras recetas para combatir la crisis y nuestra frontal oposición ante quienes quieren confundir a la ciudadanía con informaciones falsas y bulos sin sentido. Cualquier vecino de Valdemoro sabe perfectamente de qué estoy hablando y puede tener la seguridad de que este Ayuntamiento no va a perder el Norte ni va a apartarse un paso de la línea que nos marcaron los vecinos respaldando mayoritariamente nuestro programa de Gobierno.

 

José Carlos Boza
Alcalde de Valdemoro

“Gallardón” por Ángel Garrido

Los admiradores de Borges -uno de los escasos escritores que cambiaron para siempre el uso del español- sabemos que a priori no hay nada más sencillo que imitar su estilo, pero a la vez, nada más difícil que probar a hacerlo y que el resultado del intento resulte en cosa distinta que una triste caricatura del mismo.

Ocurre lo mismo -mutatis mutandis- con el flamante Ministro de Justicia y hasta hace pocas fechas Alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón. Un hombre con una simbología de acción y un discurso político tan propio, que es casi imposible intentar integrar parte de ese discurso o esa dinámica, sin que quede de inmediato manifiestamente claro que se está “imitando” a Gallardón.

Gallardón, como Borges, sólo hay uno y sólo él es capaz de imitarse a sí mismo con garantía de éxito y brillar incluso en aquellos escenarios donde la luz es tenue o casi inexistente. Como muestra, sirva la batería de propuestas que ha lanzado en relación al Ministerio que administra y que han causado una auténtica conmoción en la opinión pública, aplicando lo que parecía ser hasta la fecha el menos común de los sentidos en el ministerio, ésto es, el sentido común.

A los políticos con personalidad, independientemente de su ideología y condición, se les admira y se les odia en proporciones no semejantes -los admiradores son mayoría- pero sí de intensidad muy similar. Pueden a veces contar con menos admiradores fervientes en sus propias filas, pero como escribió José Bianco, «la única estima que cuenta para un hombre inteligente es la estima del adversario».

Yo he tenido la fortuna de poder trabajar con Alberto Ruiz Gallardón y he tenido también la suerte de poder discrepar en alguna ocasión con él y hacerlo siempre recibiendo por su parte el trato elegante que caracteriza a los grandes. Paradójicamente, a raíz de una de esas discrepancias, tuve la ocasión de almorzar en privado con él. El entonces Alcalde de Madrid y mi jefe de filas, sin necesidad alguna por su parte, me comentó abierta y francamente sus opiniones en muchas materias y me expuso un cronograma de futuro para nuestra ciudad y nuestro partido, que tengo que decir se ha cumplido punto por punto.

Sólo conozco dos políticos para los que sé a ciencia cierta que el mejor regalo que se les puede hacer es un libro, una es mi querida amiga y delegada del Gobierno Cristina Cifuentes; el otro es Alberto Ruiz Gallardón, así que le regalé uno en aquella comida. Se trataba de la bonita edición de “Olímpicas” de mi admirado poeta Juan Antonio González Iglesias. Gallardón, con la suerte o el instinto de los lectores impenitentes, lo hojeó y se detuvo en su página 19, me miró y dijo algo así como “menuda frase”. Eran las dos primeras líneas del poema ‘Contra derrota’ y dicen así: “La derrota ya tiene suficientes enamorados”. Gallardón no es, afortunadamente, uno de ellos.

Ángel Garrido García, presidente del Pleno del Ayuntamiento de Madrid

“Una historia repetida” por Cristina Cifuentes

Como ocurrió con el 3 de marzo de 1996, el 20 de noviembre de 2011 se ha convertido en una fecha clave de cambio en la historia de nuestra reciente democracia; por su necesidad indiscutible y por su parecido con la situación del país a mediados de los noventa.

Entonces como ahora, España atravesaba por una grave crisis económica: el paro superaba el 20 por ciento, la mitad de los jóvenes españoles no podía acceder a un empleo, las cuentas de la Seguridad Social estaban en quiebra, las perspectivas de crecimiento eran prácticamente nulas, la credibilidad de nuestro país dentro y fuera de las fronteras era inexistente y la corrupción salpicaba al Gobierno socialista.

Quince años después, mismo partido en el Gobierno, problemas similares, misma ineficacia. Todo igual, quizá con una excepción: la deriva a la que hace tiempo abandonó al país el presidente Rodríguez Zapatero, ahora en funciones, cuando desoyó la crisis y, antes y después, con su empeño en hacer una política de imagen en lugar de apostar por la política de gestión.

Ahora como entonces, el Partido Popular tiene la responsabilidad de lograr la recuperación de  España lo antes posible. Y eso, sin duda, pasa necesariamente por adoptar medidas urgentes, hacer importantes esfuerzos y remar todos juntos.

Es urgente una reforma del mercado laboral, que dote de garantías a los trabajadores, que no tenga como prioridad reducir el coste del despido sino abaratar la contratación, bonificando, por ejemplo, con una reducción en el Impuesto de Sociedades a aquellas nuevas empresas que creen empleo. Una reforma que no deje de lado a quienes han sido los grandes perjudicados de esta crisis, como jóvenes, mujeres y parados de larga duración con más de 45 años.

Igual de urgente es dar un ejemplo de austeridad y de gestión responsable con un saneamiento de nuestras cuentas públicas; porque un control exhaustivo y riguroso del déficit presupuestario, impidiendo el endeudamiento excesivo del Estado y las Comunidades Autónomas, será la única garantía para preservar nuestro estado de bienestar.

Sin duda, el nuevo Gobierno tendrá que eliminar gasto corriente y no productivo, evitar duplicidades, priorizar la prestación de servicios y planificar una adecuada inversión pública, haciendo de la vuelta a un plan de estabilidad presupuestaria el objetivo irrenunciable.

Y se deberá afrontar sin demora un saneamiento y reestructuración del sistema financiero para dotarlo de mayor estabilidad, mejor seguridad y más dinamismo.

España tiene futuro y los españoles tienen más cerca la solución. Si aplicamos medidas, y actuamos juntos y con determinación, conseguiremos recuperar la credibilidad y la confianza que nuestros vecinos europeos demandan.

Confianza, empleo y austeridad, tres elementos de una suma que, entonces como ahora, nos sacará con buenas expectativas de la crisis y convertirá a España, de nuevo, en un referente en el mundo.

Cristina Cifuentes, vicepresidenta Asamblea de Madrid

“El momento de las personas” por José Carlos Boza

Como una piedra en un estanque. Así se puede considerar el impacto de la crisis económica y financiera en España. Como una enorme roca que cae en las aguas tranquilas del tejido social de nuestro país, sustentado en las bases marcadas por anteriores Gobiernos del Partido Popular.

La crisis económica se basa en números, en magnitudes, en la interpretación de unas indeterminadas variables; y, en contra de lo que pudiera parecer, esas cifras no concretan la realidad, sino que la convierten en más abstracta y lejana.  Por eso, yo no quiero hablar de números, sino de personas.

Un muerto es una tragedia y mil una estadística. Esta cínica frase, atribuida al dictador Josef Stalin nos muestra precisamente cómo no hay que interpretar el baile de números con el que nos bombardean. Por tanto, no debemos pensar en los 4.226.744 parados registrados en España el pasado mes de septiembre como una cifra sino como 4.226.744 dramas familiares que, muy a su pesar, han protagonizado la mayor subida del desempleo al final del verano de los últimos 15 años.

Los ayuntamientos, como administración más cercana al ciudadano, somos los primeros en enfrentarnos al drama personal de esos más de cuatro millones de seres humanos; somos los que tenemos que afrontar la crisis doméstica de nuestra ciudadanía. Todo un reto.

En Valdemoro hemos asumido este desafío con un profundo sentido de la responsabilidad y desde la coherencia de negarnos a que las consecuencias de los despropósitos de ocho años de gestión del Gobierno de la Nación las paguen siempre los mismos.

Por eso, en este Ayuntamiento compaginamos el respaldo a la ciudadanía desde lo público, con el mantenimiento de los servicios sociales, y el impulso a nuevas propuestas de negocio, autónomos y emprendedores, sabedores de que de ellos depende la creación de empleo y riqueza.

Se dice que el margen de maniobra de los ayuntamientos en la lucha contra el desempleo, especialmente en estos tiempos de dificultades, es limitado. Bien, ese es otro de los paradigmas que debemos romper. El objetivo, sea cual sea el ámbito de responsabilidad en el que nos movamos, debe ser dar lo máximo, poner todo de nuestra parte para combatir esta lacra cuya erradicación tiene que ser un elemento aglutinador de toda la sociedad. Porque, si lo que es una terrible crisis económica se convierte también en una crisis de autoconfianza, de compromiso o de solidaridad, será entonces cuando el problema habrá saltado de los mercados a los individuos.

Frente a ese desánimo, es el momento de políticas que sustituyan a modelos que se han evidenciado como ineficientes, de nuevas actitudes, de recetas que ya han demostrado su validez, de terminar con el despilfarro y de mirar al futuro con optimismo. Así, el tiempo de los números habrá pasado y llegará nuestro momento; el momento de las personas. La elección está en cada uno de nosotros.

José Carlos Boza Lechuga, Alcalde de Valdemoro.

«Huelga en la enseñanza, ¡qué vergüenza!» por Antonio Hernández Guardia

Estoy viviendo con extraordinario interés la huelga que mantienen los profesores de Secundaria estos días e intentando ponerme en su lugar para comprenderlos mejor. Tengo que reconocer que no lo consigo y sólo encuentro razones o, mejor dicho, excusas para realizarla.

Confieso que soy profesor de secundaria de un Centro concertado y aunque a algunos les pese, me considero que pertenezco a la enseñanza pública, con menos sueldo, más horario, más exigencia pero con la misma responsabilidad que los profesores de la «pública» oficial. Dicho esto, seguro que todos comprenderán mi posición.

La huelga ha sido convocada ante la decisión de la Comunidad de Madrid de aumentar el horario lectivo en dos horas, es decir, pasar de 18 a 20 horas. Reconozco que esta medida no le guste a nadie pero está dentro de la legalidad y además, muchos profesores de secundaria llevamos años dando más de veinte horas lectivas y no se nos caen los anillos. En tiempos de crisis todos debemos arrimar el hombro. No creo que traiga aparejada la hecatombe como anuncian de forma apocalíptica los sindicatos.

Nos dicen que «se quieren cargar la enseñanza pública» y anuncian recortes y deficiencias por todos sitios pero en realidad no ponen sobre la mesa o hacen públicos cuales son los recortes, salvo problemas organizativos de los Centros o problemas de reparto de materias y horarios ¿Acaso los profesores no estamos capacitados para dar alguna materia anexa a nuestra especialidad? o ¿es que es más cómodo no hacerlo?

No quiero hacer ninguna comparativa con otras Comunidades porque entonces el diferencial sería espectacular a favor de Madrid, pero si les pido a mis compañeros de profesión que recapaciten y piensen en todo ello. A los Sindicatos, sobre todo a los de clase, no les pido nada. No creen en la libertad de enseñanza y eso para mi ya lo dice todo, pero si deben de darse cuenta que no pueden caer en mayor desprestigio ante los ciudadanos con sus dobles raseros para convocar huelgas según el color del Gobierno.

Por favor, un poquito de reflexión, de sensatez y pensemos más en los chavales que están perdiendo las clases, en los millones de parados y menos en nuestras tendencias políticas y en eslóganes trasnochados que ya no se cree nadie.

Antonio Hernández Guardia, profesor de educación secundaria

“Sálvame del PSOE” por Ignacio García de Vinuesa

El día que el programa “Vuélveme loca” me pidió unas declaraciones sobre nuestra Hija Predilecta Penélope Cruz, creí la verdad, que la periodista vendría buscando “bronca” por aquello de tratarse de un programa del corazón de los que suele decirse que hablan a gritos o que la montan por nada. Sin embargo, la entrevista con Mar Torres fue exquisita, la periodista – simpatiquísima – sabía de lo que hablaba y conversamos amigablemente.

Los políticos parecíamos encasillados a aparecer en telediarios, en informativos o programas como el tan añorado La Clave. Sin embargo, hoy es frecuente vernos participar en programas más cercanos al entretenimiento que a la información o, mejor dicho, en programas que tienen la difícil habilidad de informar entreteniendo. Lo que todavía yo no había visto era a los políticos en programas de corazón aunque me temo que dentro de poco veremos a la oposición de Alcobendas en “Sálvame” aunque, con cariño les digo, que no llegarán al Deluxe.

Lo que ha pasado esta semana en Alcobendas es algo que yo no había visto nunca. Dos concejales socialistas han decidido ser estrellas mediáticas por montar una bronca en un Pleno. Y no en un Pleno cualquiera, eligen el de las ordenanzas fiscales,  es decir, el Pleno en el que votamos lo que pagarán nuestros vecinos el año que viene. Casi nada.

Pero mejor que hablar y debatir, montamos un numerito que así nos aseguramos la exclusiva. Desafían al alcalde,  desobedecen la normativa del pleno y amenazan a la policía… por un minuto de gloria.

Y del minuto al montaje: la portavoz de Izquierda Unida y el de UPyD (de logo rosa y alma roja) se unen para montar el trío. No es un trío para hacer llegar a los ciudadanos sus propuestas sobre ordenanzas fiscales; es un trio para dar – en exclusiva, claro – su versión de un Pleno municipal que está grabado y en el que se observa su desobediencia a las normas y su falta de buen trabajo al haber presentado una enmienda tarde y mal.  Como dicen los tertulianos del corazón, “que me pongan el video” y, por favor, que venga Arguiñano a ver su fallido intento de darle la vuelta a la tortilla a su torpeza plenaria.

Todo podemos meter la pata; pero no está bien perder las formas y mucho menos hacer de los plenos un plató en el que montar un show televisivo. Eso es una práctica política deleznable que se agrava aún más en estos tiempos que corren en los que todos debemos intentar transmitir confianza a nuestros vecinos y subrayar el trabajo político – en gobierno y en oposición – frente a la bronca, el grito y la desfachatez. Trabajamos mucho la gran mayoría de los políticos como para proyectar esta imagen a los ciudadanos.

Cuidado Belén Esteban que en Alcobendas tienes competencia. Eso sí, por unidos que aparezcan los 3 portavoces de la izquierda, cualquier día les vemos enfrentándose en “Enemigos íntimos”. Y si no, al Pleno.

Ignacio García de Vinuesa, alcalde de Alcobendas