Unión, Progreso y Democracia de Tres Cantos hace una apuesta decidida por la administración electrónica

logo_upyd_tres_cantosUnión, Progreso y Democracia es un partido político que apuesta por la implantación de la administración electrónica en las administraciones. Por eso pedimos que se elabore un Plan de Acción para su definitiva implantación en el ayuntamiento de Tres Cantos.

En nuestro ayuntamiento ya puede realizarse algunos trámites como como presentación de facturas, solicitudes de cita previa para DNI, portal de quejas y sugerencias, algunas gestiones con otras administraciones, divulgación de ciertas informaciones, etc., pero todo ello se hace de forma inconexa, sin una visión global.

Por otra parte, y en lo que concierne al segundo pilar del proyecto, la gestión interna, poco o nada tiene que ver con la administración electrónica, ya que el papel está presente en todos los departamentos y sobre todas las mesas de trabajo, mientras que la firma de documentos de manera tradicional es la norma, y estos se escanean posteriormente para su archivo.

Hoy día toda la información se genera de forma electrónica, y no hay, pues, razón para pasarla a papel para su tramitación posterior. Hoy es posible hacer toda esa gestión electrónicamente y goza de la misma validez desde el punto de vista legal, si va acompañada de la preceptiva firma electrónica y para ello, es necesario que todo el personal del ayuntamiento disponga de DNI o certificado digitales. Una administración en la que escasos empleados públicos, políticos y cargos de confianza disponen o usan esta firma, poco tiene de administración electrónica.

Nos podemos preguntar si estamos en condiciones de dar ese paso y la respuesta es, sí; pero es necesaria voluntad política, por eso creemos oportuna esta propuesta.

Por otra parte, en los tiempos de austeridad que nos está tocando vivir, creemos especialmente conveniente contar con una administración más eficaz y eficiente, no podemos caer en el error de dedicar los escasos recursos de los que disponemos a fines superfluos, poniendo en cuestión lo esencial, que es la verdadera razón de ser de las administraciones. En definitiva, tenemos que prescindir de lo superfluo para poder mantener lo esencial. Creemos que la administración electrónica puede contribuir a ello, por ello pedimos un Plan de Acción, con un horizonte temporal, para su definitiva implantación.

Aprovechando esta circunstancia creemos necesario realizar una revisión en profundidad de todos los procedimientos administrativos para buscar su simplificación, manteniendo las mismas garantías desde el punto de vista legal, pero evitando pasos innecesarios. Es necesario que se analicen las rutas que siguen los expedientes y las firmas o autorizaciones requeridas; también que se definan los responsable últimos para cada tipo de expediente, y que todo ello esté perfectamente documentado.

La implementación de una administración electrónica reportará entre otras muchas ventajas una mejor respuesta al ciudadano, un mayor control y menores costes. También nos permitirá detectar deficiencias y facilitará la búsqueda de soluciones. La denominada trazabilidad, nos permitirá tener un control absoluto sobre los expedientes.

Entre otras ventajas añadidas, nos permitirá prescindir del papel, lo que se traducirá en ahorro de tiempo, espacio y recursos. El almacenamiento, archivo y búsqueda de información se simplificará ostensiblemente

Para poner esto en marcha hace falta formación, motivación e incentivos; con estos elementos, creo que es un proyecto al alcance de la mano.

Fernando de Santiago
Concejal portavoz de UPyD

«¡Uf, por este artículo de opinión sobre las políticas de igualdad me va a caer la del pulpo!» por Miguel Aguado

Miguel AguadoDebo decir de antemano que siempre he defendido la igualdad de hombres y mujeres. No creo que una sociedad en la que la mitad del planeta tenga menos derechos y oportunidades que la otra sea una sociedad justa. Considero que esta no es solo una causa de las mujeres, es y debe ser una causa común de las personas justas. Sinceramente creo que los valores femeninos son mejores para lo colectivo y lo público; es decir, que con una visión femenina la política sería mejor para todos. No descubro nada nuevo: ya lo dijo el feminismo en el pasado siglo. No me refiero a una cuestión numérica, que también, sino de modos y formas: la búsqueda de lo que se comparte frente a lo que diferencia, el acuerdo frente a la discrepancia,… ¡Vamos, una democracia más real!

Dicho esto, quisiera reflejar algo que me lleva dando vueltas desde hace tiempo. Lo políticamente correcto sería callarme, dejarlo en ese lugar del cerebro donde se almacenan las cosas que no se usarán. Pero creo que el debate libre nos obliga a poner sobre la mesa lo que consideramos debe ser de utilidad, aún a riesgo de estar equivocado o de tener respuesta discrepante.

Hace algunos años en las entidades sociales y en la izquierda política se hablaba de políticas o áreas de mujer; quedaba claro, se trataba de acciones dirigidas a lograr que la desigualdad de la mujer en general se redujese. Eso está muy bien. Luego, por esa obsesión que tenemos en la izquierda de reinventar los nombres para seguir muchas veces haciendo lo mismo, pero más moderno, se le llamó políticas de igualdad. Ahí comienza mi discrepancia, cuya expresión en público en este artículo me llevará a la «muerte política» (es broma, ¿supongo?).  

Es verdad que tenemos muchos problemas de desigualdad en nuestra sociedad con las mujeres, sin lugar a dudas. Es cierto que tenemos un número repugnante de atentados a mujeres por hombres asesinos, machistas y posesivos, es igualmente cierto que las mujeres en general cobran menos que los hombres como reflejan los informes oficiales, es cierto que cuesta ver una mujer en los lugares importantes de toma de decisiones en la esfera internacional o en las empresas. Es verdad todo eso.

Pero tengo la sensación que una cosa es la realidad y otra la respuesta tradicional desde la izquierda. Los partidos de izquierda (PSOE e IU principalmente) compiten para ser los que más peso le dan a las políticas de mujer. Así logran colocar en la agenda política temas como la paridad, las listas cremalleras, los porcentajes de mujeres en puestos directivos, la defensa de la decisión de las mujeres sobre el aborto (parece mentira que en pleno 2013 tengamos que seguir hablando de ello por la visión retrógrada del PP y especialmente del «progre» Gallardón), los premios de mujer, las entidades de mujer,… Todo muy bien, ahora lo llamamos igualdad y no hay dirigente que no  quiera estar al frente de ello.

Así, en mi propio partido recientemente se propuso como evolución positiva que en todas las decisiones importantes que se tomasen estaría presente una persona (presumiblemente mujer) para valorarlo desde la perspectiva de la igualdad o de género. Considero que la igualdad, la justicia social o la honestidad por ejemplo, no se pueden “procedimentar” o reglamentar; se trata de valores y eso o está presente en todo y en todos los que toman decisiones o no hay reglamento que lo sustituya.

Este feminismo de las élites femeninas en política bien podría ser llamado el “feminismo del 1%”, el cual trata sólo del techo de cristal, pero muy pocas veces del suelo de piedra. Se ocupa de las preocupaciones, ansiedades y prerrogativas del 1%, mujeres que están en o cerca del nivel más alto de sus profesiones, el mundo corporativo o gubernamental. Desgraciadamente, esto les ciega en su propio campo de visión limitado, tiende a hablar en nombre de todas las mujeres, universalizando algo que es profundamente particular. Porque, realmente ¿todas las mujeres españolas consideran como prioritario que los partidos políticos presenten sus listas en forma de cremallera? Que conste que cuando me presenté a la Alcaldía de mi municipio (Tres Cantos) en 2003 (¡qué mayor ya!) presenté una lista cremallera, por convencimiento, por didáctica política y por capacidad de todos y todas. 

Considero que esta visión de feminismo corporativo es fundamentalmente conservadora, porque liga la igualdad a valores post-materiales. Daríamos a entender que lo material y la desigualdad más básica, la material, ya se ha logrado; quedando únicamente “huecos” por cubrir en ese post-materialismo. Esta visión del feminismo utiliza metalenguajes corporativos, es conformista con las estructuras de la cultura corporativa y no requiere, aparentemente, ningún cambio cualitativo en las relaciones sociales. En su lugar requiere que aquellas personas que estén sufriendo un  impacto fuerte de la desigualdad y la discriminación deban modificar su perspectiva psicológica.

El feminismo vertical desde arriba hacia abajo depende de la benevolencia y política de género de las que llegan arriba. No se trata de hacer acciones colectivas o construir un poder colectivo para el cambio.

Recuerdo que cuando en el Gobierno del José Luís Rodríguez Zapatero se lanzaron las ayudas de 2.500 euros a los nacimientos, política que no comparto por ser lineal, trabajaba en una agencia de comunicación y en ese momento se encontraban embarazadas, al tiempo, la Directora General y la recepcionista. Mientras que para la primera era un dinero que le vendría bien, para la segunda era una ayuda imprescindible.

Pero, considero que sin restarle importancia al problema esta visión que se ofrece a veces  desde la izquierda es claramente una visión burguesa (como se decía antes). Porque, la mayor desigualdad, la falta de igualdad mayor en derechos y oportunidades en España no es entre hombres y mujeres, lo siento, es entre ricos y pobres; sin lugar a dudas. Es decir, no estamos en esa sociedad post-material donde algunos consideran se ubica la política.

Hace unos días la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), organización internacional que reúne a los 34 países más industrializados del mundo, hizo público un informe sobre la desigualdad en el período comprendido entre 2007 y 2010.

España, según este estudio, no solo es el país con mayor desigualdad de la eurozona, también es donde más crecieron las diferencias entre los más ricos y los más pobres en este período, es decir, los años correspondientes a la primera mitad de la crisis. Complementariamente, tres millones de nuestros compatriotas (si, 3 millones) se encuentran en la extrema pobreza.

Este informe señala cómo la desigualdad en lo que referido a los recursos familiares, medido en el llamado coeficiente Gini que refleja la diferencia de ingresos en un país, se agravó en España 2,9 puntos en este indicador a lo largo del periodo analizado.

¿Hay que trabajar por la igualdad entre hombres y mujeres? sin duda; pero hay que reorientar las prioridades. Esto quiere decir, desde mi perspectiva, que siendo importantes para nuestra sociedad y su progreso las medidas que se piden desde lo que denomino el feminismo del 1%; en época de crisis como la actual, debemos cambiar la prioridad y darle más importancia y esfuerzo a que la desigualdad no se cebe, aún más, en las mujeres en general y en las que se encuentren en situaciones de mayor vulnerabilidad en especial. Esto hay que hacerlo con más insistencia y al tiempo, no en lugar de.

Lo moderno parece ser hablar y hacer jornadas sobre mujer (bienvenido sea), igualmente señalar las políticas de nuevos derechos: gais y lesbianas, por ejemplo. Pero parece ser que es poco moderno hablar y trabajar por lo que la izquierda se fundamenta: acabar con la pobreza. Yo me quedo con la frase de mi admirado Olof Palme: «Yo no quiero acabar con los ricos, quiero acabar con la pobreza». Por eso soy socialdemócrata.

Ahora,…. ya pueden lincharme.

Miguel Aguado Arnáez
Diputado PSOE Asamblea de Madrid

«¿Por qué UPyD sale a la calle sin haber elecciones?» por UPyD Tres Cantos

Con una periodicidad mensual, las agrupaciones locales de UPyD salen a la calle en un intento de acercar de nuevo la política al ciudadanos y explicar lo que hacemos, nuestras `propuestas y nuestros actos al ciudadano. Sin embargo,  de todas las preguntas posibles que pueden hacernos los ciudadanos, la más recurrente es sobre el qué hacemos montando estas salidas, cuando todavía  queda mucho para las elecciones.

Cualquier ciudadano puede preguntarnos en público, a la vista de todos, nos haya votado o no. Estamos en la calle porque es necesario estar ahí, porque es necesario que mucha gente desencantada con toda la razón de la política en España comprueben que hay otra manera de hacer las cosas.

La política deben hacerla los ciudadanos. El esfuerzo hemos de hacerlo entre todos. No podemos quejarnos de que determinados indeseables en partidos políticos nos roban a manos llenas, si únicamente nos preocupamos de la política cada cuatro años a la hora de votar, o ni siquiera eso.

La “res pública” latina es la “cosa de todos”. La política no es de los políticos ni de los partidos, es cosa de todos y nos pertenece a todos.  Pero esa propiedad, que es un derecho, por el que mucha gente luchó en la dictadura tiene también su reverso: la responsabilidad de ejercerlo.

En España nos hemos abandonado demasiado tiempo. Cuando todo iba bien, hemos dejado que gobernaran por nosotros y sin pedir demasiadas explicaciones. Y a los que auguraban lo peor les llamamos agoreros.

Ahora estamos reaccionando, unos por la fuerza de la razón, otros por el peso de lo evidente, y otros movidos por desgracias propias y ajenas que les han abierto los ojos. Y por eso salimos a la calle. No a protestar, sino a proponer. No a destrozar, sino a construir. A dialogar. Tener opiniones distintas no significa que sean contrarias, ni que seamos enemigos. Es necesario poder volver hablar de política partiendo desde las ideas y no desde trincheras ideológicas que solo propician enfrentamientos estériles.

Por eso salimos a la calle. Para demostrar a la gente que hay otros caminos, otras vías. Y para pedirles que hagan también su parte. Que si quieres cambiar algo, quedarte en casa no vale. Si quieres cambiar, has de proponer. Las cosas se cambian sumando, y ciento uno pueden más que cien.

Es nuestro ADN. Rendir cuentas. Transparentes. Diálogo. Propuestas concretas, prácticas y aplicables. Queremos unos consejos sectoriales con participación real entre ciudadanos, asociaciones y ayuntamiento, y no unos órganos meramente propagandísticos de las bondades de la gestión del equipo de gobierno. Es necesario articular sistemas de participación ciudadana efectiva. Hasta que esto forme parte de nuestro sistema político, hasta que los ciudadanos puedan hablar con los políticos e influir en sus decisiones con aportaciones de una manera real, nosotros saldremos a la calle a hablar con los ciudadanos. Porque es nuestro deber, y porque es como las personas que estamos  en UPyD  entendemos que se debe hacer la política.

UPyD Tres Cantos

«El PP de Tres Cantos y las dobleces del lenguaje» por UPyD

El pasado día 14 de mayo, en el último pleno se aprobó el plan de ajuste de pago a proveedores para el ayuntamiento de Tres Cantos por  11,5 millones de euros. Aun así, hace solamente cuatro meses, el ex alcalde Folgado, mantenía que en marzo de 2012,  el ministerio de economía afirmaría que nuestro consistorio había cerrado el ejercicio 2011 sin deuda.

¿Esta deuda millonaria, se ha generado entonces en este último y breve periodo de tiempo? ¿O la magnífica gestión y el ayuntamiento modélico que nos han vendido durante estos últimos años no lo era tanto? Sin contar con asuntos como el Tagarral, del que hay mucho que decir, o de la gestión de determinadas instalaciones públicas, como la piscina de Islas, la verdad es que el ayuntamiento ha tenido que pedir acogerse al plan de pago a proveedores porque debe más de 7,4 millones de euros a corto plazo y no hay dinero para pagarlos. Ergo o desde la marcha de Folgado esto ha caído en picado, o la gestión no ha sido tan modélica como se presumía.

Aun así, los miembros del consistorio, magníficos comunicadores y eficaces propagandistas, hacen un uso inmejorable de los medios a su disposición y la noticia es que el año 2011 se terminó con un superávit de algo más de 100.000 euros. De hecho, la situación económica del ayuntamiento, según nos la venden, parece inmejorable.

Torciendo el lenguaje y mediante tecnicismos, se puede decir lo que uno quiera. Pero todo aquel que deba mantenerse por sí mismo, es consciente y sabe que si tiene que pedir un crédito para pagar la luz, es que tiene deuda y que ha gastado más de lo que tenía, que ha gestionado mal su economía.

Es de sentido común. Si la gestión ha sido ejemplar, y el ayuntamiento tiene muchísimos recursos y puede afrontar el futuro de manera esperanzadora, ¿por qué hemos tenido que pedir prestados casi 12 millones de euros?

Vístanlo como quieran. Niéguenlo, incluso con tecnicismos. Denle la vuelta a la tortilla. Son maestros en eso. El hecho, es que el pleno ha aprobado acogerse a un plan de saneamiento por valor de 11,5 millones de euros. Crédito que pagaremos a lo largo de los próximos cinco años. De hecho, debemos ir tan apurados que los dos primeros solo devolveremos intereses. Si en dos años los ingresos no suben, habremos de recortar o suprimir muchas partidas para hacer frente a la devolución del principal de este crédito.

Y si, la medida ha sido aprobada sin ningún voto en contra. Gracias por anunciarlo como un éxito suyo en la nota de prensa. Evidentemente, desde UPyD no podemos negarnos a una fórmula que permitirá a muchos autónomos y Pymes cobrar los servicios prestados al ayuntamiento. Eso puede suponer para muchos un alivio económico, o incluso la diferencia entre mantener la actividad o cerrar. Pero no nos intenten colocar el sambenito de que al no negarnos aprobamos su gestión. No hablen por nosotros ni interpreten nuestra postura. Desde aquí, desde estas palabras, condenamos esa gestión que nos ha llevado a tener que acogernos a este plan, y sobre todo, condenamos esas medias verdades, esos tecnicismos y esas expresiones que confunden y que hacen que al ciudadano le resulte difícil percibir la verdad de lo que está ocurriendo.

Grupo municipal de UPyD Tres Cantos

“La educación de calidad nos hace libres” por José Folgado

Pienso firmemente que la educación de calidad, pública, concertada o privada, es la que hace libres a las personas, ya que una completa formación es lo que nos permite realizar el proyecto de nuestra vida. Esto siempre ha sido así pero es en las crisis económicas cuando se pone de manifiesto con mayor claridad, ya que muchos de nuestros jóvenes, preparados, con idiomas y que están hartos de no ver reconocida dicha formación con un buen trabajo y un salario digno en su país, encuentran una salida digna en los mercados internacionales. Esta pérdida de capital humano, esperemos que temporal, es la que estamos sufriendo ahora en un nivel muy significativo por parte, precisamente, de nuestros mejores valores, de aquellos jóvenes mejor formados.

Sobre el sistema educativo actual se podría hablar largo y tendido, ya que ofrece sin duda muchas luces pero también muchas sombras. Lo que no ofrece lugar a dudas es la acertada apuesta por el bilingüismo desde la más tierna infancia que está realizando desde hace años la Comunidad de Madrid. Este aspecto, junto al respeto y la autoridad del profesor, premiar el esfuerzo y la responsabilidad del alumno, y la libertad de elección de los padres sobre el modelo educativo que quieren para sus hijos, me parecen los cuatro pilares fundamentales de un sistema educativo moderno y eficaz, integrado de lleno en el siglo XXI. Más allá de discusiones políticas sin sentido, estas cuatro claves deben salvaguardarse por encima de todo y perdurar en el tiempo. Sólo así, tendremos una sociedad sana y rica en materia de formación a la que se le abrirán numerosas puertas en el futuro.

Como alcalde de Tres Cantos, permítanme terminar diciendo con legítimo orgullo que somos líderes en bilingüismo de la Comunidad de Madrid (8 de 9 centros públicos; 3 de 3 institutos, con la incorporación del último a partir de septiembre de 2011). También que nuestros centros escolares ocupan las primeras plazas en las sucesivas pruebas de nivel que se realizan cada año en las diferentes etapas escolares. Sin ir más lejos, nuestros 3 institutos públicos están entre los cinco mejores de toda la región según se desprende de la última prueba hecha pública por la Consejería de Educación hace unas semanas. En cuanto a nuestros colegios públicos, estos se encuentran siempre entre los mejor calificados de toda la región.

Educación de calidad, esa es la clave, no hay otra.

José Folgado, acalde de Tres Cantos