“Divide y vencerás” por Juan Torres García

FOTO_JUAN_TORRESAl igual que un trabajador pelota, que para congraciarse con el jefe traiciona a sus compañeros, el Presidente Rajoy ha decidido ser el alumno más aventajado de la dueña de Europa. Entre los gobiernos europeos, el español ha sido el más beligerante y crítico con el nuevo ejecutivo griego, sea por miedo a que las medidas del gobierno de Syriza tengan éxito y puedan suponer un cambio político en nuestro país, o sea porque piensen que atacando a Grecia la señora Merkel y Alemania van a ser más benévolos con España. La realidad es que nuestro gobierno ha decidido ser más papista que el Papa y exige a Grecia más austeridad y más recortes, rompiendo una posible alianza con los otros países damnificados por las políticas económicas de austeridad, los despectivamente denominados PIGS[i], y olvidando aclarar en sus declaraciones públicas que nuestro país no salió al rescate de Grecia, sino al de los bancos que tenían deuda griega.

La actuación de nuestros gobernantes es un ejemplo claro de que es más fácil congraciarse con el poderoso que apoyar al débil. Siempre se necesita un chivo expiatorio a quien hacer responsable de nuestras desgracias, máxime cuando los responsables son fuertes y de difícil acceso. En mi ciudad han aparecido panfletos de un grupo de ultraderecha y fascista en que, con un claro cariz xenófobo y de propaganda electoral, se pide que los servicios y los derechos sociales sean solo para los españoles. Una vez más pretenden enfrentar entre sí a los más pobres y desfavorecidos. Lo que este grupo olvida es que los responsables de la situación económica que vivimos no son aquellos que necesitan ayuda, sea cual sea su nacionalidad o lugar de nacimiento, sino los gobernantes que han eliminado las ayudas sociales, aplicando fuertes recortes en derechos básicos como educación, vivienda o sanidad. Quienes han quitado las becas para comedor o libros de texto no han sido los compañeros de clase de mis hijas que provienen de otros países, sino el ministro Wert o la Consejera de Educación de Madrid, Lucía Figar. Las familias inmigrantes de mi colegio no son las responsables de la reducción de profesores, de la eliminación de los apoyos o de la no sustitución del profesorado enfermo: de esto son responsables los recortes que los gobiernos autonómico y central han realizado, y que han ido destinados a rescatar a los bancos y a las cajas de ahorro. Solo el rescate de Caixa Galicia y Caixa Catalunya (10.000 millones de euros) es igual a lo recortado en sanidad y educación. Entonces, ¿quién es el enemigo del bienestar de los ciudadanos españoles? ¿Es el hijo de un emigrante o el banquero manirroto y el político corrupto que ha permitido sus desmanes?

A los que tienen el poder y los boletines oficiales les es fácil conseguir enfrentar a los ciudadanos entre sí. Un ejemplo claro lo tenemos en la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid: en 2012, ante la unidad de padres, profesores y alumnos contra los recortes en educación, que provocaron varias huelgas y movilizaciones en colegios, institutos y universidades, la Consejería vio una oportunidad única para romper esta unidad, flexibilizando la norma que posibilita la implantación de la jornada continua en los colegios públicos. En parte lo ha conseguido, ya que esta modificación ha provocado que cuando llega enero o febrero se inicie, en todos los colegios públicos de la Comunidad, una discusión que enfrenta, por un lado, al profesorado con una parte de las familias y, por otro, a unas familias contra otras, en un falso debate sobre las bondades de una u otra jornada escolar, bajo la que subyace en realidad la defensa de los intereses particulares de cada sector. Se supone que la Comunidad de Madrid es la que tendría que velar por el interés de los alumnos y, por tanto, es quien tendría que decidir, a partir de estudios serios y fiables y con el asesoramiento de expertos, qué tipo de jornada es la mejor para los estudiantes de nuestra Comunidad. Estoy absolutamente convencido de que el interés del alumnado no es el objetivo que persigue la Consejería de Educación, y su intención real es dividir a las familias y docentes de la escuela pública con el único objetivo de dinamitar las protestas contra los recortes.

Lo dicho: divide y vencerás.

Juan Torres García

AMPA “Buero Vallejo” de San Sebastián de los Reyes

[i] PIGS significa en inglés cerdos y son las siglas de Portugal, Irlanda, Grecia y España (Spain).

 

“Las circunstancias son a día de hoy, nuestro verdadero rival político” por Carmen Guijorro

FOTO_CARMEN_GUIJORROPor eso, no debemos dar demasiada importancia a lo que digan los partidos minoritarios, ni los sindicatos desacreditados hoy, por los propios trabajadores a los que dicen defender.

A día de hoy, los que nos dediquemos a la política, hemos de tener dos objetivos prioritarios: la libertad y España. España es un país que ha demostrado históricamente, una gran fortaleza y credibilidad. Si bien han pasado unos años en los que quizás, ha perdido el rumbo de su identidad y su potencial, somos una nación de solidez democrática indiscutible, y por lo tanto no debemos permitir que el radicalismo de algunos, afecte al conjunto de la misma, como hoy nos quieren vender, algunos políticos independentistas.

La Democracia es básicamente el estricto cumplimiento de las Leyes. Cuando permitimos que entre en juego el radicalismo, existe la posibilidad de que acabe ganando el juego, el más radical de todos. Si juegas con la reglas de la Democracia, ganará siempre lo más democrático.

Ser político a día de hoy, no es un ejercicio agradable, y por ese motivo, está dejando de tener interés para los mejores y los más preparados. Se paga un precio demasiado alto por dedicarte a la política. Pero la política en verdad, tiene buenos momentos, momentos malos y muchos momentos injustos. Si decides involucrarte en la vida política, has de tener tu vida muy bien organizada y con unos cimientos muy sólidos, porque hay ocasiones, en las que la política intentará acabar con ella. Sin duda, la política, también conlleva grandes momentos de satisfacción personal, reconocimiento colectivo y mejora de la nación.

Así que, animo a los mejores, a plantearse la vida política. Sobre todo aquellos jóvenes que pueden actualizar y ampliar con su ingenio y conocimiento los horizontes establecidos. Pero antes de nada hay que recuperar la credibilidad en las instituciones y sus dirigentes, para ello se hace imprescindible un ajuste de las administraciones, y es necesario que las figuras políticas se aparten del amiguísimo, del enchufismo, del favoritismo y de todos los “ismos” que se le puedan achacar para hacerla atractiva y para que, los mejores estén dispuestos a dedicarse a ella.

Los medios de comunicación no están en un buen momento, y sin embargo, la dependencia sobre ellos de algunos políticos es escandalosa. Esto ocurre por la constante necesidad de reprobación de algunos no tan capacitados para la vida política, que aprovechándose del sistema democrático, han encontrado un hueco en el que colarse, no para vivir la política, si no para vivir de ella.

Así nos encontramos con diferentes personajes, que manchan con sus actos una vocación de servicio público y un deseo de colaborar al crecimiento de la nación, pues no encuentran más interés en sus cargos, que el beneficio personal y cortoplacista.

¿Es posible entonces, hacer la política más agradable, y que el ciudadano entienda a los políticos como solución y no como parte del problema?

Sí, pero sólo formando equipos con los mejores posibles. En la historia del mundo, nunca ha existido un pueblo contento al cien por cien, con sus gobernantes. La fórmula del fracaso, es intentar tener contento a todo el mundo, y por ello el político, ha de ser capaz de evaluar qué es lo importante, y una vez analizado, debe tomar decisiones que beneficien a la mayoría, y no sólo a un grupo minoritario.

La gobernabilidad pasa, por el profundo estudio de la estadística social y económica, y la comprensión de la misma no es igual para todos. Hoy la política está descapitalizada, el mundo está mal políticamente. Los líderes no están definidos. Es por ello, que quienes tenemos la obligación de gobernar, hemos de ser conscientes de que vivimos en una situación tremendamente complicada. Se hace entonces necesario que cada país haga sus deberes, sí.

Pero Europa, sus dirigentes y también los mercados, deben pensar que un euro en Madrid, no vale menos que en Berlín. Europa se unió con todas sus consecuencias. La lógica de tener una moneda única, era tener un mercado común, no un nuevo producto en juego para la especulación. Hay que hacer muchos esfuerzos, pero haciéndolos, hay que saber también que saldremos de la crisis.

Enmendaremos los errores que durante años se han cometido, y que han desembocado en una situación de inestabilidad económica, social y sobre todo en una crisis de credibilidad y valores. Hemos de sacar las lecciones de aprendizaje positivas, que esta situación nos ha enseñado. Hemos de comprender que sólo podemos tener aquello que podamos y estemos dispuestos a mantener. Que lejos de hacer de ello un “Sálvese quien pueda”, comunidades y municipios, hemos de mirar también por defender los intereses de nuestros vecinos, pues con esta práctica, logramos una protección del proyecto común al que llamamos España. Y digo protección y no proteccionismo, que es lo que muchos pretenden de su país y/o gobiernos. Una vez más los “ismos” desvirtúan claramente los mensajes.

Un país es una proporción de tierra delimitada por un entorno geo-político. Sin embargo, una nación es el proyecto que en él se desarrolla, y no se hace grande por extensión, sino por sus recursos, riqueza y la capacidad de sus habitantes y gobiernos. Capacidad para emprender proyectos conjuntos que la dirijan a un estado de bienestar para todos y que nos hagan crecer como nación y sociedad.

Un espacio en el que todos estemos orgullosos de vivir, de avanzar, y con el único propósito de proporcionar un futuro mejor a la generaciones venideras. Nadie de los que estamos a día de hoy, somos imprescindibles, pero sí somos importantes dentro de la propia evolución de la nación como proyecto. Las anteriores generaciones trabajaron para que pudiéramos tener una España fuerte, capaz, competitiva, moderna y con recursos. La crisis nos ha demostrado que ni de lejos, está todo el trabajo hecho y que errando en las políticas, podemos retroceder años, en las décadas que ha costado avanzar. Por eso, hemos de ser especialmente cautos, por respeto al legado recibido, pero también hemos de ser especialmente cuidadosos, o mejor dicho exquisitos, hacia el legado que debemos entregar a las futuras generaciones. De ello dependerá la continuidad del proyecto de nación a la que llamamos España y el futuro de nuestros hijos y nietos… En el único lugar donde el éxito aparece antes que trabajo, es en el diccionario de la Real Academia. Trabajemos hoy, para un éxito futuro y para un proyecto sólido, con esperanza, credibilidad y engrandecimiento de nuestro legado.

Trabajemos por una nación libre, justa, de todos, por todos y para todos, y ahora más que nunca, entre todos.

Carmen Guijorro Belinchon
Alcaldesa de San Martín de la Vega 

Es una vergüenza como nos comen el coco

Es una vergüenza como nos comen el coco, con gilipolleces en los grandes debates nacionales televisivos, como tratan la problemática de la crisis de forma estéril sin entrar en el autentico origen y meollo del asunto, simplemente se dedican a sacar en primera plana las consecuencias, buscando el morbo y la compasión del publico, y de paso, hacen que una mayoría se sienta afortunada por no estar como los casos que publican.

Si los inversores nos retiraron el crédito fue sin duda porque el sistema político-social español se nos fue de las manos, está sobredimensionado para la productividad del tejido productivo español. Una vez asumido esto, el día que Mariano y sus secuaces se quieran dar cuenta de esto y hagan adelgazar nuestro obeso sistema político-social, los inversores comenzaran a volver a confiar en nuestro sistema, en nuestra tolerante democracia, en nuestro arte para la convivencia multirracial que nos caracteriza. Solo asumiendo nuestra obesidad político-social conseguiremos algo, y poniéndonos a régimen, es verdad que no se pierden kilos en un día cuando se han cogido a lo largo de 7 años de Zapatero, pero es cierto que el exceso de cargos políticos, nacionales, autonómicos y municipales, unido a los funcionarios sin una función concreta, pero en su mesa funcionarial cada día, sin objetivos pero con un gran sueldo.

Ese es el tejido improductivo que mantiene la ruina española, que a su vez mantiene la falsa economía que hoy vivimos. Poco a poco tenemos que adelgazar, pero es necesario que los que mandan lo asuman, y pongan a régimen al estado español lo mas urgente posible. Y con un poco de suerte los famosos inversores nos reconozcan como una opción interesante en el mundo donde depositar sus fondos, y así poner en marcha la Pyme española generadora del 80% del empleo Español a través del crédito, bancario, como sucede en el resto de Europa, la realidades que cualquier empresa requiere de un 50 a un 80% de recursos financieros ajenos, y hoy en España son cero absoluto.

Luis Miguel Llamas

Recortes en sanidad, en educación,… y además, ya ni nos queda Portugal

A España ya no le queda ni Portugal. La crisis y los recortes, por no dejarnos, no nos deja ni los doce puntos, casi seguros, de Portugal en Eurovisión. Y es que  el país vecino, sometido a un rescate de la UE y a un muy duro ajuste económico, ha decidido  no estar presente en este evento para ahorro de las arcas públicas. Una noticia que no pasa de la anécdota, pero sí es cierto que es un dato más, uno más entre tantos, que te lleva a la melancolía de tiempos mejores, que ¿volverán? Los recortes de nuestros vecinos portugueses no nos son ajenos, ya que, en forma y medida diferente, España también los sufre.

Si todos somos conscientes de la necesidad de cambios profundos en la economía nacional y en muchas estructuras político sociales, también es cierto que algunas cosas el ciudadano de a pie no termina de entender. Puede comprender que su país no participe en el festival de la canción, pero no,  que se recorte en algo tan fundamental como la sanidad pública, asunto de plena actualidad en estos días.

Los profesionales sanitarios están en huelga porque hay menos recursos e incluso cambios en la forma de gestión. Son cambios que el ciudadano no termina de entender, porque, el que una empresa lleve la gestión, también sanitaria, de  un hospital, aunque la titularidad siga siendo pública, ¿no afectará a la atención? El usuario se pregunta si en aras de conseguir  más rentabilidad, no se limitarán cosas como las pruebas que nos tengan que hacer, la calidad del material que se utilice, los medios humanos y materiales con los que cuenten esos hospitales públicos, pero de gestión privada, que parece van a empezar a funcionar cada vez más en nuestro país y en Madrid en particular.

Nuestros políticos deberían salir más a la calle, no del coche oficial a su despacho o a la inauguración de turno, arropados por sus asesores que sólo les dicen lo que quieren oir. Deberían escuchar a esos votantes que no quieren que se toque, en lo fundamental, uno de los mejores sistemas de salud pública de Europa, con unos profesionales de primera y una asistencia universal de verdad. Los propios facultativos reconocen que dentro del sistema se pueden suprimir ciertos “despilfarros”, pero no lo importante, lo que hace posible la calidad asistencial.

Si nuestros políticos prestarán atención a la voz de la calle más a menudo, escucharían como se cuestiona si antes de recortar en sanidad, no hay otras cosas en las que ahorrar. La pérdida de Ipad de sus señorías en el Congreso de los Diputados, es quizá algo anecdótico, pero significativo de que todavía la brújula no apunta al lugar adecuado en lo que a reajustes se refiere. Y cómo esto otros, muchas cosas que deben obligar a apretarnos el cinturón a todos, no sólo a la sufrida clase media, de la que cada vez queda menos, y no olvidemos que un país sin clase media es cada vez más pobre y menos desarrollado.

Pilar García
Periodista

“No le digas a mi madre que soy diputado; mejor dile que toco el piano en un burdel“ por Miguel Aguado

“El hecho de que no tengas interés en la política no significa que los políticos no tengan interés en ti”.
Pericles (430 a.C.)
El mayor castigo para quienes no se interesan por la política es que serán
gobernados por personas que sí se interesan.
Arnold J. Toynbee (1889-1975) Historiador inglés.

Siempre tuve mala suerte. Cuando tenía 14 años acudí por primera vez a un campamento de verano. Como los monitores eran voluntarios la entidad organizadora entendía que debían tener algún tipo de “privilegios” (ducharse con agua caliente en el botiquín en lugar de las frías duchas de Covaleda como el resto, poder comer jamón y aperitivos ricos en las reuniones de coordinación nocturnas y algún etcétera más), cuando me titulé como monitor y deseoso de tener esos “privilegios” los tiempos habían cambiado y no parecía muy ético (realmente no lo era y lo comparto); esos “privilegios” se perdieron y los que se duchaban con agua caliente eran los niños pequeños y los monitores teníamos que dar ejemplo cual “tarzanes” de la selva. Llegué tarde.

El pasado mes de junio de 2011 salí elegido por primera vez como Diputado en la Asamblea de Madrid por el PSM PSOE; y me encuentro con cosas que me hacen recordar aquellos tiempos. Todo el mundo habla de “privilegios” de los diputados pero cuando llego no los encuentro, debí de llegar tarde igualmente. Nótese el tono irónico, por favor.

Para más inri cuando salgo de mi casa para ir a la Asamblea de Madrid me encuentro estos días una pancarta que dice: “el próximo parado que sea un diputado”. Ya no solo no tengo esos grandes “privilegios” sino que además algunos quieren que deje de hacer política. ¡Púes vamos bien!

Así viendo esto he decidido parafrasear, amigo lector, este artículo con un título de un libro de periodismo clásico y lo adapto a lo que siento.

Parece últimamente que debo justificar ante todo el mundo que no tengo privilegios, que me dedico temporalmente a la POLÍTICA (sí con mayúsculas), es decir que he decidido (sí, decidido porque nadie me obliga a ello y es una decisión vital de cada uno) hacer lo posible para mejorar la calidad de vida, los derechos e incluso trabajar para tratar de aumentar la felicidad de mis convecinos. Y lo hago desde la socialdemocracia porque considero que no todo el mundo tiene las mismas oportunidades para ser libre y que debe existir una sociedad organizada y con cierta fuerza que permita la redistribución de los recursos y facilite la equidad. Me lo creo y creo que es posible. Considero que no se puede tener una aspiración más noble; y me apetece dedicar un tiempo de mi vida a ello. Puedo hacerlo mal o bien, eso es criticable sin lugar a dudas; pero no la aspiración. No puedo admitirlo. Valórenme por mis palabras o por mis hechos, por nada más, por favor.

Pero por otra parte, entiendo que en momentos tan complicados como los que vivimos con una repercusión social tremenda de la crisis económica y muy especialmente de los injustos recortes que afectan a los menos favorecidos, el enfado y la rabia hacen mella.

Igualmente, la actitud y los hechos de muchos políticos y de los partidos políticos de forma colectiva e individual han sido absolutamente impresentables, sin lugar a dudas.

Ambos motivos son entendibles y comprensibles. Pero lo que no entiendo ni comprendo es la utilización torticera y populista de algunos grupos políticos. Me refiero muy claramente a la derecha política del PP y a sus aliados de la derecha camuflada de UPyD.

Pondré dos ejemplos:

La Presidenta de la Comunidad de Castilla-La Mancha, además senadora, Secretaria General del PP,… y tantas cosas, algunos con sus consiguientes sueldos, la señora Cospedal (PP) acaba de aprobar que en su región los diputados no cobren. ¡Muy bien! dirán algunos ¡para lo que hacen! El argumento es económico: esta medida ahorra un millón de euros. Lo que no dice es que el conjunto de sus asesores, elegidos a dedo, cuestan un millón y medio. Es decir, prefiere los que ella designa a dedo aunque cuesten más que los elegidos democráticamente por los ciudadanos. Yo, por el contrario, prefiero la democracia. Y ¿Usted?

la alternativa es muy clara: solo podrán estar en política los ricos y los que defiendan intereses ajenos a lo público: lobbies empresariales, farmacéuticos,… Muy democrático no parece.

Y por otra parte, sus aliados de UPyD (la marca blanca del PP que opinan algunos) en sus múltiples propuestas de “supuesto” ahorro eliminando organismos públicos de control del gobierno de turno con sus trabajadores (que aprobaron sus oposiciones) así como la restricción de recursos humanos y técnicos para poder hacer la oposición mejor y más fundamentada. Aunque, sin embargo, miren para otro lado cuando, por ejemplo, su diputado (de UPyD) en Asturias tenga seis, ¡sí seis!, asesores para él solo; o cuando su líder nacional, Rosa Díez, lleve 30 años sin bajarse del coche oficial. Igualmente, basan sus propuestas en eliminar todo lo que sea (algunas veces con razón) pero sobre todo, aquello que permita hacer el control y la capacidad de propuesta de la oposición mejor. ¡Qué casualidad!

Hay quienes confunden “privilegios” con instrumentos o medios para gestionar. Quizás no los confundan y lo tengan muy claro y sea por esto que se atacan de forma clara y tan populista.

Pues yo, reivindico la POLÍTICA. Es el momento de hacer POLÍTICA pensando en los demás, pudiendo mirar a los ojos de los demás y no tener nunca ningún motivo para retirar la mirada. Es el momento, más que nunca, de la POLÍTICA  honesta, sincera, noble, implicada, con pasión y sobre todo, con el corazón.

Ahora en estos momentos en los que parece que reivindicar la política es algo quizás incluso suicida, quiero reivindicar la POLÍTICA, con mayúsculas, porque mientras que hay algunos que intentan cargarse la política a propósito y otros entiendo que por ignorancia, los ciudadanos debemos tener en cuenta que cuando no hay política, otros harán política por nosotros, la diferencia estará en que no defenderán los intereses generales, sino los suyos; y le aseguro que no son los nuestros.

Hace años un grupo de mujeres consideraron que era impresentable que las mujeres no tuviesen voto. Posiblemente, la sociedad en general no veía un problema en ello; pero consideraron que debían convencer, actuar y crear un sentimiento de presión que hizo posible lo que hoy es algo consustancial a la democracia y al sentimiento más ético de nuestra sociedad: la igualdad. Con anterioridad, unas personas librepensadoras consideraron que la esclavitud era inadmisible, aunque fuese un motor económico tremendo. Lograron que se prohibiese y además la búsqueda de una alternativa económica trajo la revolución industrial. Más recientemente, otras personas, socialdemócratas ellas y europeas, soñaron que todos deberíamos tener acceso a una educación y una sanidad lo mejor posible sin tener en cuenta la capacidad económica, y se logró.

¿Cree Usted, amigo lector, que todo esto se pudo hacer sin política?

Yo creo que no, creo que se pudo hacer desde los valores de la nobleza y el altruismo de la búsqueda de una sociedad mejor. Hoy podemos comenzar una verdadera revolución social, revisando los errores, corrigiendo los mismos, cambiando todo lo cambiable, transparentando todo lo que se haga, y tantas cosas; o quizás mejor dicho debemos comenzar una verdadera RE-EVOLUCIÓN. Yo me apunto, ¿Y usted?

La democracia necesita una virtud: la confianza.
Sin su construcción, no puede haber una auténtica democracia.
Victoria Camps (1941-?) Filósofa española.
Miguel Aguado
Diputado PSOE Asamblea de Madrid

«El PP se enroca en la estrategia de la demagogia y la satanización de lo público» por Manuel Robles

Con la excusa de la crisis y en el contexto de sucesivas confrontaciones electorales, el gobierno de España, presidido por Mariano Rajoy, está tomando una  serie de actuaciones que considero más de marketing político cara a la galería, que medidas pensadas para resolver los problemas de los ciudadanos. Por el contrario creo que las relacionadas con las instituciones, son desleales y faltan al respeto a nuestro sistema de Estado democrático y descentralizado, del que forman parte el Gobierno del Estado, los gobiernos autonómicos y los gobiernos locales. Solo se ha preocupado de recortar sus recursos, o intervenirles, sin preocuparse por consensuar un sistema coherente de financiación.

El primer error, o excusa, de todo este montaje es asociar la crisis económica a la deuda de las administraciones públicas, que se ha creado en su gran mayoría en mejorar las ciudades y los servicios públicos, sin que estos hayan sido debidamente financiados con una política fiscal adecuada. Nuestra deuda pública está en la media europea y parece que se quiere dar a entender que estamos como Grecia, o Portugal, cuando es absolutamente falso.

Los expertos saben que el déficit económico en España no lo ha creado el exceso de gasto público, sino la falta de ingresos, de deuda privada y de empresas. Y sobre todo un sistema fiscal injusto y un fraude fiscal endémico, unido a una falta de iniciativa empresarial no especulativa.

La segunda actuación del gobierno del PP, la más grave desde mi punto de vista, es la práctica de la demagogia y satanización, fomentando el desprestigio de todo lo que se mueve alrededor de lo público, de los derechos, de las conquistas sociales.

Ahora centra el foco sobre la administración local. Parece que la culpa de la crisis la tienen los Ayuntamientos, induciendo que son consecuencia de gobiernos del PSOE cuando tienen al ayuntamiento más endeudado de Europa.

El gobierno de España , presidido por Mariano Rajoy , se ha sacado de la manga un Real Decreto Ley que bajo el paraguas de pagar la deuda a proveedores (que no está mal, ya lo hizo el anterior gobierno) van a dejar sin autonomía real a los consistorios, poniendo en peligro inversiones y servicios esenciales para los vecinos y destruyendo empleo. El Decreto lo ha hecho el PP, sin diálogo con las instituciones implicadas, sin planeamiento de futuro de competencias, financiación, etc. de los Ayuntamientos. Es un decreto que ataca la autonomía municipal y es necesaria su revisión. Pedimos que no se mida por el mismo rasero a ayuntamientos que cumplen, como es el caso de Fuenlabrada, con aquellos que no han hecho una buena gestión económica.

Es hora de decir alto y claro a la ciudadanía que estamos de acuerdo en que hay que ser eficientes y austeros en el gasto público; que hay que cumplir con los proveedores. Pero nos revelamos contra la supresión de servicios públicos esenciales, contra el ataque a lo público,  y más cuando va acompañado de satanización a todo aquel que se opone, o trata de movilizar a la ciudadanía en las reivindicaciones que considera justas.

Pedimos al PP que dialogue y respete a las instituciones y las dote de una ley de financiación adecuada a su servicio a la ciudadanía.

La crisis no puede ser la excusa, la tapadera de intenciones políticas e ideológicas contra el Estado de Bienestar.

 

Manuel Robles
Alcalde de Fuenlabrada