«Llegamos tarde» por Ignacio García de Vinuesa

Ignacio García de VinuesaMe he pasado la vida trabajando con horarios muy intensos – o muy largos – que hoy como alcalde de una gran ciudad que acoge miles de encuentros de toda índole siguen siendo largos e intensos aunque llenos de momentos inolvidables en los que constantemente aprendo de las personas con las que los comparto. Mis hijos están criados y eso ayuda sin duda. No obstante tengo hijos y personas muy cercanas que son auténticos equilibristas que tratan de manejar hijos, parejas, amigos, padres, abuelos… con reuniones, viajes, comidas de trabajo. La solución elegida en España desde hace años es alargar la jornada. Llegamos tarde, cenamos tarde, nos acostamos tarde. A lo que creo que llegamos tarde es a aplicar en nuestro país horarios mucho más racionales.

Considero a las mujeres mucho más expertas que a nosotros; no por ser mujeres, sino porque ellas empezaron antes por unas circunstancias históricas de las que, aunque no nos guste, quedan vestigios. El presidente de la Asociación por la Racionalización de los Horarios en España dice que “si las mujeres mandaran más muchas cosas irían mejor”. Estoy de acuerdo aunque no me gusta la palabra “mandar”.

De todos es sabido que España ocupa el último lugar en conciliación de la vida familiar y laboral. La dinámica actual ha obligado a que el Gobierno empiece a actuar en este camino, pero los pasos que se han dado son todavía insuficientes en comparación con otros países como Francia, Alemania o Bélgica. Los españoles somos los que más horas dedicamos a estar en el trabajo y, aún así, somos uno de los países menos productivos de Europa. ¿Por qué no cambiar el modelo? ¿A qué estamos esperando?

Aquí nos hemos empeñado en poner parches. Al llegar al gobierno de Alcobendas los programas de ampliación de horarios, dejar a los niños antes y recogerlos más tarde en el cole, las escuelas infantiles (las ex guarderías) se incluían en los programas de conciliación. Lo considero un error de base que ya está corregido: las medidas siguen, han incluso aumentando, pero no las consideramos un impulso a la conciliación sino facilidades para atender el trabajo. Son programas que benefician al empleo pero no benefician la conciliación, no benefician a las familias, su necesaria convivencia. De ahí estoy seguro se derivan además otros temas que afectan muy duramente a nuestra sociedad: el fracaso escolar, la pérdida de valores, la falta de diálogo, las rupturas familiares y la soledad de muchos adolescentes. El empleo es importante, es fundamental y de ahí que tantos sacrifiquemos tantas cosas por mantener y cumplir con nuestro empleo. Pero la familia, los espacios de crecimiento personal, el deporte, la vida en sí… están llenos de momentos que no debemos sacrificar porque eso nos convierte en máquinas y nos quita humanidad. La vida hay que vivirla.

Llegamos tarde pero estamos a tiempo de encaminar nuestros esfuerzos a racionalizar los horarios. A tener jornadas de trabajo normales que permitan realmente que exista un equilibrio entre la familia, la vida personal y la laboral. Hasta entonces seguiremos llenando España de equilibristas que por más que ensayan acaban dejando algo caer.

 

Ignacio García de Vinuesa
Alcalde de Alcobendas

«Lo mejor y lo peor» por Ignacio García de Vinuesa

La crisis saca lo mejor y lo peor de las personas. Conozco a varias que se han entregado a labores de voluntariado, a ayudar a los demás de forma individual o a través de asociaciones; siempre desinteresadamente. Otras han hecho de su situación de desempleo una oportunidad para reorientar sus trayectorias vitales y profesionales y han dejado emerger grandes ideas que han terminando generando empleo para otros.

El otro día escuché a una persona que perdió su trabajo (especializado en Recursos Humanos) que ahora ayudaba a través de Cáritas a otras personas a hacer, por ejemplo, su trayectoria profesional. Esta persona les aconsejaba que nunca enviaran dinero como respuesta a una oferta de empleo. Me interesó el tema y descubrí que es que hay personas que han decidido hacer de la crisis su chiringuito y de las personas que buscan trabajo víctimas de sus timos. Ponen anuncios ofreciendo empleo y piden que junto al CV se envíe dinero. Lo dicho, la crisis saca lo mejor y lo peor de las personas.

En nuestra vida en la ciudad nos encontramos con vecinos que no recogen los excrementos de los perros, que no echan sus bolsas de basura en los contenedores por pura pereza, que van a urgencias sin tener urgencia. Estas personas son las que además luego van contando, a veces con la complicidad de una oposición poco razonable, que no se limpian las cacas de las calles, que los contenedores están llenos o que las urgencias están colapsadas. Con estas personas convivimos otras que tenemos perro y que no se nos ocurre salir sin la bolsita, personas que jamás han cogido una bolsa de más. Hay personas que cuando vamos a echar los cartones al contenedor, encima recogemos los que otros han dejado fuera. Hay personas escrupulosas en el uso de cualquier instalación y servicio público. Estas personas son las que realmente creen en la ciudad, en el valor de lo público y en la necesidad de cuidar la ciudad y a los vecinos.

Los Ayuntamientos deberíamos endurecer las penas económicas o sociales para las personas que dañan a la ciudad. A los que pintan y afean el mobiliario urbano, a los que hacen mal uso de las instalaciones, a los que no recogen las cacas de sus perros incrementando los costes de los servicios de limpieza que pagamos entre todos. Si lo hiciéramos, muchos hablarían de afán recaudatorio. Lo harían los insolidarios porque los demás, con la conciencia tranquila, ni se darían por aludidos.

En esta situación tan difícil que estamos viviendo, cada euro cuenta y no es permisible que se pierdan euros por cubrir los comportamientos más insolidarios e incívicos. Lo mejor que podemos sacar de nosotros mismos es convivir todos con el máximo respeto y la máxima solidaridad. Así ha sido durante años Alcobendas y los españoles en general. Que eso no se pierda, que eso nadie se lo lleve.

Ignacio García de Vinuesa
Alcalde de Alcobendas

«Quien lo dilapide, que lo pague» por Ignacio García de Vinuesa

Siendo evidente que la actual crisis económica ha causado un terrible daño a miles de familias españolas, que se han perdido miles de empresas mantenidas con un enorme esfuerzo personal, que España ha retrocedido en su posición de nación respetada por su equilibrada posición y que, definitivamente inasumible, más de cinco millones de españoles no encuentran trabajo, todos deberíamos aprovechar esta terrible coyuntura para reflexionar sobre las razones que nos han traído a esta nefasta situación.

Al margen de las equivocaciones que en el terreno personal hayamos podido cometer, actuando en ocasiones sin una elemental prudencia en decisiones que implicaban compromisos económicos no estrictamente necesarios, lo que para todos es hoy meridianamente claro es que muchos administradores públicos se han comportado de manera absolutamente imprudente, arrastrando con sus decisiones a todos los ciudadanos, que rehenes de sus irresponsables decisiones, serán los que a la postre tendrán que sufragar los derroches, cuando no los saqueos de los recursos públicos.

Al amparo de una mayoría suficiente conseguida en las urnas, frágil excusa para el desatino, en nuestra querida España se han esquilmado muchas arcas públicas, hipotecando el futuro a base de despilfarrar el dinero ajeno, recordando que los servidores públicos somos meros administradores de la confianza y recursos que nuestros votantes han depositado en nosotros.

Siendo cierto que la actual crisis económica se inició de manera global, afectando a un sinfín de países, su evolución a lo largo de estos cuatro años ha puesto de manifiesto las diferentes formas de afrontar una depresión económica como la que atravesamos, y basta examinar los datos de crecimiento y de desempleo para poder establecer el palmarés de los mejores y peores gobernantes. De ello mucho se ha escrito, y seguirá escribiéndose, pero hoy quiero detenerme en aquellos otros comportamientos que no pueden calificarse como de mala praxis, sino de conductas próximas a la irresponsabilidad penal, cuando no directamente delictivas.

Los cambios de gobierno en muchos ayuntamientos, acaecidos después de las últimas elecciones locales, han destapado situaciones que aunque se sospechaban, nunca llegaron a conocerse hasta que los nuevos gestores comenzaron a revisar los libros, recibir reclamaciones de todo tipo de acreedores y a abrir algunos cajones que permanecían cerrados.

Hay ayuntamientos que han estado adquiriendo bienes y servicios que sabían que no iban a poder pagar. Alcaldes que han participado en desenfrenadas competiciones para demostrar quién era capaz de construir el edificio más ostentoso, tantas veces innecesario. Que han colocado como trabajadores municipales a todos sus parientes, amigos y conocidos. Que han engordado los gastos corrientes de sus consistorios hasta llevarlos a una situación de insolvencia infinita. Que son responsables del cierre de miles de empresas que se han visto condenadas al cierre porque el ayuntamiento de turno nunca les pagó. Y que han condenado a sus vecinos a hacer frente a una envenenada herencia que impedirá el progreso de sus pueblos y ciudades en mucho tiempo.

El nuevo gobierno presidido por Mariano Rajoy ha anunciado iniciativas legales para perseguir penalmente este tipo de conductas. Estoy absolutamente a favor. No se puede admitir que solo se considere delincuente a quien se beneficie personalmente de los recursos públicos. Quien dilapide conscientemente el erario público debe responder… y no solo con la democrática pérdida del gobierno. 

Ignacio García de Vinuesa, alcalde de Alcobendas

“Sálvame del PSOE” por Ignacio García de Vinuesa

El día que el programa “Vuélveme loca” me pidió unas declaraciones sobre nuestra Hija Predilecta Penélope Cruz, creí la verdad, que la periodista vendría buscando “bronca” por aquello de tratarse de un programa del corazón de los que suele decirse que hablan a gritos o que la montan por nada. Sin embargo, la entrevista con Mar Torres fue exquisita, la periodista – simpatiquísima – sabía de lo que hablaba y conversamos amigablemente.

Los políticos parecíamos encasillados a aparecer en telediarios, en informativos o programas como el tan añorado La Clave. Sin embargo, hoy es frecuente vernos participar en programas más cercanos al entretenimiento que a la información o, mejor dicho, en programas que tienen la difícil habilidad de informar entreteniendo. Lo que todavía yo no había visto era a los políticos en programas de corazón aunque me temo que dentro de poco veremos a la oposición de Alcobendas en “Sálvame” aunque, con cariño les digo, que no llegarán al Deluxe.

Lo que ha pasado esta semana en Alcobendas es algo que yo no había visto nunca. Dos concejales socialistas han decidido ser estrellas mediáticas por montar una bronca en un Pleno. Y no en un Pleno cualquiera, eligen el de las ordenanzas fiscales,  es decir, el Pleno en el que votamos lo que pagarán nuestros vecinos el año que viene. Casi nada.

Pero mejor que hablar y debatir, montamos un numerito que así nos aseguramos la exclusiva. Desafían al alcalde,  desobedecen la normativa del pleno y amenazan a la policía… por un minuto de gloria.

Y del minuto al montaje: la portavoz de Izquierda Unida y el de UPyD (de logo rosa y alma roja) se unen para montar el trío. No es un trío para hacer llegar a los ciudadanos sus propuestas sobre ordenanzas fiscales; es un trio para dar – en exclusiva, claro – su versión de un Pleno municipal que está grabado y en el que se observa su desobediencia a las normas y su falta de buen trabajo al haber presentado una enmienda tarde y mal.  Como dicen los tertulianos del corazón, “que me pongan el video” y, por favor, que venga Arguiñano a ver su fallido intento de darle la vuelta a la tortilla a su torpeza plenaria.

Todo podemos meter la pata; pero no está bien perder las formas y mucho menos hacer de los plenos un plató en el que montar un show televisivo. Eso es una práctica política deleznable que se agrava aún más en estos tiempos que corren en los que todos debemos intentar transmitir confianza a nuestros vecinos y subrayar el trabajo político – en gobierno y en oposición – frente a la bronca, el grito y la desfachatez. Trabajamos mucho la gran mayoría de los políticos como para proyectar esta imagen a los ciudadanos.

Cuidado Belén Esteban que en Alcobendas tienes competencia. Eso sí, por unidos que aparezcan los 3 portavoces de la izquierda, cualquier día les vemos enfrentándose en “Enemigos íntimos”. Y si no, al Pleno.

Ignacio García de Vinuesa, alcalde de Alcobendas

«Ahorro energético: es nuestra responsabilidad» por Ignacio García de Vinuesa

Es inaudito que a estas alturas tengan que reunirse todo un Ministro De Industria y el presidente de la FEMP para descubrir la pólvora.

¿Qué tiene de novedad sustituir las lámparas del alumbrado público por otras de más bajo consumo?. Nada. En Alcobendas, y en otros muchos otros municipios, hace años que lo hacemos, porque la factura la pagamos nosotros y no el Ministerio o la FEMP.

Hemos reducido los gastos en muchos otros aspectos y, si quiere el Ministro, los ayuntamientos podemos enseñarle muchos sacrificios y esfuerzos por el ahorro que hacemos para poder llegar a fin de mes, dado que ni su gobierno, ni la FEMP, tienen especial interés en la Financiación Local.

Ahora anuncian que van a ¿obligarnos?, ¿sugerirnos?, que cambiemos las bombillas. Y la pregunta es: ¿quién va a pagar el coste de adaptación y sustitución? Porque hay ayuntamientos que no pueden pagar ni las nóminas. ¿Por qué el Gobierno no se preocupa de lo que está pasando con los concursos que los ayuntamientos están convocando para elegir la mejor oferta para el suministro eléctrico del municipio? El Gobierno nos obliga a convocar un concurso público para favorecer la competencia bajo la amenaza de sanciones económicas. Las empresas eléctricas se ponen de acuerdo para repartirse los clientes y no bajar las tarifas, y al concurso solo se presenta una oferta, la misma compañía que ya tenemos, y con los mismos precios.

El Gobierno central no se entera y el presidente de la FEMP le sigue el juego. Un juego que viene de largo: ya el 11 de septiembre de 2008 (¡hace 3 años!) se anunciaba en prensa “Industria prepara un convenio de ahorro energético con municipios para peatonalizar y bajar velocidad”… Y el presidente de la FEMP, Pedro Castro, decía entonces (¡hace 3 años!): “firmaremos este convenio en un futuro cercano”. Pues seguimos esperando el convenio largamente anunciado y nunca cumplido y mientras seguimos en Alcobendas adoptando medidas de ahorro energético, no porque nos obliguen, sino porque es nuestra responsabilidad.

Ignacio García de Vinuesa, alcalde de Alcobendas

A %d blogueros les gusta esto: