“Formación profesional” por Juan Torres García

FOTO_JUAN_TORRESEn un país que se considerase normal la máxima preocupación de sus gobernantes tendría que ser la felicidad y el bienestar de sus ciudadanos, y por tanto la educación sería una de sus prioridades. Una buena educación pública garantiza la equidad y la igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos, con lo que se consigue poner cierto freno a esto que se ha venido en llamar economía de mercado, y que hoy en día, llamando a las cosas por su nombre, es capitalismo salvaje, donde las reglas de juego las imponen el poder económico y financiero, mientras que el político se ha quedado como guardián de los intereses de los dos primeros.

Como bien he dicho, en un país normal, cuando su tasa de desempleo fuera el 25% de la población activa, la obligación de su gobierno sería, entre otras,  realizar políticas educativas encaminadas a mejorar la formación profesional de sus ciudadanos en paro. Nuestra desgracia reside en que ésta no es una prioridad para el nuestro. Se supone que tendríamos que estar aprovechando estos dramáticos momentos para formar más y mejor a nuestros ciudadanos, especialmente a los parados y a los jóvenes, dedicando más recursos a este fin. La realidad es todo lo contrario: las administraciones públicas lo que están haciendo es recortar presupuesto tanto en educación como en formación profesional en cualquiera de sus modalidades. En estos últimos años se han eliminado grupos en los grados medios y superiores de formación profesional, dejando sin poder estudiar a miles de jóvenes y parados que querían aprovechar el periodo de desempleo para formarse. Así ha pasado en uno de los institutos de San Sebastián de los Reyes, donde se ha eliminado un grupo en el grado medio de Anatomía Patológica, dejando sin plaza a una centena de estudiantes que se han venido a sumar al otro centenar que por falta de plazas se han quedado fuera en los grados superiores. Éste es un solo ejemplo de recortes,  supongo que en el resto de institutos de mi ciudad y de la Comunidad habrá ocurrido lo mismo.

Está claro que el Gobierno del Sr. Rajoy añora el pasado, y que muchas de sus actuaciones van encaminadas a rescatar situaciones de otras décadas que creíamos felizmente superadas. Esto ocurre con la regulación de la Formación Profesional en la nueva y protestada Ley de Educación del ministro Wert. La creación de la nueva Formación Profesional Básica nos devuelve a los tiempos de la segregación de alumnos en los que, y lo digo con absoluto respeto, a los “torpes” se los mandaba a F.P. y a los “mejores” a Bachillerato. El problema es que muchos de los “mejores” están decidiendo no ir a Bachillerato,  puesto que asumen que debido a los recortes no van a tener becas y que tampoco van a poder pagar las altas tasas universitarias, optando finalmente por intentar estudiar un módulo profesional en el que no tienen asegurada plaza. Por otro lado el Sr. Wert se saca de la manga la nueva F.P. básica para invitar a determinados alumnos a abandonar la ESO a los 15 años y pasarse a esa nueva F.P. Y pretende que tanto las familias como el profesorado seamos sus cómplices. Soy consciente de que en muchas aulas de secundaria se viven situaciones complicadas generadas por algunos alumnos que no sienten ninguna motivación por estudiar y que año tras año pasan a engrosar las cifras de fracaso escolar, pero el ministro tendría que saber que el fracaso escolar y la desmotivación de estos estudiantes solo se combate y cambia aportando medios y recursos desde las primeras etapas educativas (infantil y primaria).

Con recortes de profesorado, con eliminación y masificación de aulas, con eliminación de ayudas y becas, con introducción de reválidas desde la educación primaria, o con segregación de alumnos desmotivados o con dificultades a los 15 años, NO SE REBAJA EL FRACASO ESCOLAR NI AUMENTA EL RENDIMIENTO ESCOLAR. El gobierno no hace una ley para atajar el fracaso y abandono escolar, hace una ley para ahorrar, expulsando de la educación al sector más desfavorecido de la sociedad. El ejemplo claro lo tenemos en esta nueva F.P. Básica y la consecuencia es que al final no pueden estudiar ni los “peores” ni tampoco los “mejores” de la clase trabajadora.

Tengo que reconocer que los actuales gobernantes saben llevar  el agua a su molino, aprovechando el malestar existente en la sociedad sobre determinados asuntos. Que hay alumnos que molestan en la ESO, pues creamos la F.P. Básica y los mandamos allí; que el informe PISA nos da una nota mediocre,  pues hablamos de aumentar el esfuerzo de los estudiantes y justificamos así la eliminación de ayudas educativas y económicas a las familias con más dificultades. ¡Quién quiera refuerzos y ayudas complementarias que se las pague! Que se hacen públicos los fraudes y corruptelas en los cursos de formación para trabajadores activos o en paro, pues los eliminamos tal y como pretende la Comunidad de Madrid. Lo que no nos cuentan las autoridades madrileñas, o andaluzas, es cómo ha sido posible que durante años se hayan estado produciendo estas estafas y no se dieran o no se quisieran dar cuenta de su existencia, lo más probable es que no les interesara. Lo importante es aprovechar el momento de indignación popular para quitar los fondos para la formación de los trabajadores. Fondos que últimamente tanto la Comunidad como muchos ayuntamientos han reducido a la mínima expresión. De nuevo la máxima de que quien quiera formarse que se lo pague.

De todas maneras éstos no son temas para tenernos demasiado preocupados: ¿a quién le puede preocupar la educación teniendo el Mundial de Brasil en puertas?

Juan Torres
AMPA “Buero Vallejo” de San Sebastián de los Reyes

“Cuando el estado abdica de sus funciones” por Víctor Granado

FOTO_VICTORGRANADOTres noticias publicadas en los últimos días y aparentemente desconectadas definen con claridad la forma del mundo en que vivimos.

En primer lugar el auto del pasado 28 de enero de 2014 la Audiencia provincial de Madrid ordena reabrir el caso de la muerte en el CIE de Aluche de Samba Martine. Samba Martine llegó a España el 25 de agosto de 2011 procedente de la República Democrática del Congo, después de cruzar el norte de África y entrar de modo irregular en España a través de la frontera entre Melilla y Marruecos. Debemos recordar que la República democrática del Congo vive una situación de «Guerra sin fin», un conflicto estructural que oscila en su intensidad pero que con más 5 millones de muertos es el conflicto bélico más mortífero después de la segunda guerra mundial. Un conflicto bélico especialmente cruento y violento para las mujeres. A su llegada Samba entró en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla. Allí permaneció tres meses hasta que por fue trasladada, debido a la alta ocupación del CETI, al Centro de Internamiento de Inmigrantes (CIE) de Aluche en Madrid, al cual llegó el 12 de noviembre de 2011. Con ella no se trasladó su expediente médico elaborado por los médicos del CETI de Melilla. A esta falta de coordinación burocrática le siguió la incapacidad de los responsables del CIE de Aluche para atender las reiteradas visitas a la enfermería del CIE y solicitudes de asistencia hechas por Samba durante su internamiento hasta que finalmente murió víctima de un proceso infeccioso que habría sido fácilmente superable si hubiera recibido la asistencia sanitaria adecuada. Así lo estima el auto de la audiencia provincial de Madrid.

La segunda noticia es el dictamen del consejo de Europa que juzga ilegal excluir a las personas en situación irregular en España del derecho a la asistencia sanitaria, en el cual se afirma que la crisis no puede servir como pretexto para negar el acceso a la sanidad. La asistencia sanitaria de urgencia no es suficiente y como señala Luis Jimena, presidente del Comité Europeo de Derechos Sociales, el dictamen del Consejo de Europa considera el RDL 16/2012 contrario al derecho europeo, y afirma que: “No se puede excluir a los inmigrantes del sistema. Tanto el Gobierno como las comunidades tienen el deber de cumplir la doctrina del Consejo de Europa. Y el Tribunal Constitucional deberá tomarla en consideración de manera determinante [al fallar sobre el recurso presentado contra la decisión del Gobierno]”.

La tercera noticia es del pasado día 20 de enero tiene como núcleo el informe publicado por la Organización Internacional del Trabajo sobre las tendencias mundiales del empleo para 2014, el cual señala cómo en 2013 el desempleo aumentó en el mundo en 5 millones de personas más, y calcula una tendencia que fijaría el incremento del desempleo en 13 millones de parados más en el 2018.

Si conjugamos el fondo de estas tres noticias podemos reconstruir la forma del mundo en que vivimos y su verdadero carácter dramático. De manera falaz los gobiernos de países democráticos, firmantes de tratados que protegen los derechos humanos, en los que se incluye el derecho a la salud, ligan la asistencia sanitaria a la situación activa del asegurado. No sólo esto, su derecho a residir en un lugar distinto a su nacionalidad queda regulado por su condición activa. En un contexto generalizado de aumento del paro seguir ligando la protección de los derechos fundamentes a la posesión de un contrato de trabajo implica, de facto, subvertir el espíritu y la literalidad de los tratados internacionales de derechos humanos y empujar a las personas a vivir en una situación de irregularidad sobrevenida en los mismos lugares en los que han vivido y trabajado durante muchos años, donde probablemente han nacido sus hijos y que tenían todo el derecho a considerarlos su hogar. A esta irregularidad sobrevenida se suma la irregularidad como condición del desplazamiento migratorio a la que se ven forzadas a incurrir aquellas personas que deseando construir un proyecto vital fuera de su lugar de nacimiento no encuentran cauce legal alguno para el desplazamiento y ni para el acceso al mercado laboral legal. Se combina así a la irregularidad del desplazamiento la irregularidad laboral, encadenando unas situaciones de desprotección, vulnerabilidad y explotación con otras.

En ese contexto de producción de irregularidad migratoria el Estado ha abdicado de la función en la que se ha apoyado y que ha legitimado su monopolio de la violencia: la protección de los derechos de todas las personas presentes en su territorio durante su permanencia en él. El caso de Samba Martine y la legislación española que priva a las personas de un acceso a una asistencia sanitaria que garantice la protección de su derecho a la salud en España ejemplifican con cruel claridad cómo es Estado pierde de vista la protección de los derechos de las personas mientras permanecen en su territorio y las condena a la desprotección más absoluta. Un interno en un CIE ve suspendido su derecho a la libertad de tránsito pero la salvaguarda de su integridad física y psíquica debería ser la primera preocupación del mismo Estado que interna a esas personas como paso previo a su expulsión.

Víctor Granado Almena
Profesor de Filosofía
Investigador dedicado al estudio de las migraciones y a los DD.HH.  

“Pasatiempo lúdico… (y poco más)” por Tomás M. Serna

FOTO_TOMASMARTINSERNAEn fecha próxima (1 de febrero) tendrá lugar en Alcobendas un evento curioso y simpático. Aunque, francamente, de discutible eficacia y utilidad en sus presuntos objetivos. Se trata de un acto de monólogos, inferiores a 18 minutos cada uno, llevados a cabo por personajes más o menos mediáticos, y emprendedores en el mundo empresarial, educativo, social, cultural, etc. El denominador común es que  todos ellos son (o han sido) triunfadores en sus respectivas actividades socio-laborales. El acto se denomina `TEDx´, y tiene el pretencioso subtítulo de `ideas que pueden cambiar el mundo´… ¡Casi nada!

       El invento no es nada nuevo, nació hace treinta años y, como casi todo lo vanguardista, en el epicentro del `imperio´: EE UU… En nuestro país hemos tenido conocimiento de ello a través de la pequeña pantalla (no recuerdo bien si en TV1 o en TV2) y, en formato reducido, en el magnífico programa `Torres y Reyes´, finiquitado pero esperemos tenga continuación. La cuestión es si más allá de la anecdótica teatralidad de la que va revestido, ¿hasta qué punto, en el breve tiempo que dura cada monólogo, se puede logra algo más que el supuesto y efímero impacto de cada uno de ellos? ¿Se puede conseguir algo más? Por ejemplo: apasionar y enganchar a los espectadores, sobre todo a los jóvenes, inyectándoles interés y ánimo (que falta les hace) a efectos ejemplarizantes y de esperanza en su inmediato futuro… En mi opinión esos objetivos son prácticamente nulos. Máxime en esta infame crisis en donde, a pesar de las eufóricas y triunfalistas declaraciones gubernamentales, el desempleo y el `trabajo basura´ no retroceden ni de coña.

       Ahora bien, como irredento e incurable `teatrero´, tengo que admitir que estos eventos pueden tener cierto interés mediático en su aspecto puramente de espectáculo… Un monólogo, si está bien hecho, si el tema es mínimamente interesante y, sobre todo, si el ponente tiene carisma y dotes de interpretación y seducción, no en el aspecto empresarial o social sino actoral (algo que no es nada fácil), el acto puede ser entretenido.

         De todas formas, yo sugiero –humildemente, por supuesto-  que si el Ayuntamiento vuelve a programar en el futuro otro acto de `TEDx´  traigan a personajes que resulten más fascinantes… Está bien traer a célebres `sastres taurinos´, a promotores de escuelas en Afganistán, a prestigiosos arquitectos y doctores en Química…; pero imagínense el exitazo si vinieran, por ejemplo: líderes con ideas eficaces y contundentes para combatir la corrupción política y financiera; gente con conocimientos drásticos y viables para obligar a los bancos a conceder créditos y ayudas a la gente necesitada; intelectuales de enjundia que sepan cómo solucionar, de verdad y para siempre, el grave problema de los nacionalismos separatistas; sabios honrados y carismáticos que insuflen ética, decencia e ilusión para regenerar el calamitoso estado de la democracia, etc., etc. No me negarán que en estos hipotéticos supuestos la gente, yo entre ellos, iría de madrugada a guardar cola para entrar…. Vamos, como en un concierto de Justin Bieber; o casi…

Tomás M. Serna
Exprofesor de Secundaria, comediógrafo, actor y director teatral

“Los siete magníficos” por Juan Torres

FOTO_JUAN_TORRESEn la película de 1960 dirigida por John Sturges, y protagonizada por Yul Brynner, Steve McQueen y Charles Bronson, “Los siete magníficos” los humildes habitantes de un pueblo campesino del norte de Méjico deciden, hartos de ser constantemente humillados y robados por una banda de bandidos capitaneados por un desalmado llamado Calvera, reunir fuerzas y los pocos recursos que tienen para contratar a un grupo de pistoleros profesionales que los proteja. La escasa paga, 20 dólares, hace que sean sólo siete los pistoleros reclutados. Estos siete magníficos se alistan movidos más por un ansia de justicia que por la recompensa económica, y consiguen unir a los campesinos para enfrentarse a los malvados y finalmente derrotarlos.

Esta película, que he tenido la oportunidad de ver de nuevo en las pasadas navidades, es un canto a la decencia y al poder que tienen los indefensos cuando logran unirse, y me ha hecho pensar en la situación social y política en la que vivimos desde hace unos años (tengo que decir que no sólo debida a las políticas del actual gobierno). Ante tantos sinvergüenzas que nos dirigen y nos han dirigido, ante la especulación y el robo generalizados, necesitamos a los siete magníficos. Frente a los enormes recortes de derechos sociales en educación y sanidad, que están produciendo un retroceso en los niveles de vida y equidad de los ciudadanos españoles, ante el enorme desempleo que produce un empobrecimiento general de la población y que es aprovechado por algunos indeseables para explotar y eliminar derechos laborales de aquellos que aún los tienen, necesitamos a los magníficos. Frente al robo de bancos y cajas, que son rescatados con dinero público pero abonan a sus directivos sin ningún pudor indemnizaciones millonarias, a la vez que desahucian a miles de familias que han quedado en paro, necesitamos que vengan los justos a salvarnos.

Éste es mi deseo para el 2014: que aparezcan los miles, los millones de justos, de magníficos y magníficas que habitan esta España nuestra y venzan a los Calvera de la actualidad. Deseo que alcen la voz los miles de sindicalistas que honradamente y con enorme esfuerzo intentan representar a sus compañeros y que sienten vergüenza de las noticias sobre los excesos de algunos dirigentes sindicales. Espero que se manifiesten los miles de concejales y alcaldes que de una manera digna trabajan por sus vecinos y que sienten vergüenza cada vez que sale un nuevo caso de corrupción política. Anhelo con todo mi corazón que los millones de padres y madres y los miles de profesores de la educación pública, la de tod@s y para tod@s, salgan a poner freno a tantos recortes y desatinos del ministro Wert y defiendan unas oportunidades y un futuro digno para sus hijos y sus alumnos. Espero que continúe la movilización del personal sanitario y de los pacientes en contra de la privatización de nuestra sanidad, y que los millones de parados y los desahuciados reivindiquen pacífica pero enérgicamente sus derechos al empleo y a una vivienda que garantiza la Constitución (¿para qué la queremos si sólo se aplica para pagar la deuda generada por la avaricia de los bancos?). Que se acabe con la resignación de los miles de jóvenes que piensan que su única salida es marcharse del país para ser mano de obra barata, aunque sobradamente preparada, repitiendo el camino de la emigración que hicieron sus abuelos en los años sesenta, aunque de una manera vergonzosa algunos dirigentes políticos lo hayan llamado “movilidad exterior” o “espíritu aventurero”.

Pero sobre todo le pido al 2014 decencia. Ah, y si hay que poner 20 dólares como en la película, yo soy el primero en hacer una aportación, aunque empezaré empuñando el arma más poderosa que tengo como ciudadano: mi participación social, MI VOTO y mi exigencia de honradez y compromiso a todos los representantes políticos.

Feliz y solidario 2014.

Juan Torres
AMPA “Buero Vallejo” de San Sebastián de los Reyes

“Perdemos calidad de vida mientras aumenta la desigualdad” por Esperanza Fernández

Esperanza Fernández, portavoz UPyD GetafeHa sido muy repetido, criticado y denunciado que las medidas de reducción del déficit llevadas a cabo por el Gobierno están suponiendo una merma y empeoramiento muy significativos en los servicios básicos que conformaban nuestro Estado del bienestar. Realmente, nunca mereció plenamente tal nombre, pues nunca estuvimos a la altura de los estados más avanzados en materia de bienestar público. Por ejemplo, la Ley de Dependencia nace lastrada porque no se contemplaba la financiación de la misma y la crisis económica no ha hecho sino agravar los problemas para su aplicación, que presenta, por otra parte, grandes diferencias según comunidades autónomas.

Pero lo que está ocurriendo en los últimos años no solo está produciendo que el cuarto pilar del estado del bienestar, la atención a la dependencia , se siga resquebrajando hasta convertir la ley en una gran mentira, sino que los otros tres, la sanidad, las pensiones y la educación, sigan un proceso de deterioro acelerado. Por otro lado, las diferencias entre comunidades autónomas no hacen más que aumentar, así como entre personas.

Iremos viendo paulatinamente los efectos en nuestro bienestar de los recortes y ya hay indicadores que van reflejándolos. La esperanza de vida es un indicador fiable. Es posible que el descenso en la misma por primera vez en la serie histórica sea una consecuencia de la situación de pérdida en servicios públicos que vivimos. Desde principios del siglo XX, este indicador había experimentado un crecimiento sostenido año tras año. Sin embargo, los últimos datos, según las cifras que presentó hace unos meses el Consejo Económico y Social en su Memoria Socioeconómica, muestran un descenso: hemos pasado de 2011 a 2012 de una expectativa de vida 84,97 a 84,72 años en mujeres y de 79,16 a 79,01 años, en hombres en ese periodo. En el conjunto de países, hemos pasado del puesto 6º al 7º. Habrá que esperar los datos de próximos años para ver si esta pérdida representa una tendencia o es un dato anecdótico pero, en principio, es preocupante, sobre todo puesto en relación con otros.

En este sentido, también hay que reparar en la advertencia realizada la pasada semana por la OCDE, sobre las consecuencias negativas de los recortes en sanidad que han supuesto un incremento de las dificultades para acceder al sistema en uno de cada tres países miembros de la entidad en el periodo 2009 a 2011. En el caso de España se critica concretamente el aumento de las listas de espera, denuncia que corrobora la percepción ciudadana sobre este problema. A ello hay que añadir las medidas de copago cuyos efectos sobre la salud y la mortalidad aún no están evaluados pero que sin duda serán visibles en poco tiempo.

No es preciso mencionar que el desempleo y el empobrecimiento creciente están produciendo un aumento de la malnutrición de las capas más desfavorecida, factor muy influyente en la salud y la expectativa de vida. Los pensionistas están jugando un papel esencial para paliar la situación de desempleo de los miembros en edad activa de las familias pero el panorama tampoco se presenta halagüeño pues ese pilar hasta ahora sólido también se empieza a resentir si el proyecto de ley de reforma de las pensiones sale adelante como está previsto, es decir, sin garantizar el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones.

Frente a este panorama en buena medida provocado por las medidas del Gobierno o su inoperancia, este no está haciendo nada por evitar el sufrimiento de los más desfavorecidos. Todo lo contrario, las medidas emprendidas van directamente contra ellos mientras no remedia el sistema fiscal injusto donde, a través de las SICAV, las grandes fortunas tributan un 1% mientras las clases medias van desapareciendo ahogadas por una situación que las ha obligado a soportar las consecuencias del rescate bancario, del que han resultado ilesos los responsables, y el derroche de las administraciones públicas.

Como telón de fondo de nuestro desolador panorama económico y social, nos encontramos con la crisis política que es una de las causas principales de la económica y de su pervivencia. Nuestro modelo territorial, que ni el partido en el Gobierno ni el principal partido de la oposición están dispuestos a cambiar, mucho menos los nacionalistas, nos ha llevado a un Estado residual donde las comunidades autónomas tienen las competencias más importantes sobre las políticas de igualdad. Un Estado, por tanto, que requiere reformas urgentes para asegurar la igualdad y el bienestar de todos los ciudadanos.

Esperanza Fernández Acedo
Concejal portavoz Grupo Municipal de UPyD Getafe

“Las personas paradas lo primero” por Francisco Javier López

Tras el respiro de la temporada turística y veraniega, las cosas vuelven a su ser, o a su NO-SER.  Unos a trabajar, con miedo a perder el empleo y otros, cada vez más, al paro.

Los datos de paro en España y en Madrid vuelven a ser muy preocupantes.  76.645 personas paradas más en España y 9.196 personas más en el paro en Madrid.

Las cifras parece que ya no conmueven.  536.457 personas paradas en Madrid son un número desconocido hasta ahora  en nuestra Comunidad.  Sobre todo porque 240.000 de esas personas carecen de todo tipo de ayudas, subsidios, o prestaciones.  Son demasiadas las familias que no pueden subsistir en estas condiciones.  Son demasiadas las personas en riesgo de pobreza. Demasiada  gente rebuscando en los contenedores.

Ningún gobierno puede cerrar los ojos a esta realidad.  Esas personas son la prioridad a la que hay que atender y proteger cada día  en las que hay que pensar en cada momento.  Para las que hay que hacer política y destinar los escasos recursos, de forma prioritaria.

Personas que viven en familias que tienen que subsistir cada día.  Personas cuyos hijos e hijas estudian, necesitan libros y comedor escolar.  Personas que no pueden verse excluidas de la asistencia sanitaria, ni pagar algunos medicamentos.  Personas que tienen derecho a un empleo, o a una prestación económica.

Defender el empleo, proteger a las personas desempleadas y fortalecer la cohesión social que garantizan la sanidad, la educación, la atención a la dependencia, son tareas esenciales y la prioridad absoluta en estos momentos.

El 7 de Octubre estaremos en las calles de toda España para exigir estas prioridades a nuestros gobiernos.

Francisco Javier López Martín
Secretario General de CCOO de Madrid

«Lo mejor y lo peor» por Ignacio García de Vinuesa

La crisis saca lo mejor y lo peor de las personas. Conozco a varias que se han entregado a labores de voluntariado, a ayudar a los demás de forma individual o a través de asociaciones; siempre desinteresadamente. Otras han hecho de su situación de desempleo una oportunidad para reorientar sus trayectorias vitales y profesionales y han dejado emerger grandes ideas que han terminando generando empleo para otros.

El otro día escuché a una persona que perdió su trabajo (especializado en Recursos Humanos) que ahora ayudaba a través de Cáritas a otras personas a hacer, por ejemplo, su trayectoria profesional. Esta persona les aconsejaba que nunca enviaran dinero como respuesta a una oferta de empleo. Me interesó el tema y descubrí que es que hay personas que han decidido hacer de la crisis su chiringuito y de las personas que buscan trabajo víctimas de sus timos. Ponen anuncios ofreciendo empleo y piden que junto al CV se envíe dinero. Lo dicho, la crisis saca lo mejor y lo peor de las personas.

En nuestra vida en la ciudad nos encontramos con vecinos que no recogen los excrementos de los perros, que no echan sus bolsas de basura en los contenedores por pura pereza, que van a urgencias sin tener urgencia. Estas personas son las que además luego van contando, a veces con la complicidad de una oposición poco razonable, que no se limpian las cacas de las calles, que los contenedores están llenos o que las urgencias están colapsadas. Con estas personas convivimos otras que tenemos perro y que no se nos ocurre salir sin la bolsita, personas que jamás han cogido una bolsa de más. Hay personas que cuando vamos a echar los cartones al contenedor, encima recogemos los que otros han dejado fuera. Hay personas escrupulosas en el uso de cualquier instalación y servicio público. Estas personas son las que realmente creen en la ciudad, en el valor de lo público y en la necesidad de cuidar la ciudad y a los vecinos.

Los Ayuntamientos deberíamos endurecer las penas económicas o sociales para las personas que dañan a la ciudad. A los que pintan y afean el mobiliario urbano, a los que hacen mal uso de las instalaciones, a los que no recogen las cacas de sus perros incrementando los costes de los servicios de limpieza que pagamos entre todos. Si lo hiciéramos, muchos hablarían de afán recaudatorio. Lo harían los insolidarios porque los demás, con la conciencia tranquila, ni se darían por aludidos.

En esta situación tan difícil que estamos viviendo, cada euro cuenta y no es permisible que se pierdan euros por cubrir los comportamientos más insolidarios e incívicos. Lo mejor que podemos sacar de nosotros mismos es convivir todos con el máximo respeto y la máxima solidaridad. Así ha sido durante años Alcobendas y los españoles en general. Que eso no se pierda, que eso nadie se lo lleve.

Ignacio García de Vinuesa
Alcalde de Alcobendas

“Con trabajo, sin nómina” por David Callejo

No has hecho nada mal. No has faltado ni un día al trabajo. Prestas un servicio público. Pero te dicen que “lo sienten”, que no vas a cobrar. Sin saber bien cómo, “sin comerlo ni beberlo”, estás pagando los platos que han roto personas a las que no has visto en tu vida. A los cada vez menos afortunados que no nos hemos enfrentado a esa situación nos cuesta a veces tener ese punto de empatía necesario en todo periodista, en toda persona, para entender el mazazo de ver una cuenta corriente que no se actualiza como debiera.

La situación parece agravada cuando se trata de empresas contratadas por un concejal, por un cargo público. Cientos de trabajadores que creían tener cierta seguridad, amparados tras un servicio que no puede dejar de prestarse, se enfrentan ahora a una incertidumbre vital desconocida. El calendario se inclina cada vez más cuesta arriba y al cinturón le faltan hebillas que apretar.

Empleados de limpieza, de recogida de basuras, educadores, funcionarios… da igual el puesto. También es indiferente el Ayuntamiento al que miremos. Entre noticias de manifestaciones y notas de prensa institucionales, no debemos dejar de centrar el foco en lo que de verdad importa: los cientos de dramas con cara, nombre, apellidos y hasta “twitter”, también incluso con la fortuna del trabajo, pero sin la seguridad laboral y económica tan común hace unos años.

Eso mientras responsables políticos y empresariales agarran con fuerza la soga, tirando pero sin aflojar, para dilucidar quién de los dos sectores tiene la culpa. La culpa no sé, pero el daño está claro para quién es.

Aunque también he de romper una lanza por esos políticos y empresarios que dan la cara, que soportan la vergüenza y el dolor de enfrentarse a sus semejantes en momentos tan duros. No son muchos, pero existen, se lo aseguro. Sin colores ni apellidos. Búsquenlos.

Y reconozcamos la abnegación de todos esos trabajadores que, aun con huecos en sus nóminas, acuden a diario para prestar un silencioso pero imprescindible servicio a sus vecinos. Que no entienden de crisis, de políticas, de recortes ni de negociación sindical. Que no son culpables de una situación que pagan con creces. Pero que merecen una dignidad salarial hace meses arrebatada.

David Callejo
Periodista

“Jóvenes rebeldes” por Iván Torres

La información, está ahí: Miles de personas, sobre todo jóvenes, toman las calles de distintos países árabes para rebelarse contra regímenes que, en la mayoría de los casos, permanecen auto-investidos desde antes de que esos mismos jóvenes tuvieran uso de razón.

En otros países de la zona, la sola amenaza de que esto pudiera ocurrir e hiciera tambalearse la silla de los mandatarios, ha provocado reformas en las leyes que parecen haber aplacado esos “brotes” que surgían en esa búsqueda de democracia que los medios nos afanamos en denominar Primavera Árabe.

Hace unas semanas, nuestros jóvenes vecinos portugueses, que afortunadamente sí disfrutan de un régimen democrático, salieron también a las calles, convocándose unos a otros por redes sociales para hacer saber a sus gobernantes que están hastiados de desempleo, precariedad laboral y dificultades para llegar a fin de mes. Una generación en apuros que cada vez se ve más en apuros debido a los recortes que el “otro” país de la Península Ibérica está intentando llevar a cabo para evitar la intervención a la que ese monstruo llamado crisis financiera internacional les empuja sin remedio y de la que esos jóvenes no son, ni de lejos, los culpables (que se lo digan a Sócrates).

¿Qué decir de lo ocurrido en Londres este fin de semana? Después de escuchar las noticias, ante la falta de partidos de liga, nos queda el recuerdo vago de ciertos disturbios en calles de nombre conocido, pero la verdadera noticia es una nueva muestra del cansancio que la gente, jóvenes en su mayoría, siente por tener que sufrir unos recortes nunca vistos en los servicios públicos fundamentales como la sanidad o la educación, para lograr la austeridad necesaria que reduzca el déficit, un déficit del que no son culpables.

Ahora regresamos a España, donde los jóvenes nos encontramos en situaciones parecidas, si no peores: nos acaban de certificar que continuaremos en nuestros trabajos mileuristas hasta los 67 años (afortunados los que tengamos dichos trabajos). Es difícil acceder a la vivienda por culpa de una burbuja que nosotros no hemos creado, los precios siguen siendo inaccesibles para la mayoría, pero en el caso de que logremos comprarnos un piso (pese a la traba que supone la subida de los impuestos indirectos) nos hemos quedado sin ayudas por compra de vivienda habitual, unas deducciones fiscales de las que sí han disfrutado muchos miles de españoles. No podemos olvidarnos del cheque bebé, una medida de fomento de la natalidad que no hizo sino vaciar las arcas a base de sumas de 2500 € a diestro y siniestro sin importar la condición de los afortunados padres, afortunados por la paternidad y por haber podido disfrutar de dicha ayuda ahora inexistente.

Y uno se pregunta ¿qué es lo que pasa con los jóvenes de nuestro país? En las conversaciones de la oficina, del bar, o las que mantenemos en familia o con amigos, queda claro el descontento y no necesariamente hacia el gobierno actual, sino hacia las medidas tomadas (o dictadas) para salir de una crisis de la que no somos ni nos sentimos culpables. ¿Es que a los jóvenes españoles no nos importa hacia dónde nos están llevando ni el futuro que nos espera? ¿O es que aquí no funcionan como debieran las redes sociales que en todos estos casos han servido para movilizar a los jóvenes? Yo mismo me respondo con otra noticia: “Miles de jóvenes despiden en Sevilla los exámenes con un botellón en una convocatoria anónima cursada a través de una red social”. Pues sí, las redes sociales sí funcionan.

Iván Torres, comunicador

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