“Sálvame del PSOE” por Ignacio García de Vinuesa

El día que el programa “Vuélveme loca” me pidió unas declaraciones sobre nuestra Hija Predilecta Penélope Cruz, creí la verdad, que la periodista vendría buscando “bronca” por aquello de tratarse de un programa del corazón de los que suele decirse que hablan a gritos o que la montan por nada. Sin embargo, la entrevista con Mar Torres fue exquisita, la periodista – simpatiquísima – sabía de lo que hablaba y conversamos amigablemente.

Los políticos parecíamos encasillados a aparecer en telediarios, en informativos o programas como el tan añorado La Clave. Sin embargo, hoy es frecuente vernos participar en programas más cercanos al entretenimiento que a la información o, mejor dicho, en programas que tienen la difícil habilidad de informar entreteniendo. Lo que todavía yo no había visto era a los políticos en programas de corazón aunque me temo que dentro de poco veremos a la oposición de Alcobendas en “Sálvame” aunque, con cariño les digo, que no llegarán al Deluxe.

Lo que ha pasado esta semana en Alcobendas es algo que yo no había visto nunca. Dos concejales socialistas han decidido ser estrellas mediáticas por montar una bronca en un Pleno. Y no en un Pleno cualquiera, eligen el de las ordenanzas fiscales,  es decir, el Pleno en el que votamos lo que pagarán nuestros vecinos el año que viene. Casi nada.

Pero mejor que hablar y debatir, montamos un numerito que así nos aseguramos la exclusiva. Desafían al alcalde,  desobedecen la normativa del pleno y amenazan a la policía… por un minuto de gloria.

Y del minuto al montaje: la portavoz de Izquierda Unida y el de UPyD (de logo rosa y alma roja) se unen para montar el trío. No es un trío para hacer llegar a los ciudadanos sus propuestas sobre ordenanzas fiscales; es un trio para dar – en exclusiva, claro – su versión de un Pleno municipal que está grabado y en el que se observa su desobediencia a las normas y su falta de buen trabajo al haber presentado una enmienda tarde y mal.  Como dicen los tertulianos del corazón, “que me pongan el video” y, por favor, que venga Arguiñano a ver su fallido intento de darle la vuelta a la tortilla a su torpeza plenaria.

Todo podemos meter la pata; pero no está bien perder las formas y mucho menos hacer de los plenos un plató en el que montar un show televisivo. Eso es una práctica política deleznable que se agrava aún más en estos tiempos que corren en los que todos debemos intentar transmitir confianza a nuestros vecinos y subrayar el trabajo político – en gobierno y en oposición – frente a la bronca, el grito y la desfachatez. Trabajamos mucho la gran mayoría de los políticos como para proyectar esta imagen a los ciudadanos.

Cuidado Belén Esteban que en Alcobendas tienes competencia. Eso sí, por unidos que aparezcan los 3 portavoces de la izquierda, cualquier día les vemos enfrentándose en “Enemigos íntimos”. Y si no, al Pleno.

Ignacio García de Vinuesa, alcalde de Alcobendas

“Confesiones de un tertuliano de izquierdas” por Miguel Aguado

Lunes. 18:30 horas. Grupo de terapia de la asociación Tertulianos Anónimos de Madrid. Es mi primera intervención en el grupo; me pongo de pié. Balbuceo, nervioso y finalmente logro decir en alto: “Me llamo Miguel Aguado y soy…. Tertuliano en una TDT”.

“Te queremos Miguel” – comenzaron a gritar mis compañeros del grupo – “Sigue así” “tu puedes”. Y seguí: “… soy tertuliano, pero… de izquierdas”. Se produjo un silencio sepulcral. De repente comenzaron de nuevo a gritar:

“!Impresentable¡, ¡no tienes vergüenza!, ¡lo tuyo es raro!,… – y por supuesto el consabido axioma – ¡la culpa es de Zapatero¡. Todos asintieron ante su verdad absoluta y comenzaron a aplaudir.

Desde hace algún tiempo tengo esa sensación. Es cierto que llevé más de un año participando en una tertulia de actualidad política de una televisión en TDT (aunque se les sigue llamando así la realidad es que ahora todas las cadenas son en TDT), de esas cadenas que en Madrid Esperanza Aguirre repartió “democráticamente” entre el amplio espectro que transita desde la derecha hasta la ultraderecha, pasando por la derecha rancia, casposa y varias más. ¡Para que luego digan que Espe no es plural!.

En la tertulia solía darse una proporcionalidad de uno o dos de izquierdas frente a cuatro o cinco de derechas, a añadir el presentador y la selección de los temas. Es como jugar al futbol dos contra cuatro o cinco, con el árbitro en contra y el campo de futbol inclinado. Más pluralidad y objetividad imposible.

Mucha gente me preguntaba:“¿qué pintas en ese tipo de tertulias?”. Yo suelo decir que cuando uno tiene una visión de la sociedad y una escala de valores debe argumentar donde sea y mejor donde se piensa lo contrario. Intentar convencer con la palabra. Me gusta el debate y el contraste de ideas. No existe casi nunca el blanco o el negro, siempre hay matices. Me divierto. Por otra parte, pienso que silla que no ocupas, la ocupa otro de ideas distintas. Además, y es cierto, los profesionales de esa cadena (guardo la discreción del medio y el programa por respeto) me trataron con afecto y muy buenos modos. Son buenos profesionales y buena gente. Pero la realidad pienso que es otra. Pienso que la intención política oculta es: ponga un socialista en su debate. Para darle por todos los lados;…o intentarlo, que yo soy muy peleón.

Frecuentemente me paraban algunas personas por la calle y me decían: “¿Usted es el de la tele?” y muy amablemente me daban su opinión. En mi estadística particular podría afirmar que el 80% me dicen que me ven en “el gato” de Intereconomía. Realmente, yo nunca fui a esta cadena, excepto hace algunos años a algún debate económico en su radio. Buena muestra de que las mismas personas, con las mismas ideas ven las mismas cadenas. Suelen quedarse en aquella que en ese momento dé más caña a ZP. Así me lo confiesan. La conversación o mini tertulia política suele terminar con: ¡Lo único malo de Usted es que es del PSOE! o ¡Se defiende Usted muy bien, aunque no hay quien defienda a ZP! o lo más atrevido: ¡Para ser socialista es Usted muy majo!, yo lo agradezco, suelen ser amables y quedamos tan amigos.

Como demócrata y amante del diálogo creo en la palabra. En la palabra en cuanto significa argumentación y diálogo y, al tiempo, en el uso correcto de la misma. Las palabras en sí no son peligrosas, su uso o su mal uso sí.

En estos medios se tiene un único objetivo: atraer audiencia (del mismo saco de potenciales espectadores de derechas) para poder cumplir dos expectativas a su vez: poder tener publicidad en el medio y poder ofrecer argumentos para favorecer un gobierno del PP que, previsiblemente, volvería a llenar las cuentas de estos medios. Todo redondo.

Que estas tertulias no son objetivas en su composición, orientación y selección de temas es una realidad.  Su público potencial no pide objetividad, pide “!caña!”. Es por ello y no por una aparente búsqueda de una cierta “objetividad parcial” que necesitan poner a alguien que defienda, frente a los ataques, al gobierno, a los sindicatos, a las ONGs y un largo etcétera de “rojeríos potenciales”. Tardé pero me dí cuenta de este juego y es por ello y por “salud mental” que he decidido no acudir a este tipo de tertulias. No quiero favorecer este juego, no quiero salir irritado, no quiero acabar en su dinámica de insultos, descalificaciones y falta de rigor, en algunos casos. Algunas personas ponen en valor el acudir a estas tertulias, piensan que es bueno ofrecer fortaleza en los valores, las ideas y los argumentos. Lo comparto, … si dejasen hablar y exponer. Hay una cosa positiva e indudable, son una buena escuela en lograr habilidades de retórica y argumentación.

Sin embargo, apuesto y creo que debe ser el momento de ello, por otro tipo de diálogo. Diálogo con respeto, dialogo desde la escucha, desde la posibilidad de que el otro tenga algo o toda la razón, desde los datos y el rigor, desde el uso de la razón.

Tengo mucha envidia de muchos valores de los estadounidenses, su esfuerzo, su apego a su país, a su gente a sus proyectos; y queda reflejado en el magnífico discurso del Presidente Obama en el último debate del estado de la Unión. Sobre todo porque al ver la imagen final, con todos los miembros de la cámara de pie aplaudiendo a su Presidente, sean demócratas o republicanos nos refleja este valor. Unidad y esfuerzo desde la discrepancia. El Presidente Obama ofrece diálogo, priorización de lo que une frente al enfrentamiento y esfuerzo. Esta es la vía.

“No es ningún secreto que quienes estamos aquí esta noche hemos tenido nuestras diferencias durante los dos últimos años. Los debates han sido intensos: hemos defendido ferozmente nuestras convicciones. Y eso es positivo. Eso es lo que exige una democracia sólida. Eso es lo que nos distingue como nación.” Dice textualmente el presidente al inicio de su discurso. Esto es debate y lo contrario … tertulia de TDT.

Por todo ello. Frente al insulto pido la palabra, la mía y la del que piensa distinto. Vienen momentos de diálogo, de innovación, de atrevimiento, de valentía, de respeto, de pensar en positivo y construir país… y eso solo se hace desde una mente positiva. Yo me apunto.

Miguel Aguado Arnáez, Secretario de Medio Ambiente del PSM PSOE

¿A qué huelen las nubes? por Ángel Garrido

No ha empezado muy bien el Presidente Zapatero su nuevo oficio de «observador de nubes». De hecho fue hacer públicas sus intenciones y -como una especie de señal estelar- ver desplomarse desde los cielos el satélite UARS, que nos tuvo en vilo a todos unos dias, ante la posibilidad, nada remota, de que impactara en tierra firme y habitada.

Al Presidente Zapatero se le he acusado, no sé si con razón o sin ella, de «gafe». Pero a mí, más allá de anécdotas nada concluyentes de ciertas derrotas deportivas en su presencia, personalmente siempre me ha parecido lo contrario, es decir: ZP es un hombre con suerte.

Porque díganme a mí si no es tener verdadera suerte que después del estado en el que ha sumido el Estado -y perdonen mi voluntaria redundancia- alguien, en este caso el Señor Rubalcaba (y recalco lo de Señor), decida «comerse el marrón» y dejar que el en breve ex-Presidente, se pueda marchar con toda tranquilidad a observar nubes. Es una verdadera suerte, en serio. Yo creo que ni el mismo se lo imaginaba y esperaba con terror infantil que en algún Congreso montado ad hoc, todos sus posibles sucesores por aclamación le pidieran que se volviese a presentar, que a ellos les daba la risa. Pero este hombre, créanme, tiene suerte.

O explíquenme también si no es una cosa de intervención directa de la diosa Fortuna el hecho de que habiendo nombrado en Ministerios transcendentales como los de Fomento, Economía o Sanidad, a personas de la acreditada solvencia de Magdalena Álvarez, Leire Pajín, María Antonia Trujillo o Elena Salgado, España no haya tenido que declararse en quiebra, salir de Europa y pedir el ingreso en alguna organización económica centroafricana. Es un hombre con mucha, muchísima suerte.

Sí, Zapatero ha arruinado el país, es un hecho incontestable; pero viendo los compañeros de viaje que ha tenido, lo cierto es que bien se puede hablar nuevamente del «milagro español», porque es un verdadero milagro que sigamos en pie y podamos afirmar como país con Garcilaso que

Cuando me paro a contemplar mi estado

y a ver los pasos por do me han traído,

hallo, según por do anduve perdido,

que a mayor mal pudiera haber llegado;

Zapatero se va a observar nubes y yo le deseo, de corazón, lo mejor. Porque además creo que es imposible que haya hecho las cosas tan mal a propósito, así que en su descargo, al menos no hubo dolo. ZP es un hombre de suerte, ya lo he dicho, así que una vez esté por allí arriba observando, es posible que no vuelva a llover en el mundo, pero seguro que es el primer ser humano que desvela el célebre enigma publicitario de a qué huelen las nubes. Por mucho menos otros Presidentes han ganado un Nobel.

Ángel Garrido, concejal del Ayuntamiento de Madrid

“El Restaurante fantasma” por Antonio Terán y Pando

Era una tarde angosta, de color ala de mosca y sonidos con sordina. La calle donde se encontraba el restaurante donde me habían citado para almorzar tenía un empedrado como de piel de serpiente. Era una calle ofidio. Parecía brillante pero no lo era. Parecía resbaladiza pero no lo era. Parecía comercial pero…no. No lo era.

Era una calle desagradable. Y eso, la verdad sea dicha, no me abría el apetito.

Empujé con firmeza la puerta giratoria del establecimiento cuya inercia centrífuga me lanzó a un cortinaje de terciopelo medio descorrido. Desde éste umbral se podía ver la “salle a manger” repleta de gente diversa. Camareros provectos discurrían a gran velocidad y no menos equilibrio entre las mesas; todas redondas y todas de cuatro comensales. Manteles blancos. Vasos y copas sin nobleza alguna. Jarra de agua en forma de “decanter” con tapón de baquelita marrón. La luz la proporcionaba un universo de globos lácteos que lejos de sugerir un restaurante, daban un aspecto higiénico-sanitario al local. Algo así como de dispensario de emergencia, de Casa de Socorro.

Con un gesto de la  mano fui alertado desde una mesa que era allí donde se me esperaba. Mi anfitrión era un hombre delgado, de pelo ralo y elegantísimo terno de ojito de perdiz. Puños franceses y corbata de seda  con un diseño de cachemir que-ya entonces estaba seguro-yo había visto antes.

La cara de mi interlocutor era difusa. Y aunque me esforzaba en fijar sus rasgos, como en un relámpago, se difuminaba inmediatamente.

Muy violento por éste extraño fenómeno, desvié la mirada de mi compañero de mesa para observar el entorno. Las mesas adyacentes estaban ocupadas por dos hombres y dos mujeres. Y siempre dos hombres y dos mujeres. Ellos vestían agradables trajes de diversas texturas y tonalidades, que lucían con corbatas del diseño cachemir exactamente igual a la de mi anfitrión. Esta circunstancia me produjo un enorme desasosiego y estuve a punto de levantarme sin despedirme y salir de aquel bizarro local.

Mas, por mor de la etiqueta, permanecí allí, algo estupefacto. Mi compañero, daba instrucciones a un camarero (Chaqueta y camisa blanca, corbata de pajarita negra, mandil anudado a la espalda…largo, muy largo, tanto que no le veían los pies, dando la sensación al andar de que se deslizaba en levitación).

-Al señor Tavernier le trae lo de costumbre: un Meyerbeer “a point”. Para mi las popietas de lenguado. ¿Podrían acompañarlas con la salsa de tomate pero sin cominos?

Satisfecho por haber decidido por los dos, siguió hablando animadamente de asuntos a los cuales yo no prestaba atención alguna, cosa que a él parecía importarle un bledo.

Reconozco que estaba aturdido.

Había comprobado que las damas que ocupaban las otras mesas tenían la misma, idéntica fisonomía. Todas llevaban pulseras con monedas colgantes, todas tenían vitíligo en las manos y todas vestían un camisero rayado de escote cuadrado y mangas de farol.

Aterrado, interrumpí a mi anfitrión enérgicamente y le inquirí acerca de lo que estaba pasando allí.

Él pareció sobresaltarse por mi abrupta intervención, pero recobrando el temperamento, entre dicharachero y resbaladizo, contestó:

-¿Qué que está pasando aquí? ¡Por favor, René! (efectivamente ,así me llamo)…

Hizo una pausa incomodísima mientras movía los hombros como un árbol de levas, en señal-supongo- de perplejidad.

-¿No recuerdas la última vez que estuviste aquí? Me extraña…y eso que hemos    reconstruido todo el entorno casi a la perfección. Quizás los rostros-continuó- sean lo menos conseguido. Pero claro…ésta reacción tan cínica, no nos sorprende. No debería sorprendernos. De facto, tu abominable manera de olvidar, especialmente tus pecados más  intolerables, nos ha obligado a representar ésta tragedia.

Yo sudaba profusamente y me pareció que el alboroto del local aumentaba, oyéndose risotadas y cacareos, hasta resultar ensordecedor.

-Aquí mismo, René, en un descuido de tu madre envenenaste con estricnina el Meyerbeer de tu padre. ¡Ah, canalla! Y lo hiciste en un restaurante para que pareciera

una horrenda equivocación del cocinero. Recordarás que fue encarcelado por negligencia, llevando a la ruina a su esposa e hija que ahora son prostitutas en la calle Abuin. El local cayó en desgracia y su propietario-hombre cabal-se suicidó después de arruinarse en pocos meses. Tu madre, que amaba con delirio a tu padre, enloqueció y allá, en la costa, vive internada en un oratario, alucinada y seca, ya sin lágrimas que drenar. ¡Maldito reptil! Y todo por querer heredar antes de tiempo y sin merecimiento alguno.

-Hoy-concluyó el verdugo-envenenarás tu propio filete y lo devorarás, no lo podrás evitar. Pero…

¡Ese no es el castigo, despreciable monstruo, el postre será apoteósico!

Hoy, postrado en la yacija de un asilo abyecto, deformado, impedido y casi ciego, a causa de las terribles secuelas de mi emponzoñamiento aún recuerdo desesperado el fatídico dibujo de cachemir de aquellas corbatas.

Éste fue…éste ES mi postre.

Meyerbeer: Forma de preparar unos huevos al plato, dedicada al compositor alemán

que le da el nombre (1791-1864) de repertorio operístico de éxito. El acom-

pañamiento de riñones de cordero y salsa Pèrigueux, es el nexo de unión

entre estos huevos y el Turnedós Meyerbeer. El restaurante Edelweiss de

Madrid, lo tenía en su carta.

Popieta:    En principio, una loncha de carne cubierta de farsa, enrollada, lardada y

cocinada en proêlée. También de pescados y verdura, han de cocinarse

siempre en fumet.

Antonio Terán y Pando, escritor, articulista y propietario de la librería-galería de arte «El Gato Lector» (El Molar, Madrid)

“Nueva caída de las hipotecas” por Francisco Javier López

Hace poco se publicaron los datos de hipotecas concedidas en Madrid a lo largo del mes de Junio.  Ya sabemos que Estadística trabaja con varios meses de retraso, pero con datos fiables.

El dato de créditos formalizados para comprar un piso, es un termómetro muy fiable al afectar a un sector como el inmobiliario y de la construcción que han sido el motor principal del crecimiento económico español.

Pues bien, en Madrid el número total de hipotecas realizadas con respecto a Junio del año pasado ha caído un 47,2 por ciento.  En el caso de las viviendas se han hipotecado cerca de 4.300 viviendas frente a más de 7.000 en Junio de 2010.  El volumen de dinero concedido en crédito hipotecario ha sido, lógicamente, casi la mitad que el año anterior.  La caída en Madrid es mayor que en la media nacional, si bien en ninguno de los dos casos el importe de la hipoteca media se desploma.  La hipoteca media en Madrid cae un -2,1 por ciento, mientras en la media española crece un 0,2 por ciento.

Los datos son claros.  Se hipotecan menos viviendas porque se venden menos pisos.  Porque la crisis desaconseja invertir en vivienda.  Porque las familias no nos animamos a meternos en una hipoteca en un escenario complicado y porque los precios no bajan, o no bajan lo suficiente como para animarse a comprar.

Nuestro país tiene que pensar su futuro económico sin poner el acento exclusivo en el sector inmobiliario.  La calidad de nuestros productos y servicios será cada vez más esencial,  pero mientras no desembolsemos ese tremendo stock de viviendas construidas no habremos despejado el riesgo de nuestro sector bancario, hoy mucho más interesado en vender pisos que en facilitar créditos a familias y empresas.

Por eso llama la atención, la incapacidad de nuestros gobernantes, de izquierdas y derechas, de ayuntamientos, Comunidades Autónomas o del Estado, para solucionar este lastre que actúa como cuello de botella para afrontar y superar la crisis.

Por eso CCOO hemos insistido en que es importante que las personas que viven la crisis, no se vean acogotadas aún más por la hipoteca, adoptando medidas como moratoria en el pago o la dación en pago.

Pero hay que ir más allá.  Ir a una política de vivienda en alquiler y hay que reconducir los precios de la vivienda a márgenes mucho más razonables de lo que el crecimiento especulativo en los últimos tres lustros ha producido.

Eso significará que muchos tendrán que renunciar a beneficios astronómicos y que no pocos  tendrán que reconocer pérdidas, al admitir que el precio pagado por la recalificación, y el suelo fue excesivo, especulativo y no se correspondía con márgenes razonables de  ganancias.

Cuanto más tardemos en reconocer el problema, afrontarlo y adoptar medidas que den salida a esa bomba de relojería instalando en mitad de la economía española, más tardaremos en estar en condiciones de solucionar los problemas.

Francisco Javier López Martín, Secretario General de CCOO de Madrid

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