“La importancia de la Gestión de Riesgos en las empresas” por Luis Suárez de Lezo

FOTO_LUIS_SUAREZ_DE_LEZOY si se produce un incendio en mi empresa…, y si me roban mercancía en el almacén…, y si tengo un accidente…, y si peligra mi patrimonio… El día a día de los empresarios está lleno de incertidumbres y este tipo de preguntas se suelen hacer muy a menudo. Y más en un entorno económico como el actual, con unos márgenes muy ajustados y en el que un siniestro de estas características puede incluso acabar con la vida de la propia empresa.

Una de las consecuencias que ha tenido el importante ajuste que han realizado las compañías es la decisión de dejar de contratar y de cubrir algunos riesgos, centrándose exclusivamente en aquellos que son estrictamente obligatorios. Es un gran error. Las empresas no deben caer en la tentación de dejar a su empresa desprotegida. Es necesario, antes de dejar de asegurar un riesgo, realizar un estudio de las pólizas contratadas y las posibilidades de mejoras, así como actualizar los contratos mediante un Sistema de Gestión Integral de Riesgos. Todo ello, intentando simplificar y aunar los seguros de la empresa para reducir el coste, siempre sin renunciar a las coberturas necesarias.

Por ello hay que saber escoger quien va a intermediar nuestros riesgos, si corredor, bróker o gerente de riesgos, cualquiera de estos perfiles son válidos y plenamente profesionales para sacar adelante un programa de seguros, ajustado en primas e intermediarlo con la mejor defensa de los intereses del cliente en caso de siniestro.  El no elegir bien al mediador; es que era un amigo, es que es un compromiso, un familiar, es que mi banco que me obliga….., nos conducirá a salir airosos de un siniestro importante o será la consecuencia fatal de no sobrevivir al mismo.  La experiencia me dice que, los corredores profesionales tienen redes importantes y ellos llegan donde otros se quedan por el camino.

Del mismo modo, es necesario hacer un seguimiento de las pólizas contratadas. No basta con contratarlas, pensar que ya está el riesgo cubierto y dejar la póliza en la carpeta hasta que ocurra un siniestro. Las situaciones de las empresas están en permanente cambio y eso afecta a los riesgos asegurados. Existen variaciones de las empresas, en plantillas, facturación, aumento o disminución de maquinaria y existencias, etc., así que no se deben renovar automáticamente los seguros contratados sino que hay que analizar previamente si están cumpliendo con su objetivo inicial e, incluso, si pueden ser mejorados con menor coste.

Por otro lado, no sólo hay que pensar en el seguro de daños materiales, sino también otras obligaciones legales que ahora han de considerarse, como la protección y calidad de datos, la responsabilidad civil, la derivada de altos cargos, riesgos medioambientales, ciberriesgos, reputacionales y otros más. Hay que analizar correctamente los riesgos que tiene cada empresa, cómo tratarlos y si conviene transferirlos o retenerlos. En la empresa pequeña y/o mediana este análisis no se hace en muchos casos, lo cual puede hacer peligrar la propia existencia de la compañía. En las empresas de mayor tamaño el escenario es bien distinto. El programa de seguros parece estar integrado en la gestión empresarial, por lo que los sistemas de control y administración, al ser más rigurosos, mitigan en gran medida el impacto ante el riesgo.

Es una realidad que el apoyo de todos es vital para la supervivencia de nuestro entramado empresarial. Sólo con las aportaciones y una mayor implicación conseguiremos que las empresas sigan siendo rentables y competitivas, y que la cultura del seguro se vea, no como una amenaza y un gasto, si no como una oportunidad para la continuidad y el desarrollo empresarial.

Luis Suárez de Lezo
Secretario General AICA

“La importancia de la colaboración universidad-empresa” por Luis Suárez de Lezo

Luis Suárez de LezoLa Universidad es percibida por la sociedad española en general y por el tejido productivo en particular, como el ámbito académico donde se forman nuestros jóvenes para el desarrollo de una carrera profesional y donde se realizan debates de índole intelectual por los principales pensadores del país. No obstante, pocos son los que identifican la universidad como la entidad generadora de conocimiento con la que colaborar para el desarrollo de actividades innovadoras.

En nuestro entorno está situada la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) compuesta por 8 facultades, 30.000 alumnos, 1.000 empleados y más de 2.500 investigadores. En el Campus de Cantoblanco se encuentran ubicados 8 centros pertenecientes al Consejo Superior de Investigaciones Científicas que añaden 2.000 empleados más entre investigadores y personal de apoyo.  Es decir, uno de los principales polos de conocimiento, no solo a nivel regional y nacional, sino también, europeo.

El origen de la identificación de la Universidad meramente como entidad formativa proviene de la visión clásica en la cual la Universidad tiene dos grandes objetivos: la docencia y la investigación. Sin embargo, en la segunda mitad del siglo XX se empieza a constatar que las grandes universidades deben añadir a sus dos misiones clásicas una tercera, la integración con su entorno, principalmente mediante la transferencia de conocimiento, tecnología y know-how. Es decir, se acepta que, como sociedad, debemos invertir en la generación de conocimiento, pero se espera obtener resultados vía mejora de la competitividad del tejido productivo. Pero, ¿Cómo transferimos esa tecnología/conocimiento?

La colaboración con el tejido empresarial es, sin duda, uno de los principales retos que las universidades, no solo las españolas sino también las europeas, tienen hoy en día. La distancia que hasta ahora mantenían los mundos académico y productivo se ve reflejada en las motivaciones para la investigación, donde la presión por obtener resultados económicos por parte de las empresas choca con el interés por la generación de conocimiento. Además, el reconocimiento profesional en las universidades en la que tan solo se consideran las publicaciones realizadas y no la colaboración con  las empresas. Entonces, ¿qué se puede hacer para fomentar la colaboración?

No existe la formula universal con la que reducir la brecha existente entre el mundo académico y empresarial. En la UAM, la colaboración arranca en las Oficinas de Transferencia de Resultados de la Investigación (OTRI), que ponen en valor la investigación aplicada e intermedian en los contratos. Continua con el Centro de Iniciativas Emprendedoras (CIADE) que apoya la creación empresas basadas en el conocimiento que, con frecuencia, se alojan en el Parque Científico de Madrid (PCM) ubicado en el Campus de Cantoblanco. El canal de Transferencia se completa con la Asociación para el Fomento de la Innovación en Madrid Norte, InNorMadrid, de la cual soy Secretario General, desde donde fomentamos una cultura activa de innovación en las PYMEs en la cual se integre la universidad, acercando objetivos e intereses comunes entre esas pequeñas empresas y los investigadores.

 

Luis Suárez de Lezo
Secretario General de la Asociación de Empresarios de Alcobendas – AICA
Secretario General de la Asociación para el Fomento de la Innovación Madrid Norte – INNORMADRID
Tesorero de la Asociación de Profesionales de las Relaciones Institucionales – APRI

“El PP prefiere la estética al estómago” por Sara Hernández

El PP donde gobierna ha decidido que la mejor estrategia para asegurar su poder es potenciar lo visual, lo estético en la ciudad.

Así prefiere gastarse grandes cantidades de dinero en hacer jardines, decorar fuentes, cambiar rotondas o poner en marcha campañas de marketing. Es el caso paradigmático de Getafe, que en los últimos meses ha puesto en marcha acciones de esta naturaleza por un valor cercano al millón de euros, al que hay que sumar otro millón en la compra de coches para el Ayuntamiento.

 ¿Esto es necesario en época de crisis? ¿Un Gobierno que hace esto hace lo que necesita la gente que tiene problemas para llegar a fin de mes?.

Está claro: el PP prefiere lo estético a lo ético, no entiende que primero está el estómago y luego está el jardín vertical (acción en la que el PP de Getafe se gasta 210.000 euros).

Pero la cosa es aún más grave. No solo no apuesta por políticas sociales para paliar las dificultades de los que peor lo están pasando, sino que se ceba con ellos incrementando tasas en universidades o escuelas infantiles, creando otras nuevas (por ejemplo al solicitar una valoración de discapacidad o dependencia), limitando el acceso a la sanidad u obligando a pagar, mas bien, repagar, los medicamentos.

En general, un recorte en servicios públicos en la Comunidad de Madrid por más de 1.000 millones de euros.

Y por si no fuera poco, el PP no favorece la creación de puestos de trabajo. Aguirre ha reducido un 80% las políticas activas de empleo y ha dicho NO a 25.000 empleos de calidad en Getafe, empleos en el sector I+D+i que nos aseguraran la salida de la crisis. El PP dice SI a Eurovegas y dice NO a la investigación y el futuro.

No podemos permanecer callados porque esto es indigno. Nos merecemos otros Gobiernos que luchen por nosotros y no nos pongan permanentes dificultades. Esto no está bien y hemos de decirlo alto y claro.

Somos una sociedad madura, demostremos que el pan y circo es producto de otras épocas felizmente superadas.

Sara Hernández
Secretaria General PSOE Getafe

«¿Es realmente importante la Marca Personal en el entorno profesional?» por Juan Carlos Lozano

El concepto de Marca Personal (en inglés Personal Branding) está de moda, aunque aún quedan muchas dudas sobre qué es y por qué es tan importante. En este artículo vamos a intentar desgranar el porqué de su origen y, de forma práctica, porqué es importante en nuestro contexto profesional.

Esta acepción, aunque atemporal, es relativamente reciente, al menos a lo que su conceptualización o utilización actual se refiere.  Su origen se atribuye a Tom Peters, mencionándose por primera vez en su artículo “The Brand Called You” (Revista Fast Company, 1997).

No es novedad hablar de la importancia de la marca y de que la marca de nuestras empresas sea reconocida, pero dado el entorno cada vez más social en el que nos encontramos, los grandes embajadores de las empresas son sus propios integrantes. Esta visión trasciende incluso a la tipología o calidad de los servicios o productos que ofrecen las diferentes organizaciones (de ahí el concepto con el que estoy tan de acuerdo de “Capital Humano”).

No es ninguna novedad que la imagen de marca es un excelente respaldo en el cierre de operaciones y alianzas estratégicas, y en una innumerable tipología de otras operaciones, pero nadie duda de que esas operaciones finalmente son cerradas por las personas que participan en ellas. Ya sean pequeñas o grandes operaciones, la venta de un producto del portfolio o la adquisición de una nueva filial, las personas que participan en dichos procesos son claves para el éxito final de los mismos.

Este valor hace que cobre cada vez más importancia el concepto de que cada uno de nosotros somos Directores/as Generales de nuestras propias empresas, lo que Peters expresa como elYO S.A.”.

Ciertamente el concepto de marca personal tiene un enfoque hacia la visibilidad de nuestro expertise y conocimiento para compartirlo con el contexto empresarial, pero evidentemente tiene un trasfondo muchísimo mayor. En un mundo en el que Internet y las Redes Sociales juegan, queramos o no, un papel transcendental, no podemos quedarnos al margen.

Según estudios de grandes consultoras internacionales, cuando tenemos una reunión importante ya no sólo buscamos en Internet información de la compañía con la que vamos a reunirnos, sino también el nombre de las personas concretas que van a participar en la misma.

Este es un fenómeno actual y real, y no podemos vivir ajenos a él. Cada vez es más difícil conocer a alguien que en alguna ocasión no haya buscado el perfil de otro profesional en Google. ¿Alguien se ha buscado alguna vez en a sí mismo? Si sorpresivamente la respuesta es no, les invito a hacerlo.

La sorpresa puede ser interesante, primero porque nos encontremos con resultados inesperados (en ocasiones no muy afortunados), o no aparecer o hacerlo en la página 16 de Google… Puede que esto no diga mucho de nosotros, lo cual no significa que necesariamente tengamos que estar presentes, pero si no nos metemos nosotros, alguien lo hará por nosotros en algún momento. Y puestos a leer cosas sobre nosotros, ¿por qué no hacer que esas cosas sean las que deben ser?. Desde esta perspectiva parece importante al menos plantearse la posibilidad.

En muchas de mis conferencias, algunos de los directivos asistentes me acaban preguntando “Pero eso de la marca personal, ¿es realmente importante, sirve para algo?”. Realmente el problema no es si es importante o no, si no si me aporta el suficiente valor como para dedicarle tiempo. El tiempo es un (por no decir el más) importante activo del que disponemos y como todo importante activo es limitado. La pregunta que hay detrás de la que me formulan es: “¿Realmente mi marca personal me aporta un justificado beneficio como para que le dedique parte de mi tiempo, y si es así, cuánto tiempo he de dedicarle?

Sobre los beneficios, algunos ya han quedado identificados. Sobre el tiempo, nos asombraríamos de la reducida dedicación que, siguiendo una metodología y procesos definidos, nos conllevaría definir una buena estrategia de marca personal y conseguir unos resultados sorprendentes, pero eso ya será harina de otro artículo.

Juan Carlos Lozano
Presidente Dir&ge
Network Directivos & Gerentes

“La competitividad de la PYME española” por Luis Suárez de Lezo

Se habla mucho sobre si las pequeñas y medianas empresas españolas son competitivas o no. Tras cuatro años duros y con un primer trimestre de 2012 que anticipa un año muy duro para la empresa, esa es una pregunta que debería hacerse, sobre sí misma, toda empresa que quiera seguir funcionando.

Los problemas que las empresas tienen en el día a día, financiación, impagados, tesorería, etc. impide a muchas hacer una reflexión estratégica de a donde debe dirigirse, así como hacer planteamientos que mejoren su situación en el mercado. La razón más importante por la que esto ocurre, y muchos pequeños empresarios se verán reflejados, es la excesiva atomización de las empresas que impiden crear empresas con tamaño suficiente para que el día a día no consuma a los tomadores de decisiones.

Pero no sólo por la toma de decisiones, la falta de tamaño de las compañías es un hándicap para ser más competitivas. Frente a la flexibilidad y capacidad de adaptación de las empresas pequeñas, un poco más de tamaño afectaría de forma notable a los aspectos más importantes de la competitividad: innovación, internacionalización y recursos humanos.

En cuanto a los efectos sobre la innovación, hay que destacar que las empresas más grandes no son necesariamente más innovadoras, pero sí se necesita un tamaño mínimo para aprovechar potencialidades como el mejor acceso a financiación, mayor número de recursos humanos y financieros, capacidad de diversificar y generar economías de escala.

Respecto a la internacionalización, un mayor tamaño permite producir con economías de escala de forma más eficiente, mayor capacidad para acceder a información y reducir los riesgos, así como mejores condiciones para acceder a financiación.

En lo que respecta a la formación y la cualificación de los empleados, las empresas con mayor tamaño tienen una mayor estructura para gestionar los planes de formación de sus empleados y mejores prácticas en el reclutamiento y retribución de los empleados.

A pesar de esta realidad, las pequeñas y medianas empresas tienen muchas herramientas a su disposición para paliar el problema del tamaño, inferior a nuestros competidores europeos. Las empresas que están participando en acciones de cooperación tecnológica o de internacionalización están obteniendo unos muy buenos resultados. 

La cooperación es una gran opción para las empresas y es algo que tiene que analizar toda aquella que tenga capacidad para ello. Puede ser entre diversos agentes del sistema de innovación y está motivada por intereses comunes que llevan a la colaboración, normalmente de oferentes (universidades, organismos públicos, empresas) y demandantes (empresas) de servicios de innovación. En otras ocasiones, la cooperación se produce también entre empresas competidoras. La más tradicional es entre clientes y proveedores; pero cada vez es más frecuente la cooperación entre agentes que desarrollan su actividad en áreas funcionales diversas, lo que ha ampliado el abanico de cooperantes y de resultados de la innovación. De hecho, esta cooperación “horizontal” está generando redes de innovación más amplias y diversas que parecen ser también las que están mostrando mayor dinamismo.

Desde el punto de vista más individual de cada pequeña empresa, también hay diferentes herramientas y técnicas que se pueden fomentar para mejorar la competitividad de las mismas. La gran mayoría son evidentes, pero como hemos comentado anteriormente, el día a día, impide muchas veces dedicarle tiempo a las mismas.

La tecnología es un elemento imprescindible que toda pyme debería utilizar, desde la presencia y venta a través de internet a la utilización de diferentes aplicaciones tecnológicas que mejoren la gestión interna o el acceso a nuevos clientes.

Igualmente, es importante analizar qué productos son lo que le permiten ser más competitivo priorizando aquellos que destaquen por marca, por calidad y por precio.

Del mismo modo, el conocimiento profundo del cliente permite apostar por estrategias y productos más beneficiosos para la compañía, teniendo en cuenta que el cliente cada vez tiene más información, es más proactivo y participa más en la difusión de mensajes y experiencias de compra.

Potenciar la comunicación y las estrategias marketing utilizando todas las herramientas que existen en el mercado para llegar a nuestros posibles clientes, fidelizarlos y trasladar una imagen adecuada de nuestra empresa.

En definitiva, para que nuestras pymes compitan en un mercado global, partimos de una situación de desventaja frente a las pymes de otros países por el tamaño de las mismas, excesivamente reducido. Pero hay herramientas que pueden mejorar su posición competitiva.

Desde una visión general, mediante la cooperación, teniendo a Asociaciones Empresariales, Universidades y otras empresas como aliados para crecer y ser más competitivos. Y desde una visión particular, utilizando las diferentes herramientas que permiten mejorar desde la gestión interna a la capacidad de acceso y fidelización de clientes.

Si las pequeñas y medianas empresas trabajan en esta línea, cuando se vuelva a acceder a financiación, se recupere el consumo y empiece a crecer la economía, estarán mejor preparadas para competir y crecer más rápido y y de forma más sólida y estable que en ciclos anteriores.

Luis Suárez de Lezo
Secretario General de AICA

«Reforma Laboral: más paro, menos derechos» por Javier López

En eso, simple y llanamente consiste la famosa Reforma Laboral.  Mira que el PP intenta explicar, a base de utilizar sus televisiones públicas y privadas un pastón en tertulianos, las bondades del decreto impuesto.  Y sin embargo todo el mundo entiende con meridiana claridad que, antes, te despedían con una indemnización de 45 días por  año trabajo y ahora con 20 días por años.

Está claro que, a partir de la Reforma Laboral, el despido es más barato y el trabajo también lo es.  Se crea un nuevo contrato subvencionado con un año de prueba.

Si no le gustas al empresario te vas a la calle y sin indemnización alguna.  Luego puede contratarte de nuevo con el mismo contrato y un año de prueba.

Si enfermas y para tu desgracia faltas 9 días en dos meses, te vas a la calle con indemnización de 20 días.

Si la empresa gana dinero, pero vende o ingresa, menos te vas a la calle con 20 días, o te bajan el salario, o te cambian la jornada, o te trasladan a otra ciudad, o te bajan de categoría.

El empresario puede incumplir el convenio si vende menos, o si ingresa menos.

El empresario puede poner en marcha un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), sin autorización alguna y utilizando para ello recursos públicos a su libre albedrío.

¿Se creará empleo?  Claramente NO y el mismo gobierno y los empresarios lo reconocen.

¿Aumentará el paro? Lo que es más fácil es despedir.  El empresario sólo crea empleo si la economía crece y no lo va a hacer.  Por lo tanto el paro seguirá creciendo.

Ya sólo faltaba un responsable de la CEOE reclamando que se le quiten las ayudas a los parados que no acepten un puesto de trabajo en Laponia.  Un comportamiento inmoral.

En fin, alguien ha perdido la cabeza y no somos los trabajadores y trabajadoras, ni la ciudadanía, que salimos a las calles el pasado 19 de Febrero de forma libre, pacífica y masiva.

Ese alguien debería inmediatamente reunirse con empresarios y sindicatos y recuperar una negociación que recomponga en las empresas unas relaciones laborales asentadas en el derecho y la justicia.

El 29 F lo volveremos a exigir en la Puerta del Sol.

Francisco Javier López Martín
Secretario General de CCOO de Madrid 


«La importancia de la universidad en la competitividad de las empresas españolas» por Luis Suárez de Lezo

Se habla mucho estos últimos meses de la falta de competitividad de las empresas españolas y las dificultades que encuentran para competir en un mercado globalizado como el actual.

Hay tres aspectos claves que influyen en que las empresas sean competitivas y mejoren de forma constante. La formación continua de sus trabajadores, que permite tener el mejor talento con los últimos conocimientos y habilidades disponibles, la capacidad para internacionalizar sus productos y la innovación, tanto en productos y procesos, como en tecnología.

Centrándonos en este último punto, el de la innovación, es imprescindible que no perdamos de vista lo que una “institución de conocimiento” como la Universidad puede aportar a las empresas. Hay compañías que están recibiendo conocimiento de los grupos de investigación de las universidades desde hace años, pero son una minoría y no podemos negar que existe una considerable distancia entre las empresas  y dichos grupos de investigación y universidades.

En este sentido, ambos tienen cierta responsabilidad de esa lejanía. Por un lado, las universidades no han apostado claramente por la transferencia de conocimiento hacia la sociedad y a las empresas y, por otro, las empresas no las han ubicado como un socio estratégico en sus proyectos de innovación.

Esta situación está empezando a cambiar. Las Universidades están integrándose cada vez más en su entorno, incluyendo el entorno empresarial, y las empresas están empezando a identificar oportunidades de colaboración en muy diversos ámbitos. Los Campus de Excelencia Internacional tienen como uno de sus principales objetivos la transferencia de conocimiento y se están creando herramientas para acercar el trabajo de los grupos de investigación a las empresas, que pueden contar igualmente con Parques Tecnológicos, Centros de Investigación, Centros Tecnológicos y Clusters que también se están centrando en ofrecer los resultados de sus investigaciones.

Un ejemplo de estas iniciativas es la reciente creación de Innormadrid, Asociación para el Fomento de la Innovación en el Norte de Madrid, integrada por la Universidad Autónoma de Madrid y las Asociaciones Empresariales de Alcobendas, Colmenar Viejo, San Sebastián de Los Reyes y Tres Cantos, al amparo del Campus de Excelencia Internacional UAM+CSIC, que tiene como principal objetivo de transferir el amplio conocimiento que se genera en el Campus hacia el tejido empresarial madrileño.

Este esfuerzo que están haciendo ambas partes por encontrarse tiene sus frutos. Por un lado, las empresas se benefician de una fuente importante de innovación y de mejora de competitividad. Por otro, los investigadores ponen en valor su trabajo, que finalmente revertirá sobre la sociedad en general.

Y este circuito de beneficios para todos, es lo que tenemos que potenciar desde todos los ámbitos, públicos y privados, universidades y empresas, porque las compañías están necesitadas de mejoras competitivas y los investigadores de llevar a la práctica y transferir su conocimiento.

Luis Suárez de Lezo, Secretario General AICA

«Ha llegado el momento de regular los lobbies en España» por Luis Suárez de Lezo

Las últimas noticias aparecidas en la prensa relativas a las relaciones entre europarlamentarios y lobistas, ha reabierto el debate en la opinión pública sobre la necesidad de regular la actividad de los grupos de presión.

Pero antes de entrar a regular un sector, es imprescindible que la opinión pública (políticos, empresas y ciudadanos en general) conozca la razón de ser de la labor que realizan los lobbies, su legitimidad para ejercer su profesión y su contribución y participación en las decisiones públicas.

En España, tradicionalmente, se tiende a asociar a los lobbies con el tráfico de influencias, el nepotismo, el cohecho y la defensa de oscuros intereses alejados de las necesidades generales. Nada que ver con la razón de ser del lobby. En ese sentido, los profesionales, los legisladores, los políticos y funcionarios de todas las administraciones y los medios de comunicación tenemos mucho trabajo que realizar y mucha pedagogía que hacer.

En primer lugar, ¿qué debemos entender por lobby? La Comisión Europea lo define como aquellas “actividades que se realicen con el objetivo de influir en los procesos de elaboración de políticas y de toma de decisiones de las instituciones” y la OCDE delimita claramente su ámbito de actuación en la “comunicación oral o escrita con el poder Público para influir en la legislación, la política y las decisiones de las instituciones”.

En segundo lugar, ¿qué legitimidad tienen los lobbies para actuar e influir en las decisiones? Tomando como punto de partida las definiciones de dos organismos tan importantes como la Comisión Europea y la OCDE en las que definen a los lobbies como sujetos apropiados para conocer asuntos sobre los que se legislan, no podemos dudar de la legitimidad de las empresas en la defensa de sus intereses ante quien legisla sobre el futuro de su actividad. Si creemos en el individuo como sujeto pasivo de la legislación y solicitamos a los políticos que cuenten con ellos para decidir sobre todo lo que les afecta, no podemos sustraer ese derecho a las empresas que, no olvidemos, son los que crean empleo, riqueza y prosperidad en los países.

En tercer lugar, ¿en qué pueden contribuir las empresas y sus representantes en las decisiones públicas? Es evidente que los legisladores no pueden conocer en profundidad todas las materias sobre las que legislan, así que, a priori, pueden trasladar una información completa sobre el sector, producto o actividad sobre la que se va a regular. Así mismo, pueden informar con detalle sobre las consecuencias que una determinada legislación puede tener sobre un sector de actividad, limitando el efecto negativo que el interés general puede tener sobre un interés particular, por otra parte legítimo. Por lo tanto, podemos decir que es una herramienta fundamental de higiene democrática y de participación ciudadana, tan de actualidad entre los políticos de todas las tendencias y partidos. El sistema político español reserva la participación parlamentaria casi en exclusiva a los partidos políticos, por los que los lobbies pueden ser un instrumento eficaz para acercar la sociedad al Parlamento de manera profesional, transparente y efectiva.

La creación de un registro de lobbies y su regulación no es una propuesta novedosa ya que se ha propuesto con anterioridad sin ningún resultado. Ya se ha regulado en otros países, no sólo anglosajones y con mucha tradición como EEUU, Australia y Gran Bretaña, sino más cercanos como Francia, Hungría, Polonia y Lituania o lejanos como Chile y Taiwan. Es importante destacar que los primeros interesados en que eso sea así son los propios profesionales del sector. La posibilidad de crear espacios públicos y transparentes en los que los legisladores puedan recabar información técnica, profesional y útil para legislar es fundamental para que todos los conceptos que hemos intentado aclarar anteriormente sean aceptados por los políticos, las empresas y la sociedad en general.

En un momento como el actual en que existe una desafección importantísima hacia la política, con una baja participación electoral y con unas encuestas en las que los políticos aparecen como uno de los principales problemas de los españoles es imprescindible abrir canales de participación ciudadana que puedan colaborar en las decisiones públicas.

Por todo ello, creo firmemente que ha llegado el momento de normalizar y hacer transparente una actividad legítima como el lobby. El principal beneficiado de ello será la democracia.

Luis Suárez de Lezo, Secretario General AICA

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