“Perdón por criticar” por Víctor Granado
lunes, 19/05/2014 Deja un comentario
“Yo no criticaré nunca a quienes están trabajando en las fronteras, haciendo una labor muy difícil” Miguel Arias Cañete, 15 de mayo de 2014
El pasado 15 de mayo pudimos ver un debate a 5 entre los candidatos a presidir la comisión europea, como resultado de las elecciones al parlamento europeo, y, tras él, un debate entre los cabezas de lista de PP y PSOE. En ambos apareció el “problema de la inmigración”, pero tratado de forma diferente.
De entrada ya es bastante conceder que la realidad global de las migraciones se deje conceptualizar sin más como algo negativo y problemático por los países cuando son receptores de migrantes. En cambio estos países han desarrollado una neo-lengua para resaltar los aspectos positivos y enriquecedores que tiene la migración, conceptualizada como “movilidad”, para los nacionales que migran al exterior en busca de mejores oportunidades. Este doble rasero se traslada a los debates sobre la migración en toda su extensión, generando propuestas, modelos y posiciones ambivalentes según se hable de inmigrantes o emigrantes.
Dicho esto, la realidad de la migración hacia la Unión Europea marca la necesidad de elaborar una reflexión seria y rigurosa sobre la gestión y las políticas migratorias que la Unión y los estados miembros han desarrollado en las últimas décadas. Estas políticas han convertido el mediterráneo en un enorme cementerio en el cual entre 1993 y 2012 han muerto más de 16.000 migrantes. Durante este periodo Europa ha reforzado sus fronteras exteriores y ha desarrollado unas políticas migratorias más restrictivas que no impiden en absoluto la llegada de migrantes de forma irregular pero que son exitosas a la hora de aumentar cada vez más los riesgos de los procesos migratorios, las violaciones de derechos de los migrantes en el proceso y el número de personas que mueren en estos desplazamientos. Tal y como podemos ver en el siguiente mapa elaborado por Olivier Clochard[1] para Le monde diplomatique la estrategia de esta política migratoria ha sido situar países que taponen el acceso a la frontera exterior de la Unión, dejando en sus manos el control de los desplazamientos de personas, externalizando el control de esta frontera y aumentando los riesgos para integridad física y los derechos de las personas en desplazamiento. De esta forma, y sin incluir las últimas muertes en Lampedusa o el estrecho de Gibraltar de los últimos dos años, ambos puntos acumulan entre los dos al menos 12.000 víctimas mortales, y son ejemplo y horror de las consecuencias de las políticas migratorias y del ficticio proceso de fronterización de la Europa fortaleza.
Esta política migratoria y sus consecuencias fueron las que debatieron el pasado día 15 de mayo Jean-Claude Juncker (Partido Popular Europeo), Martin Schulz (Partido Socialista Europeo), Guy Verhofstadt (Alianza de los Liberales y Demócratas), Ska Keller (Verdes Europeos) y Alexis Tsipras (Izquierda Europea). Verhofstadt señaló la alarmante falta de cauces legales para la migración en Europa como la causa de la migración irregular. Ska Keller y Alexis Tsipras refrendaron esta afirmación indicando la vergonzante asimetría entre el número de refugiados y solicitantes de asilo aceptados como consecuencia de los conflictos de Siria y Libia, este último cuenta con la intervención de la UE, entre los países de la Unión y países poco Turquía y Jordania. Los candidatos socialista y popular coincidieron en la crítica a la disminución de las ayudas al desarrollo y la cooperación con el argumento de solucionar los problemas donde se producen y evitar que las personas tengan que dejar sus lugares de origen para buscar una vida mejor. Todas estas afirmaciones merecerían ser analizadas y criticadas con detenimiento pero, al menos en el debate, hubo un acuerdo general en señalar la necesidad bien de modular bien de revisar en profundidad las políticas migratorias de la Unión poniendo como criterio los derechos humanos de los migrantes.
No obstante, frente a lo que en ocasiones sucede las posiciones de los distintos candidatos a presidir la comisión fueron todas ellas más progresistas y respetuosas con los derechos de las personas que las consideraciones hechas sobre inmigración en el debate entre Elena Valenciano y Miguel Arias Cañete. Hasta el punto de que los argumentos esgrimidos por Valenciano fueron los mismos que empleo Juncker, el candidato del PPeuropeo, en el debate a 5. Si bien muchas de estas declaraciones pueden considerarse un brindis al sol en campaña electoral una parte importante de los grupos de representados por estos candidatos en la eurocámara criticó con firmeza la desigualdad que supone Schengen como un espacio de “libre” tránsito interior y una fortaleza inhumana en el exterior.
Ska Keller señaló la contradicción entre la carta de derechos humanos de la Unión y la actitud de Frontex respecto de iniciativas de salvamento como la operación Mare Nostrum. Mare Nostrum es una misión lanzada por el ministerio de Defensa italiano en otoño de 2013 bajo la presidencia del gobierno de Enrico Letta como “misión humanitaria” para actuar en operaciones de salvamento marítimo en el Mediterraneo e intentar evitar más naufragios y más muertes. El control de la frontera exterior de la Unión es responsabilidad de los estados miembros y con esta operación Italia quiso responder a los naufragios de octubre de 2013 en Lampedusa con otra operación militar, en este caso de salvamento. Dentro de la crítica que merece que la respuesta a la migración por parte de la UE sea exclusivamente militar el choque y la crítica entre Frontex, como misión de vigilancia represora y Mare Nostrum como misión militar de salvamento escenifica la incoherencia de las políticas europeas de la Unión y su falta de respeto a los derechos humanos fundamentales.
Como bien señalaba el liberal Guy Verhofstadt es la inexistencia de cauces legales para la migración lo que genera y favorece el desarrollo de una migración irregular en la UE. Este diagnóstico y la crítica de fondo al control de la frontera exterior en ausencia del respeto a los derechos humanos de los migrantes son los dos puntos principales que cabe extraer del debate sobre migración y los dos aspectos centrales de un proyecto europeo que quiera realmente revisar sus políticas migratorias de cara a respetar de manera efectiva los derechos humanos.
En este sentido Migreurop ha hecho una propuesta de cuatro medidas reales y realizables de inmigración legal que acaben con las muertes y la inmigración irregular. Estas medidas pretenden solventar la emergencia humanitaria de las personas en desplazamiento en situación irregular en Marruecos promoviendo su regularización puesto en marcha en Marruecos y acompañándolo con una interpretación flexible de los criterios de reagrupación familiar para que estas personas no tengan que regresar a su país de origen. Garantizar la protección de los derechos de las personas en las fronteras y la reapertura de los cauces legales para el asilo y el refugio, y una revisión de la política de visados con los países africanos. Todo ello sería un modo efectivo de actuación en pro de los derechos humanos y de la migración regular. Un planteamiento que dista muchísimo del esgrimido por los candidatos españoles a las elecciones europeas en el debate domestico. Especialmente respecto de la postura de Arias Cañete según la cual no es posible hacer ninguna crítica a quienes vigilan las fronteras. La ausencia de crítica y de control supone la creación de un espacio de opacidad e impunidad para la vulneración permanente de los derechos humanos de los migrantes, así como una muestra de la degeneración de la democracia la imposibilidad de la crítica y del control por parte de los ciudadanos de las instituciones y poderes del Estado.
Víctor Granado Almena Profesor de Filosofía Investigador dedicado al estudio de las migraciones y a los DD.HH.
[1] Clochard, O., “Europa cambia de muros” en VV.AA., El atlas: conflictos de fronteras, Madrid, Cybermonde, 2012, pág. 89 y ss.