“San Valentín, ¿celebración del amor o marketing en estado puro?” por Rosana y Mónica Pereira
viernes, 13/02/2015 Deja un comentario
El amor es una de las emociones que más deseamos sentir los seres humanos. Se trata de una de las emociones que nos hacen sentir mejor con nosotros mismos y con quienes nos rodean. Y esto es así siempre que sentimos amor en su justa medida, es decir, en equilibrio.
Porque, como sucede con otras emociones, cuando el amor se vive en exceso o en defecto, puede volverse en nuestra contra y convertir nuestras vidas en un tormento.
Diversos estudios han analizado qué ocurre cuando nos enamoramos. En ellos se ha tratado de explicar, entre otras cosas, porqué las personas enamoradas se comportan de tal manera que muchas veces decimos que “el amor es ciego”. Y han descubierto que nuestro cerebro “apaga” los circuitos cerebrales responsables de la evaluación social y de las emociones negativas cuando caemos en brazos de Cupido. Así, nos volvemos “ciegos” a los posibles defectos que pudieran estar presentes en la persona de la que nos hemos enamorado.
Sin duda, no encontrar defectos en nuestra recién encontrada pareja permite que la relación avance y se consolide. ¡Qué sería del amor si amar fuera un acto racional!
Con el paso del tiempo los circuitos cerebrales que estaban inactivos durante la etapa de enamoramiento vuelven a funcionar y la relación entra en una nueva fase que podríamos llamar “de apego”. Pasamos del amor romántico al amor compañero.
Las personas nos adaptamos con facilidad a las cosas buenas que nos suceden, y con el amor no es diferente. Se conoce como adaptación hedónica. Con el paso del tiempo nos adaptamos a las maravillosas sensaciones de estar enamorados y poco a poco van perdiendo su capacidad de hacernos sentir con la misma intensidad. Este período de adaptación hedónica puede durar entre uno y dos años. Y es a partir de ese momento cuando en los miembros de la pareja comienzan a aumentar los niveles de la hormona oxitocina que se relaciona con un aumento de la confianza y la fidelidad.
Si nos aferramos a la idea de amor romántico y nos enfocamos en que hemos dejado de “sentir mariposas” en el estómago, es muy posible que nos estemos negando la posibilidad de disfrutar de otra forma de amor en pareja, más madura y serena.
Muchas personas pueden opinar que la celebración de San Valentín se ha convertido en una operación de marketing para aumentar ventas en el difícil mes de febrero. Aún así, podemos aprovechar este día para saborear y cuidar de nuestra relación y practicar el aprecio por nuestra pareja y la gratitud de poder compartir con ella las nuevas etapas del amor.
Que haya desaparecido la pasión no debería ser motivo de preocupación. No ser capaces de reconocer y agradecer todo lo bueno que nos aporta la pareja, sí.
Si no quieres, o no puedes, hacer un regalo como “manda” el marketing de San Valentín, aquí tienes una sugerencia económica pero muy valiosa para regalar: escribe una carta a tu pareja agradeciéndole que forme parte de tu vida y cuéntale todo lo que aprecias de ella.
Las sorpresas, la novedad y lo inesperado tienen una influencia muy positiva en nuestra felicidad y hacen que disfrutemos mucho más de las diferentes etapas en la relación con nuestra pareja. Aprovecha San Valentín, este día de los enamorados, para celebrar el amor por tu pareja.
Rosana y Mónica Pereira Davila Responsables de Haztúa Psicología Positiva www.haztua.com